domingo, 11 de marzo de 2012

La tristeza del samurai

En esta novela, “La tristeza del samurái” del escritor Víctor del Árbol nos encontramos con una dura historia que se desarrolla en dos planos temporales: durante los años 40 en Extremadura, en un escenario dominado por la tiranía de los que en ese momento detentan el poder, los que han ganado la guerra y que representan la cara más sádica, vengativa e injusta de la dictadura, encarnada en unos personajes que imponen su propia ley que nada tiene que ver con la legalidad, donde las condenas se dictan al margen de un juicio y donde todo vale para quitarse de en medio a los enemigos, sean políticos o personales.

La historia se alterna con otro escenario más actual, la Barcelona de los años 80 en una España donde aún la democracia no está completamente asentada, donde perviven grupos que no aceptan el haber perdido las prerrogativas que le otorgaba el anterior régimen y tratan de preservar los modos tiránicos y dictatoriales de antaño. Esos meses de alta tensión política que desembocarán en el intento de golpe de estado de febrero del 82 se retratan con un ambiente oscuro, de resentimiento, maquinaciones políticas y abuso de poder a pesar del cambio de sistema.

Nos encontramos en este escenario con María, joven abogada que se ve envuelta en una trama de espionaje, asesinatos y luchas de poder en las que tendrá que descubrir cuál es su papel, cuál es la razón por la que ella misma se ha visto involucrada en semejante red de venganza que viene de muchos años atrás y en la que tendrá que descubrir cuál es su papel. Asistimos a la manera en que los odios y rencores antiguos se perpetuan de generación en generación, los hijos cargan con las culpas de los padres y sufren la venganza de los que nunca encontrarán redención por mucho que acaben con sus enemigos declarados, porque el odio les cala en lo más profundo de su ser y da sentido a sus vidas.

Me atrevería a decir que esta es una de las novelas más tristes, duras y descarnadas que he leído en mucho tiempo, donde la maldad humana, la tristeza, la desesperanza de los personajes es tan enorme que ni tan siquiera nos proporciona el consuelo de poder confiar en la bondad del hombre, sólo el odio mueve a la mayoría de ellos. Todos los personajes están cargados de amargura, ansia de venganza, una tristeza que afecta a lo más profundo. Una novela negra, pero de verdad, donde todo se tiñe de este color, donde no hay ni asomo de prever una luz de esperanza o confianza en la especie humana.

Algunas de las escenas son tan crueles, tan violentas, con unos personajes tan faltos de piedad o conmiseración que me ha resultado incluso incómodas de leer. He tenido una sensación de desear acabar con el libro para librarme del ambiente opresivo, de tanta crueldad, de las descripciones de las torturas y del odio que envuelven toda la novela de un ambiente desasosegante del que no puedes escapar. Bien escrito, no lo niego, transmite lo que pretende, ese estado de inseguridad, de falta de límites a la maldad y de lo que provoca en el ser humano el odio. Yo he dado mi opinión sobre el libro; ahora, el que se vea con valor para ello, que se ponga con él.

4 comentarios:

  1. Pues me gusta lo que comentas, es bueno que un escritor consiga meterte completamente en la historia, aunque sea haciéndote sentir incómoda =)

    Besotes

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  2. Leí este libro hace pocos meses, y recuerdo que tuve que dejarlo unos días porque no conseguía engancharme, pero luego ´me metí de lleno en la trama y me gustó bastante, a pesar de la dureza. Yo creo que merece la pena. Un beso

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  3. No la conocía, pero me dejas con curiosidad a pesar de ser una novela tan dura y absorvente como dices. La dejo apuntada, para cuando me vea bien preparada para una novela de este tipo.
    Besotes!!!

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  4. De momento la voy a dejar pasar, que tengo mucho pendiente en casa y algo tenemos que descartar.
    Un beso.

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