domingo, 22 de abril de 2012

Diario de invierno

Podríamos decir que este “Diario de invierno” de Paul Auster se ajusta perfectamente al denominado género de Memorias, aunque no necesariamente al de Autobiografía, porque si algo se refleja en él es la memoria, más o menos selectiva del autor, sin intención alguna de ser una biografía exhaustiva, sin necesidad de seguir un orden cronológico, ni tan siquiera lógico, el novelista norteamericano va desgranando sus recuerdos al hilo de un tema concreto, de una palabra o una sensación que le sirve de excusa para evocar momentos de su vida, desde la primera infancia hasta, practicamente, antesdeayer, siempre bajo una mirada sincera y personal, viendo o mostrando el ángulo de la realidad que le interesa mostrar, vamos acompañándolo en estas rememoraciones al llegar, como él mismo ha declarado, al invierno de su vida, al último tramo de su existencia.

No podríamos ni tan siquiera afirmar que los hechos o situaciones que se nos cuenta sean las más importantes o significativas de una vida que sin duda alguna ha debido de estar plagada de experiencias interesantes, de relaciones con multitud de personalidades de los ámbitos del arte, la cultura, la política, etc., pero está claro que lo que aquí se narra son esos recuerdos que al autor le ha apetecido compartir, las que no quiere dejar caer en el olvido: los amores importantes, las primeras experiencias, su mundo infantil, el recuerdo de sus padres, su pasión por el béisbol o las múltiples casas o residencias más o menos permanentes por las que ha pasado a lo largo de su vida en distintas ciudades y países.

Escrito en una cómoda segunda persona, evita así que el tono sea demasiado intimista, más bien parece que alguien le va ayudando a hacer memoria de todas esas cosas que nos presenta a veces mediante breves escenas, relatos que van de las pocas líneas a unas cuantas páginas, nunca demasiadas, pequeños cuentos con entidad propia que no pretenden configurar un relato continuo. Cada historia, desde la evocación de una sensación de la infancia hasta el relato del grave accidente de tráfico sufrido junto a su mujer y su hija, cada una de las escenas tiene vida propia y al hilo de cada acontecimiento o hecho nos transmite su estado vital en ese momento, su situación emocional o la etapa creativa en la que se encontraba y nos introduce así en su mundo con brevísimas pinceladas, con un estilo limpio sin grandes retóricas que nos acerca al hombre detrás del escritor, mostrándonos porqué es importante cada hecho o situación y cómo le ha marcado.

Es curioso el interés que muestra en hablar de problemas de salud más o menos serios, de heridas, cicatrices o accidentes o situaciones peligrosas vividas, del dolor físico, del paso del tiempo y sus efectos; se muestra sorprendido de haber llegado a su edad y recuerda a tantos que no pudieron cumplir los años que él tiene, empezando por su padre. Terminaré destacando que me sorprende gratamente el profundo amor que expresamente confiesa por su esposa tras más de treinta años de vida en común. Cada vez que aparece ella en escena va acompañada de elogios y alabanzas hacia su persona y su actitud. Supongo que la novelista estará encantada de salir tan bien parada en estas memorias de su marido. Igualmente, las escenas protagonizadas por su madre son también entrañables muestras de amor filial, aún reconociéndole sus defectos y errores, no deja por ello de traslucir una enorme admiración y cariño por ella.

Una obra que, sin duda alguna, se convierte en imprescindible para los seguidores incondicionales del autor y que acercará a aquellos que no lo sean tanto a su mundo personal y creativo. A mí, como no podía ser de otro modo, me ha encantado.

11 comentarios:

  1. No he leído este del autor, aunque sí otros libros que son medio autobiográficos. Me gusta mucho Auster. Ojalá pueda leer este pronto.

    Me llama mucho la atención que esté narrado en segunda persona, a pesar de ser un libro más íntimo.

    Excelente reseña, ¡saludos!

    ResponderEliminar
  2. El cuaderno rojo, el único que leí por ahora del autor tiene tintes autobiográficos también. Me gusta mucho su prosa y este año me he prometido leer una de sus novelas. A ver por cuál me decido finalmente, que no lo tengo nada claro...
    Besos,

    ResponderEliminar
  3. Sölo he leído Viajes por el escriptorium (que no debe ser muy representativa de su obra) y pretendo leer algo más pero creo que empezaré por novelas como Brooklyn follies. Ésta no me ha llamado especialmente la atención.
    Besos

    ResponderEliminar
  4. He leído solo un libro del autor y me encantó, así que repetiré fijo.
    A este le tengo ganas también =)

    Besotes

    ResponderEliminar
  5. Me regalaron un libro de este autor y está muy interesante, pero es un tomo de entrevistas y ensayos. Me gustaría leer alguna novela de este autor, pero tiene tantas que no sé por dónde comenzar: ¿Podrías darme una recomendación?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Podrías empezar con la Trilogía de Nueva York. También me gustaron mucho La Noche del Oráculo y Brooklyn Follies. Espero que disfrutes con cualquiera de ellos y te conviertas a la secta Austeriana :)
      Saludos.

      Eliminar
    2. Gracias por responder. Pronto compraré alguna obra de este autor... ¡Le tengo muchas ganas! Empezaré con la Trilogía de Nueva York

      Eliminar
  6. Es mi asignatura pendiente por más que me lo recomiendan y que tengo varios preparados en el e-book. A ver si me animo y le hago un hueco. Un beso

    ResponderEliminar
  7. Muy buena reseña! Me queda mucho de Auster por descubrir y me voy apuntando esta obra, que tiene pinta de también gustarme mucho.
    Besotes!!!

    ResponderEliminar
  8. Debo ser de las pocas personas que no ha leido nada de este autor y mira que leo reseñas positivas de sus libros. Espero que este año sea el definitivo. Besos!

    ResponderEliminar
  9. Muy buena tu reseña, sin ser una de las mejores obras de Auster si es un libro que cualquier seguidor suyo disfruta y escrito tan bien como nos tiene acostumbrados el autor. Bsos

    ResponderEliminar