En este caso, nos encontramos de nuevo frente a una estupenda novela de género domestic noir en la que Álex Duarte, una joven periodista barcelonesa, es enviada por su periódico a Montseny, el pueblo de la sierra donde un año antes desapareció una chica llamada Silvia Blanch. Nadie ha sabido que fue de ella, si se marchó por su propia voluntad o si alguien la hizo desaparecer. Hace ya meses que la policía ha abandonado las tareas de búsqueda y Álex pretende indagar entre las amistades y familiares de Silvia, así como entre vecinos y conocidos, para descubrir si alguien conserva todavía la esperanza de que pueda estar con vida o si, tal vez, alguien pudiera saber algo que no le contó en su momento a la policía y que pudiera arrojar alguna nueva luz sobre la misteriosa desaparición.
La periodista no es bien recibida por los vecinos del pueblo que se muestran muy reservados y suspicaces. Afortunadamente, los padres de Silvia han accedido a hablar con la prensa, deseosos de que se pueda reabrir la investigación y saber qué ocurrió con su hija. Otros personajes en torno al caso serán Jan, el primo de Silvia, que en algún momento llegó a ser considerado como sospechoso o el novio de la chica, Daniel, que, un año después, no logra superar su pérdida.
Alex llega a obsesionarse por el caso, por la figura de Silvia a la que todas las declaraciones muestran como una persona perfecta en todos los aspectos, como hija, pareja, empleada ejemplar, sin ningún defecto ni debilidad. Pero todos tenemos secretos que ocultar, aunque algunos lo consiguen con mayor éxito que otros. Así que esta historia nos atrapa como los mejores thrillers con un ritmo impecable en el que vamos encontrando pistas que sólo tendrán sentido al desvelarse el sorprendente final, dentro de una trama de relaciones familiares complicadas, donde descubrimos que todos tenemos un lado oscuro que, en ocasiones, es mayor y más profundo que la cara que mostramos a aquellos que nos rodean.
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