martes, 28 de mayo de 2024

Tutti i nostri ieri

Natalia Ginzburg es de esas autoras que nunca me defraudan; posee un universo propio en el que me resulta cómodo introducirme y dentro del cual disfruto enormemente por si peculiar manera de contar. En este caso el libro que he leído, "Tutti i nostri ieri" es además un ejemplar que compré en "Open Door",  una librería de segunda mano en el barrio romano de Trastevere, con lo que puedo afirmar que gracias a todos estos factores, esta experiencia lectora ha sido perfecta.

La novela está protagonizada por un grupo de amigos jóvenes, algunos todavía adolescentes, pertenecientes a dos familias vecinas que residen en una pequeña ciudad del norte de Italia cuyo nombre nunca se menciona, en los años previos a la Segunda Guerra Mundial. Por una parte conocemos la familia donde se encuentran Ippolito, el mayor, sometido a la tiranía del padre; Concettina, pendiente de sus muchos admiradores y de su aspecto físico; Anna y Giustino, ambos todavía en el colegio. El padre es un hombre irascible e incapaz o sin interés por manejar a sus cuatro hijos, pero fallecerá pronto y dejará la casa y el cuidado de sus hijos en manos de la señora María, antigua dama de compañía de la abuela. El único amigo del padre, Cenzo Rena, un viajero incansables que desde cualquier lugar del mundo les envía postales y chocolates es un miembro más de la familia.

Pronto traban amistad con los vecinos de la casa de enfrente: Emanuele, Amalia y Giuma, hermanos de edades similares a sus vecinos que, cuando fallece su padre quedan al cuidado de una madre joven e incapaz de llevar una casa, además de heredar una próspera fábrica de jabón. Ippolito y Emanuele coinciden en sus inquietudes políticas y junto con su amigo Danilo fantasean con ser revolucionarios antifascistas mientras siguen el avance de la guerra que todavía parece no amenazar Italia. Anna y Giuma todavía están en edad de jugar cuando se conocen aunque con el tiempo pasarán a una relación más profunda. Amalia y Concettina se casaran con hombres de muy distinto perfil y finalmente las vidas de todos cambiarán drásticamente cuando la guerra se convierta en una realidad y la amenaza del antisemitismo se materialice con la ocupación alemana.

Esta es una novela básicamente coral aunque, según avance la narración, la pequeña Anna irá centrando la atención del relato, aunque nunca dejaremos de atender a lo que le suceda al resto de los personajes. El ambiente en la casa, las relaciones y costumbres familiares así como el momento histórico y la manera de afrontarlo por parte de algunos de los personajes de la novela recuerdan en muchas ocasiones a la propia familia de la autora que más tarde aparecería retratada en "Lessico famigliare" aunque en esta ocasión se trate de un argumento de ficción, pero no cuesta adivinar que la autora se inspiró claramente en su propia realidad para crear esta obra.

Los personajes están muy bien tratados, son personas con sus luces y sus sombras que van buscando su lugar en el mundo según crecen y maduran; cada uno se forja su propia personalidad, atraviesan los años de guerra, forman sus propias familias pero continúan siendo estos niños que soñaban con hacer la revolución y mantiene los lazos que los unirán para toda la vida. La novela está llena de historias particulares que se entrecruzan y se mezclan con los sueños, los planes de futuro, las historias que imaginan, una mezcla de realismo y fantasía, sin dramatizar nunca ni tan siquiera los episodios más duros y que supone una mirada a la guerra desde los ojos de las personas de a pie que no hacen sino tratar de seguir adelante con sus vidas a pesar de los desastres que suceden a su alrededor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario