lunes, 11 de octubre de 2010

Un árbol crece en Brooklyn

Reconozco que soy una persona atada a una lista de libros por leer: la llevo anotada en mi agenda de mano, la voy actualizando en mi zona personal de Casadellibro.es y en la de Amazon.co.uk (para libros no traducidos al castellano) Cada vez que leo una reseña o veo en algún blog o página de crítica literaria una obra, actual o clásica, no importa, que me parece interesante, abro mi agendita, y en un post-it “churripuerco”, lleno de anotaciones y tachones (los libros logrados, hitos alcanzados y superados) apunto título y autor y ahí se queda esa ilusión de futuro, porque, mientras la realidad no venga a decir lo contrario, todos los libros apuntados en mi lista de futuras lecturas prometen grandes momentos lectores.

Hace algunas semanas terminé una de esas novelas que han pasado una buena temporada en la lista antes de dar con ella y debo confesar que no ha defraudado en absoluto las expectativas tan largamente creadas sobre ella; se trata de Un árbol crece en Brooklyn de Betty Smith. La espera valió la pena, la obra es de un encanto arrollador, de una ternura tan enorme que da pena terminarla. La narración es tan fresca y vívida que parece más una película, en blanco y negro, por supuesto, sobre la vida y andanzas de una imaginativa niña llamada Francie en el barrio de Brooklyn de los años 20. Hay algunos capítulos que podrían considerarse pequeños relatos independientes, historias completas de tan bien situados, narrados y culminados como están.

Los distintos personajes, la madre luchadora que trata de sacar a sus hijos de la miseria a través del estudio, el padre, encantador, guapo y a la vez incapaz de sobrellevar su débil carácter y salir adelante, las tías, a cuál más peculiar... todos son grandes personajes que se nos presentan con sus sueños, afanes y también debilidades en su infructuosa lucha contra el mundo, la pobreza y sus propios demonios. A pesar de todo, Francie es feliz en su paraíso particular, Brooklyn, su amor por los libros y por el estudio centra su vida, mientras es testigo de la vida que discurre en su mísero entorno y, sin embargo, no imagina un sitio mejor para vivir y para soñar con un futuro que, tal vez, pueda algún día ser más brillante que el presente.

2 comentarios:

  1. ¿sabes por qué le compré este libro a mi chico? pues porque su escritor prefe también es Paul Auster y vi que lo recomendaba en la portada...
    Y nos encantó, claro.
    Los personajes son entrañables, y me ha gustado mucho eso de que es "en blanco y negro" jeje.
    Un saludo!

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  2. INMACULADA, al final he tenido un ratito para pasarme por tu blog y me encanta! veo que tenemos gustos muy similares... yo tb tengo una lista eterna de lecturas futuribles y como tú la faceta de madre me deja poco tiempo para leer... a ver si vuelvo al redil y vuelvo a coger el ritmo...

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