Para ayudar a las necesitadas finanzas familiares, los Henderson deciden alquilar la habitación libre de su casa a la encantadora señorita Vera Brandon que, contra todo pronóstico, terminará por convertirse en una auténtica pesadilla y la mayor amenaza para Louise y su familia.
Si bien está novela fue publicada en 1958, fácilmente podría trasladarse en muchos aspectos al más actual presente, retratando a cualquier madre de hoy día sumida en el multitasking que podría compartir y comprender perfectamente la intensa dedicación a la familia, la carga metal y el agotamiento físico y falta de sueño de Louise. Con un tono humorístico y aparentemente ligero se afrontan asuntos que en la Inglaterra de los años 50 igual que hoy en día siguen suponiendo una problemática pendiente de resolver, unido a una trama de thriller que ofrece una visión del lado más oscuro de la maternidad.
"Por un momento, Louise vislumbró, más allá de las tiernas y delgadas hojas de las lilas, más allá de las grises nubes que surcaban veloces el cielo, un tiempo venidero en el que también ella sería capaz de apoyarse tranquilamente en la tapia de alguien y hablar con dulce nostalgia de los días lejanos en que no pegaba ojo por las noches. Qué banal sonaba esa frase, incluso un poco absurda. Qué pobremente reflejaba el cansancio profundo e implacable que absorbía hasta el último gramo de alegría de tu cuerpo y de tu espíritu… que podía hacer picadillo toda la felicidad de un matrimonio…"
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