martes, 5 de julio de 2011

Alfred & Emily

Doris Lessing es una de esas autoras que están consideradas como esenciales, de obligada lectura, en fin, un clásico actual (no en vano recibió el Premio Nobel de Literatura en el año 2007 y el Príncipe de Asturias en 2001) Sin embargo, como tantos otros y otras en las mismas circunstancias, no había tenido ocasión todavía de leerla (Me encontraba en el caso de aquella que dijo: “Le sigo mucho, pero aún no he leído nada suyo”) Lo cierto es que por fin lo he hecho y he empezado precisamente por el final, por la que es, hasta la fecha, su última obra: “Alfred & Emily”, publicada en 2009. Pero por alguna parte hay que empezar.

El libro se estructura dos partes: en la primera, la autora relata una biografía imaginada por ella a partir de los caracteres y gustos de sus padres, les diseña una existencia idealizada que ella cree que podría haber sido real si la Primera Guerra Mundial no hubiese tenido lugar y no hubiese torcido sus destinos acabando con sus sueños. Al padre, Alfred Tayler, lo ve convertido en un tranquilo granjero inglés apasionado por la naturaleza, mientras que su madre, de soltera Emily McVeagh , se convertiría en una activa enfermera volcada en la ayuda a los más necesitados.

En la segunda parte, la biografía real de los padres aparece salpicada por numerosas reflexiones personales de la autora sobre temas diversos. El relato se centra en los años transcurridos en Rhodesia, antigua colonia británica, actual Zimbabwe, donde su padre, herido en la Gran Guerra y enfermo de diabetes, se encuentra al frente de una granja bastante mísera donde revive incansable su experiencia bélica que le marcaría para siempre, no solo por su lesión física, sino también por una profunda depresión que arrastraría a todo lo largo de su vida.

En cuanto a su madre, Lessing describe la conflictiva relación que las unió y de la que ella trató en todo momento de escapar. La Emily Tayler que la autora conoció era una mujer triste, enfermiza y sobreprotectora con sus hijos que tratan de huir de su control, pero la autora sabe que en otro tiempo existió una Emily McVeagh que tuvo grandes ambiciones, que quiso ser enfermera e incluso tenía dotes para haberse convertido en concertista de piano. Pero la vida real, la guerra y las convenciones la llevaron a ver frustrarse todos sus sueños; en el trastero de la casa quedaron durante años los baúles que atesoraban los apolillados vestidos destinados a ser lucidos en brillantes actos sociales, algo que resulta tan lejano en la dura granja africana donde se dedican al cultivo del maíz y del tabaco y luchan contra las lluvias torrenciales, las sequías, la amenaza del fuego y los ataques de los insectos.

Aquí asoma la faceta feminista de Doris Lessing, cuando reflexiona sobre la maternidad impuesta a lo largo de los siglos como único papel destinado a las mujeres y que les ha impedido poder dirigir sus vidas de acuerdo con sus propios planes y deseos.

Constantemente intercala la autora reflexiones sobre asuntos varios, como los actuales avances de la medicina y la psiquiatría que podrían haber ayudado a sus padres a sobrellevar sus padecimientos. También reflexiona sobre la vida en contacto directo con la naturaleza que gozaron en aquellos años, la alimentación fundamentalmente ecológica de la que disfrutaban frente a la actual preocupación por la seguridad alimentaria y la falta de alimentos para una gran parte de la población mundial, y otros temas como la situación de la población nativa en las colonias, el surgimiento de los regímenes dictatoriales en África tras la descolonización y sobre todo sobre el impacto de las guerras en las sociedades, en las formas de vida “civilizadas” que se ven inmersas con demasiada frecuencia en la salvaje vorágine de los conflictos armados.

Apenas aparecen pinceladas relativas a su propia vida, habla algo del nacimiento de sus hijos mayores, de su segundo marido que no era en absoluto del gusto de su padre y de su relación más bien distante con su hermano Harry.

En definitiva, el libro resulta muy interesante, especialmente si consideramos que su autora es una dama ya nonagenaria que demuestra mantener fresca la memoria de su infancia y juventud y es capaz de reflexiones sobre temas de actualidad y que sigue con interés los conflictos bélicos en diversas partes del mundo y los compara con los vividos en el siglo pasado. En fin, una biografía nada típica sobre unos destinos truncados por la propia vida.

2 comentarios:

  1. Me encanta Lessing, hasta el momento he leído solo El quinto hijo y Ben el mundo que son respectivamente la primera y segunda parte de una historia, pero me tuvieron pegada al libro completamente, me gusta mucho cómo escribe esta mujer y no tardaré en repetir. Bsos

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  2. No conocía al autor, por lo que he leído en tu reseña parece interesante =)
    Lo tendré en cuenta.

    Besotess

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