domingo, 11 de agosto de 2013

La verdad sobre el caso Harry Quebert

Simplemente genial, así definiría brevemente esta novela que dicen que está siendo uno de los éxitos de este verano y no me extraña nada que así sea. "La verdad sobre el caso Harry Quebert" del escritor (sorprendentemente) suizo Joël Dicker es una trepidante historia en la que nada es lo que parece, en la que las sorpresas se suceden y con la que se da esa fabulosa situación en la que en ocasiones se encuentra un lector, de no poder soltar el libro en ningún momento y tener que devorar sus cientos de páginas tan velozmente como te permitan el resto de obligaciones con las que, por desgracia, te toca seguir cumpliendo a lo largo del día y que no entienden de lecturas adictivas.

Comentaba que me sorprende que el autor de esta novela no sea norteamericano sino suizo, porque no se puede retratar más vivamente el paisaje típico de una pequeña localidad americana como se hace en esta ocasión con Aurora, el clásico pueblito costero en New Hampshire, con sus policías patrullando tranquilamente la calle y saludando a los vecinos por su nombre, su único dinner donde sirven hamburguesas y café a cualquier hora del día, las barbacoas en el jardín, donde todos se conocen y nadie echa la llave a la puerta, donde los niños juegan en las calles y apenas ocurre nunca nada digno de mención. Hasta allí se traslada un escritor en busca de inspiración, a una preciosa casa junto a la playa, con sus gaviotas, su terraza sobre el mar y su paz infinita. En ese idílico escenario Harry Quebert escribirá la novela que lo encumbrará como gran figura de la literatura norteamericana, pero también allí y en esas mismas fechas ocurrirá un drama que sacudirá el pueblo pero que todos parecen haber olvidado completamente.

Y es treinta años después cuando Marcus Goldman, un discípulo del escritor, aspirante igualmente a autor de éxito se topa con aquellos acontecimientos que ocurrieron en 1975. Nuevas circunstancias apuntan al gran Quebert como culpable de la trágica desaparición de la joven Nola Kellergan, lo que hace que Goldman se desplace desde Nueva York hasta Aurora e inicie una investigación por su cuenta para tratar de salvar el buen nombre de su maestro. Pero descubriremos que nada es lo que parece, ni la paz ideal de Aurora es tal, ni Quebert es el gran genio que el mundo creía, que todos mienten o al menos callan lo que saben y que el tiempo corre en contra de Goldman que debe descubrir la verdad con la única ayuda del arisco sargento Gahalowood de la policía estatal.

Pero lo mejor que tiene esta novela es que nos va presentando la historia poco a poco, nos va a acercando a distintos puntos de vista, nos repite los hechos una y mil veces pero no es una pura reiteración de la historia ya que cada vez que se nos cuenta aparece un matiz diferente, un detalle que antes no conocíamos, a cada personaje vamos descubriéndole un aspecto desconocido, el pasado va abriéndose paso con dificultad y de ese modo avanzamos en la lectura de una manera compulsiva, porque sabes que cada capítulo te va a desvelar algo que no sabías, una nueva aproximación a los hechos que cambia todo lo que antes te había presentado como cierto, una nueva pieza que desbarata el puzle que ya teníamos compuesto, o eso creíamos. Y si a todo esto le sumamos el frenesí del mundo editorial que presiona incansable a Goldman para que termine su novela, para que dé a conocer al mundo el gran escándalo que supone el descubrimiento de la verdad sobre el caso Harry Quebert, la acción se acelera aún más y te atrapa en su frenética lectura indefectiblemente.


miércoles, 7 de agosto de 2013

En compañía del sol

Jesús Sánchez Adalid, autor de interesantes novelas ambientadas en distintos momentos de la historia de España, narra en esta obra titulada "En compañía del sol", la vida de Francés de Jassu, el hombre que la Historia conocería como San Francisco Javier, pero más que al santo en esta novela se nos presenta al personaje histórico, el joven inquieto que ve a sus hermanos luchar por los derechos de la Corona de Navarra, el estudiante que vive en París la vida libertina propia de los jóvenes nobles de la época, el hombre que se ordena sacerdote y vive una vida llena de aventuras, viajes y experiencias muy alejadas de lo que nunca había planeado para su propio futuro.

El relato parte de los días de la primera juventud de Francés de Jassu, el menor de una noble familia navarra originaria del castillo de Xavier que ve como el emperador Carlos V se impone al entonces rey de Navarra en cuyo bando lucharán los hermanos mayores y varios tíos del joven Francés. Tratando de alejarlo de los conflictos políticos, la madre de Francés lo envía a estudiar a París donde espera que se convierta en un hombre de Iglesia. Pero el joven Jassu es apasionado y prefiere ocupar su tiempo en disfrutar de los placeres que le ofrece la vida de joven adinerado en el París de la época, compatibiliza así sus estudios con la práctica de deportes pero también en gozar de la vida sin plantearse siquiera el profesar en la vida religiosa. Será a través de su compañero de cuarto, Peter Fabre, como entre en contacto con el estrafalario Íñigo de Loyola, extraño personaje de ideas descabelladas y considerado por algunos como un santo y por otros como un hereje por sus hábitos de pobreza extrema, su renuncia a las riquezas y privilegios y su entrega absoluta a los necesitados. Será la muerte de su querida madre y posteriormente de su hermana religiosa las que supondrán un cambio en la mentalidad de Francés y en el planteamiento de lo que quiere hacer con su vida.

En la segunda parte de la novela se da un salto en el tiempo y se nos presenta a un Francés ya ordenado sacerdote y formando parte de la recién creada orden de la Compañía de Jesús. Conoceremos cómo fue su acercamiento a Ignacio de Loyola y nos lo encontramos de camino a la India como vicario del Papa en aquellas tierras en poder entonces de la Corona de Portugal. Hacia aquellos territorios desconocidos se dirige Francés con la intención de evangelizar a los pueblos con los que se encuentre. Esta parte entra de lleno en el género de novela de aventuras, desarrollándose en exóticos escenarios, con innumerables avatares y peligros vividos por el protagonista al contacto con culturas y costumbres totalmente ajenas a él y donde el religioso trata de adaptarse al entorno y de conocer la forma de vida de aquellas sociedades exóticas y extrañas para él, a la vez que persevera en su misión de dar a conocer a Dios a aquellos que no lo conocen.

En la tercera parte de la novela sabemos que Francés ha muerto en su viaje a China. En estas páginas se nos hace un resumen de sus últimos días contados a través de los testimonios de aquellos que lo conocieron en sus viajes por India, China o Japón. Ya en aquellos días, antes incluso de su muerte, su figura era admirada en Europa a donde llegaba su correspondencia que era distribuida por iglesias, cortes y universidades donde los relatos de su vida misionera, los avatares de sus aventuras por tierras exóticas y su incansable esfuerzo evangelizador ya le habían ganado la fama de santo en vida.

Esta es una obra que, a pesar de contar la vida de un santo, se puede leer perfectamente desde el plano más puramente de novela histórica y de aventuras, entra poco en los aspectos más relacionados con la religiosidad del personaje y más en sus inquietudes personales y en los aspectos de su carácter como hombre inquieto, apasionado y tenaz en toda aquella misión que emprendió a lo largo de su fascinante vida.

viernes, 2 de agosto de 2013

El aire que respiras

Tuvo mucho que ver el hecho de que me conquistara el mundo creado por Care Santos en su anterior novela, "Habitaciones cerradas", que leí hace un par de veranos, para que me lanzara bastante convencida sobre esta última, "El aire que respiras". E incluso cuando en un principio esta nueva novela me pareciera un poco lenta en su arranque, así y todo insistí, e hice bien, porque pronto la historia aceleró a toda máquina y me enganchó en su rocambolesca mezcla de personajes, en la convulsa época en la que se ubica, el complicado siglo XIX español, más concretamente de la ciudad de Barcelona, la época que va de la ocupación napoleónica a la posterior restauración borbónica, con unos personajes aparentemente excesivos pero sacados, sin embargo, de la realidad histórica, con unas vidas que se cruzan en torno a una colección de libros prohibidos, obras perseguidas por la desgracia que son extraviadas, buscadas, encontradas, vueltas a perder, escondidas y robadas una y mil veces y que originan encuentros y desencuentros entre bibliófilos y bibliófagos, coleccionistas y libreros, personajes que buscan en ellas unas veces el placer del objeto prohibido, otras el deseo de lo raro y valioso o el mero deleite de poseer una obra de arte en exclusiva.

Y de libro en libro conoceremos las complicadas existencias de Carlota Guillot, la heroína protagonista, de su cruel esposo Néstor Pérez de León, del italiano Brancaleone, librero por casualidad, pero la novela está llena de personajes fascinantes, tanto los reales como los ficticios que conviven en perfecta armonía. Es esta una obra muy coral donde todas las historias tienen su peso, donde el drama se compensa con un acentuado toque de humor en el modo de contar las historias, con una mezcla de Historia, aventura y folletín, con muchos cambios de registro, alternando narración con correspondencia, diarios o biografías reales y con un ritmo que va acelerando y no ahorra sorpresas finales en la historia, muy bien rematada.

También diré que la novela tiene, como viene siendo habitual en los últimos tiempos, un plano de narración paralela que transcurre en el tiempo presente, centrado en la investigación llevada a cabo por parte de una escritora que ayuda a una amiga que acaba de heredar una vieja librería donde encuentra unas notas de su padre sobre unos misteriosos libros, pero para mi gusto las escenas de esta trama no llegan a la altura del relato principal que es el que verdaderamente engancha y se sigue con enorme interés, una historia que demuestra que los libros pueden dar sentido a la vida, e incluso ser el único medio racional de cambiar el mundo.


viernes, 26 de julio de 2013

En el jardín de las bestias

"En el jardín de las bestias" no es una novela, es preciso comenzar aclarando ese punto, no se trata de una obra de ficción, sino una biografía ligeramente novelada escrita por el periodista y profesor universitario Erik Larson en torno a la figura de William E. Dodd, embajador norteamericano en Berlín entre los años 1933 y 1937. Dodd, hasta ese momento un tranquilo profesor de Historia en la universidad de Chicago, llega a Alemania pocos meses después de la subida al poder de Hitler y se convierte en espectador de primera fila de los acontecimientos y movimientos del gobierno alemán que no le hacían al embajador sino comprender que el III Reich se preparaba sin duda alguna para la guerra, a pesar de las constantes negativas de sus gobernantes al ser interrogados sobre este asunto. Igualmente, las medidas políticas tomadas en contra de los ciudadanos judíos, su paulatino apartamiento de todo tipo de actividades públicas, la prohibición de su participación en cada vez más ámbitos de la vida política, social y económica, escandalizan al norteamericano que constantemente advierte a su propio gobierno del peligro real que para la democracia se estaba convirtiendo el régimen alemán, aunque no recibiera mucho eco en ese momento, la realidad histórica nos demuestra que, si bien sus previsiones fueron ignoradas durante años, eran plenamente certeras, de tal modo que todo aquellos hechos que él denunció acabaron precipitando al mundo entero a una Guerra Mundial pocos años más tarde.

El embajador Dodd se trasladaría a su destino alemán acompañado de su familia: su esposa, su hijo Bill y su hija Martha. Esta última también tiene un papel importante en el libro, ya que la joven participó muy activamente en la vida social del animadísimo Berlín de la época, aprovechando su posición privilegiada de hija de diplomático participaba en fiestas, tertulias, se relacionaba con personalidades de las artes, el periodismo, la cultura y la política, además de tener una intensa vida sentimental, protagonizando numerosos romances, relacionándose íntimamente con personal diplomático de otros países e incluso con figuras relevantes del partido nazi, por el que en un principio se sintió atraída creyendo que sería un buen instrumento para volver a ensalzar la gran nación alemana al lugar que históricamente le correspondía. Sin embargo, pronto se desilusionó de este proyecto al contemplar en directo la crueldad y la violencia indiscriminada en la que se fundamenta la acción de los que ella comenzó considerando jóvenes y entusiastas patriotas.

La obra está elaborada basándose fundamentalmente en documentación escrita, cartas personales de Dodd y su hija, básicamente, pero también en documentos oficiales del gobierno norteamericano, comunicaciones diplomáticas, informes, declaraciones, diarios o biografías de muchos de los protagonistas de la política de aquellos años. Al tratarse de una obra de no ficción, la abundantísima documentación y las numerosas citas de hechos o narraciones reales o las distintas versiones por parte de los protagonistas de los hechos relatados, provocan que la lectura en ocasiones carezca de la agilidad que caracteriza a una novela, pero se compensa este problema por el interés de lo que se cuenta y por lo impresionantes que resultan en ocasiones los hechos reales que se nos presentan, cumpliéndose en este caso la famosa máxima de que la realidad supera, a veces con creces, cualquier ficción que sobre ella se pueda crear.

domingo, 14 de julio de 2013

El testigo invisible

Me he declarado en repetidas ocasiones como una apasionada de la novela histórica y revisando mis lecturas es fácil comprobar la alta frecuencia con que este género aparece en ellas. Y en muchas ocasiones esto no es un resultado de una búsqueda voluntaria, sino que las novelas basadas en hechos reales, con trasfondo histórico, me atraen de manera irresistible y acabo cayendo en ellas una y otra vez. Existen, además, épocas, personajes o acontecimientos concretos por los que, lógicamente, siento una especial debilidad y que se presentan igualmente en mis lecturas con cierta regularidad. Uno de esos temas recurrentes sobre el que no me canso de leer es la vida y, por supesto, la dramática muerte de los últimos representantes de la familia imperial rusa, el zar Nicolás, la zarina Alejandra y sus cinco hijos, el pequeño zarevich y las hermosas princesas imperiales. Y este es el tema central de la última novela de Carmen Posadas de título "El testigo invisible" que cuenta los últimos años de la familia Romanov, contados en esta ocasión desde el punto de vista del joven Leonid Sednev, un chico que entra al servicio del palacio Aleksandr como water boy o encargado de limpiar los conductos de las calefacciones del edificio y que se mantendrá junto a la familia real hasta sus últimos momentos en la conocida como Casa del Propósito Especial, el último alojamiento de la familia y donde serían asesinados finalmente. La relación del chico con sus señores, los rumores e intrigas en los que se ve envuelto, su enamoramiento platónico de una de las princesa, los personajes históricos que desfilan por San Petersburgo en aquellos días... todo eso se nos cuenta con un tono sencillo, desde el punto de vista del pequeño Leonid, pero contado a modo de memorias, muchos años después y desde la otra punta del mundo, en una confesión de unos hechos que desea narrar antes de morir para dejar constancia de lo que en esos años vivió junto a los zares.

Es sabido que en torno a estos hechos se han escrito cientos de versiones de todo tipo, novelas de variado género, además de otras historias paralelas en torno a la supuesta supervivencia de algunos de los miembros de la familia imperial, fundamentalmente de la pequeña Anastasia, por no hablar del siempre intrigante personaje de Rasputín. Recuerdo, así al pronto, "La casa del propósito especial" de John Boyne o "El síndrome de Anastasia" de Mary Higgins Clark. Esta de Posadas es una aportación más a la larga lista de incursiones en esta apasionante historia, contada con la soltura y el gancho habitual en la escritora, plagada de datos históricos, de curiosidades sobre el día a día de la familia de los zares, con una frescura que te aproxima vivamente a los personajes y que hacen que te enganches a la lectura hasta la última página. Y eso, teniendo en cuenta que ya conocemos el desenlace de antemano, tiene su mérito.

lunes, 8 de julio de 2013

El día de mañana

Nuevamente he tenido la suerte de toparme con uno de esos libros que son capaces de contarte una historia convincente, que te recrean un periodo histórico con viveza y que contienen personajes creíbles, de aquellos que piensas si no habrán sido tomados de la vida real. Todo eso y mucho más he encontrado en esta novela de Ignacio Martínez de Pisón, "El día de mañana". No sólo ha tenido el autor la capacidad de trasladarme a una época siempre controvertida como son los últimos años del régimen franquista, llenos de luces y sombras en ese camino imparable aunque incierto hacia la etapa democrática, donde convivieron los seguidores del régimen con sus más duros combatidores, junto con esa inmensa masa de población que no hacía más que subsistir en medio de las circunstancias que la vida le presentaba, con poco interés por la política y muchas ganas de salir adelante en medio de una sociedad que, a pesar de todo, de lo duro del momento, confiaba en un futuro mejor. Además es que lo ha hecho de manera atractiva y logrando involucrarme en las peripecias del protagonista más negativo con el que me he encontrado últimamente.

Lo más destacable de esta novela en lo que se refiere al plano formal es, sin duda, la estructura del relato y el punto de vista del narrador, o de los narradores, para ser más precisos. Toda la historia se nos cuenta mediante sucesivos monólogos de varios personajes que cuentan, en primera persona y a modo de confesión sus vivencias en aquellos años con un único punto en común entre todos ellos: todos, en algún momento, tuvieron algo que ver con Justo Gil, un protagonista que en ningún momento se dirige al lector, es el protagonista del relato pero es el único que no nos cuenta su vida, eso queda de la mano del resto de los personajes. Así, todas las narraciones giran en torno al tal Justo, un joven sin grandes méritos ni recursos que llega a Barcelona acompañado de su madre enferma, como tantos otros emigrante en esa época y comienza a partir de entonces a buscarse la vida de las maneras más variadas posibles, acabando convertido en un soplón de la policía, enemistado con todos aquellos a los que frecuentó. Todas las historias que se nos narran convergen en Justo, y cada una nos muestra un especto de él: el vecino necesitado, el socio defraudador, el falso militante político, el amigo... pero no por ello dejan de ser historias personales, vidas reales de cada narrador a través de las cuales se nos muestra un fresco retrato de lo que fueron aquellos años de nuestra Historia aún cercana.

jueves, 27 de junio de 2013

El enigma de la calle Calabria

Regreso nuevamente a la serie de Jerónimo Tristante sobre el inspector Víctor Ros, que en esta ocasión se traslada a Barcelona, ciudad donde inició su carrera profesional, para colaborar en la investigación de "El enigma de la calle Calabria" y nuevamente nos presenta una amena historia de de misterio, con todos los elementos clásicos del suspense más tradicional, en la que seguimos la investigación policial a cargo del detective Ros que contrapone, como ya es habitual en él, la lógica y las pruebas de tipo científico a las supersticiones y las explicaciones irracionales con las que el pueblo llano y la opinión pública, allá por los últimos años del siglo XIX, trataba de justificar todos aquellos fenómenos extraños que rodean este misterioso caso.

La cuestión es que Ros tendrá que desmentir las teorías que parecen indicar que el  empresario Gerardo Borrás ha logrado escapar de un secuestro que lo ha llevado hasta el mismísimo infierno, aunque no haya podido escapar a la desgracia de ser poseído por el diablo. El inspector deberá dar con una explicación racional a todos los extraños aspectos que rodean este caso en el que se ven envueltos personajes de lo más sórdido, especialmente un peculiar "malo" que se mueve entre los ambientes más oscuros de la prostitución, la explotación de menores, el asesinato, las estafas de alto nivel, e incluso el vampirismo. Pero afortunadamente tenemos al detective Ros y a sus compañeros de investigación para llegar a la resolución del caso que devolverá la seguridad y la calma la ciudad y a sus habitantes que podrán agradecer a su sagacidad el poder vivir en paz nuevamente.

Tras sus anteriores aventuras situadas en el Madrid más castizo, en esta entrega Víctor Ros se desplaza a Barcelona y nos pasea por esta ciudad con su incesante crecimiento urbano, con su ensanche perfectamente diseñado y sus barrios periféricos de aluvión llenos de miseria, la avalancha de inmigrantes que llegan a la ciudad para participar en la imparable  industrialización y su mezcla de cultura y pobreza, de europeísmo y nacionalismo, de tradición y revolución. Una ciudad de Barcelona, en fin, que se dibuja como un marco apasionante donde se desarrolla el argumento de esta entretenidísima novela, parte de una serie de la que me reconozco entusiasta seguidora. Hasta la próxima entrega, por tanto, señor Ros.