martes, 10 de julio de 2012

La hija de Robert Poste

Hay novelas como esta de La hija de Robert Poste, de la autora británica Stella Gibbons que son auténticas sorpresas para los que, como es mi caso, no somos muy aficionados a la comedia, ya que sorprende lo divertida que puede resultar una historia como la que aquí se cuenta desde la más aparente seriedad gracias al mundialmente famoso humor inglés, que es realmente fino y no precisa caer en el chiste ni en la gracieta para lograr su objetivo.

La historia con la que nos encontramos es la de la joven Flora Poste, que a los diecinueve años acaba de perder a sus padres, aunque este hecho no supone un gran drama para ella dada la casi nula relación que la unía a sus padres, teniendo en cuenta que se ha criado en colegios internos para señoritas y que todos los veranos que recuerda los ha pasado en casa de una amiga de la familia, mientras que sus progenitores se dedicaban a su gran afición viajera. Lo cierto es que con cien libras anuales de renta que es lo que le ha quedado de herencia, poco puede hacerse en el Londres cosmopolita que Flora frecuenta, por lo que la joven se instala en casa de su amiga Mary Smiling, una joven viuda acomodada, y planea vivir a costa de alguno de sus numerosos parientes. Mientras decide cuál de ellos será el más conveniente, disfruta de la animada vida social y perfecciona su particular filosofía de vida llena de absurdas teorías sobre el arte de la supervivencia y las buenas maneras.
Una nariz recta es una gran ayuda si una quiere parecer formal.
El tono de la protagonista que se contagia a todo el libro es fresco y desenfadado, lleno de gracia y alegría de vivir, Flora vive al margen los problemas reales del mundo que ni le afectan ni le interesan, ella sólo quiere ser feliz y, si es posible, con el mínimo esfuerzo:
(...) cuando tenga cincuenta y tres años o así, me gustaría escribir una novela tan buena como Persuasión, pero con un aire moderno, por supuesto. Durante los próximos treinta años estaré recabando material para escribirla. Si alguien me pregunta en qué estoy trabajando, le diré: «Estoy recabando material». Nadie puede poner objeciones a eso. Además, será verdad.
Al igual que la protagonista que sueña con convertirse en novelista, la propia autora se define en la presentación de la obra como inexperta aprendiz de escritora. Algunos pasajes están redactados con una enorme profusión de adjetivos melodramáticos e inacabables imágenes bucólicas, con todo el boato del estilo más ampuloso de la literatura victoriana. Trata de remedar, sin duda, el estilo de aquellas novelas que ella misma cita:
(…) la hija de Robert Poste tenía un vivido conocimiento de los embarazos y los partos rurales gracias a la lectura de las obras de algunas novelistas, especialmente de aquéllas que nunca se habían casado. Las descripciones de lo que probablemente les habría acontecido a sus hermanas casadas, y menos afortunadas, solían ocupar cuatro o cinco páginas de letra abigarrada, o bien ocho o nueve páginas en interlineado doble con siete palabras por renglón y abundantes puntos suspensivos.
Gibbons hace, de ese modo, constantes referencias al mundo de la literatura y del periodismo, cita obras reales o inventadas y se burla de los autores consagrados, del cine de arte y ensayo, etc. Además, la mayor parte del conocimiento que Flora tiene de la vida rural o de cualquier otro tema al que se enfrenta están sacados de sus abundantes lecturas muy alejadas de la realidad, por lo que a menudo interpreta el mundo en base a estas ideas preconcebidas que ha aprendido a través de las novelas.

Después de barajar las distintas opciones, Flora se decide por irse a vivir con unos parientes que residen en una poco prometedora granja en Sussex. La relación de la joven sofisticada con sus pintorescos familiares en la granja cochambrosa no puede ser más chocante. En palabras de la propia Flora, parece que es el primer encuentro de los Starkadder con un miembro de la Civilización. Las maneras rudas y las costumbres rurales se topan de frente con la snob y mundana Flora y las situaciones absurdas se suceden. A pesar de las circunstancias adversas, la joven se encuentra decidida a llevar a cabo la tarea de adecentar y ordenar la propiedad y reorganizar a su antojo las vidas de sus habitantes. Desde los estrambóticos nombres de las vacas, hasta el propio nombre de la granja Cold Comfort (algo así como “Flaco consuelo”), pasando por el tono apocalíptico de algunos personajes y sus demenciales diálogos, a lo largo de la novela nos encontramos con algunas escenas de lo más caótico en esta parodia de los novelones clásicos.

El tono constante de humor, mayoritariamente absurdo, llena la lectura de ironías, exageraciones divertidas, y personajes estrafalarios. La novela se lee con una media sonrisa permanente que, en ocasiones incluso se vuelve risa completa ante las rocambolescas situaciones y el gran provecho que saca la autora del contraste entre la sofisticación de Flora y los brutos y medio chalados Starkadder; dos mundos y dos formas de vida completamente ajenas la una de la otra que se topan frente a frente sin que haya más remedio que la cosa termine en conflicto interplanetario… o no.

14 comentarios:

  1. He leído la reseña a saltos porque es una lectura que espero hacer en breve y no quería descubrir algo antes del momento. Ya te comentaré cuando termine. Besos

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    1. Te entiendo perfectamente. De todos modos, siempre trato de mantener cierto misterio cuando comento un libro e incluso hay cosas que dejo en el tintero por no desvelar demasiado para que el que lo lea lo descubra por sí mismo.
      Espero que te guste cuando lo leas.
      Saludos.

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  2. Me pareció un libro muy divertido, más que su segunda parte.
    La verdad que fue un descubrimiento esta vuelta de tuerca
    Besos

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  3. Tengo ganas de leerlo, me suele gustar la literatura inglesa y este pinta muy bien =)

    Besotes

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  4. Lo tengo entre mis pendientes. Y desde luego con tu reseña me dejas con ganas, que me parece que me lo voy a pasar muy bien leyendo este libro.
    Besotes!!!

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  5. No lo conocía y tiene muy buena pinta, de vez en cuando una lectura de este tipo que resulta tan divertida merece la pena
    besos

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  6. A mí me gustó muchísimo por eso que dices, que se lee con una sonrisa que a veces se convierte en risa. Flora me encantó, pero casi diría que me gustaron más que ella la corte de secundarios que la acompaña.

    Un beso

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  7. Es una obra muy divertida que merece la pena leer

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  8. he oído hablar muchísimo de esta novela así que le tengo mucha curiosidad, tarde o temprano caerá, si encima hace pasar un buen rato y provocarnos buen humor, mejor que mejor. Bsos

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  9. Veo que, en general, la novela ha resultado divertida a las que la habéis leído. Yo tengo pendiente la segunda parte, aunque veo que va a ser cierto lo de que segundas partes... De todos modos, me pondré con ella en algún momento a ver qué tal resulta.
    Un saludo a todas.

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  10. Lo leí hace bastante tiempo y me pareció tan divertido que después pasé a la de Flora Poste y los artistas. Son las novelas de una época desgraciada pero tomada con un humor estupendo. La protagonista es estupenda y realmente divertida.

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  11. Parece muy divertido. Había oído hablar de el y siempre han sido buenas criticas
    Besos

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  12. Cuando me puse a leerlo no sabia que esperarme y la verdad es que disfrute mucho con él. La siguiente no vela de Flora Poste no me gustó demasiado.

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  13. Ya le había echado el ojo a ver si lo pillo algún día. Te dejo la dirección de mi blog por si quieres seguirlo. Un saludo. todosmislibross.blogspot.com

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