viernes, 18 de septiembre de 2020

Confusión (Crónicas de los Cazalet 3)

Continúo avanzando sin demasiada prisa pero sin pausa por las Crónicas de las Cazalet de Elizabeth Jane Howard y le toca en este caso el turno a la tercera entrega titulada "Confusión" que abarca el periodo que va desde marzo de 1942 hasta el final de la guerra en Europa en mayo del 45. Durante estos años los distintos miembros de la familia Cazalet continúan con sus vidas, a pesar de la guerra, algunos residiendo en Londres y otros permaneciendo en la casa familiar de Home Place. Tras la muerte de Sybil, Hugh se centra en el trabajo con el apoyo fundamental de su hija mayor, Polly. Edward continúa su romance extramatrimonial con la ahora viuda Diana Mackintosh, con la que ha tenido una hija, mientras que su esposa Villy acepta resignada su cada vez más fría y distante relación matrimonial, aunque ajena a las causas reales de este distanciamiento. Rupert continúa desaparecido en Francia mientras que su hija Clary va convirtiéndose en una jovencita responsable y sensata que comparte piso con Polly y que poco a poco va mejorando su relación con su joven madrastra, Zoë, dedicada al cuidado de la pequeña Juliet; perdida prácticamente la esperanza en el regreso de su esposo, trata de adaptarse a los ritmos y costumbres de su familia política y comienza a retomar algo de su vida social en Londres. También las primas mayores van tomando más protagonismo según se convierten en adultas. Louise contrae matrimonio con famoso artista destinado ahora en el Ejército y se encuentra convertida en una joven esposa, esperando un hijo y sintiendo que la vida de casada no es lo que esperaba, mientras que su prima Angela lleva una vida desordenada en Londres donde alterna su trabajo en la BBC con una frenética vida social plagada de escarceos sentimentales y salidas nocturnas, aunque sin lograr satisfacción alguna ni aclarar el rumbo que va tomando su vida. Nora, que siempre soñó con convertirse en monja, acaba casada con un excombatiente seriamente incapacitado. La tía Rachel sigue volcada en el cuidado y atención de todos los miembros de la familia, en especial de los más mayores: el Brigada, la Duquesita y las viejas tías, lo que repercute en su complicada relación con su amiga Sid, que acaba encontrando alguien que la admira y le dedica más atención. Especial relevancia adquiere Archie Lestrange, el amigo francés de Rupert que les trajo a los Cazalet las últimas noticias conocidas sobre el paradero de aquel y que se convierte en consejero y confidente de varios miembros de la familia, anima sus reuniones familiares y alguna jovencita cae incluso enamorada de él.

Los personajes evolucionan y crecen en cada una de las entregas según avanzan los años; los asuntos domésticos no cesan nunca de procurar novedades, como no puede ser de otro modo tratándose de una familia tan amplia, algunos más inocentes como los caprichos y juegos de los más pequeños o los planes de futuro de las chicas y otros de mayor relevancia como infidelidades, tristezas por la ausencia de seres queridos e insatisfacción con la vida. A pesar del drama que vive el país, la vida continúa avanzando y encuentra un sitio para el amor, las pasiones, los sueños y las esperanzas. 

Los capítulos se adentran en cada uno de los personajes a los que a veces retrata con crudeza según estos se van desnudando a través de diarios, cartas o reflexiones en las que muestran su verdadero ser, sus debilidades,  aspiraciones y dudas, no tanto por medio de las conversaciones en las que no siempre se muestran sinceros, sino más bien cuando se expresan a través de monólogos internos en los que confiesan lo que realmente les inquieta y preocupa. La autora se muestra incisiva también al retratar el carácter de los ingleses como sociedad, su distanciamiento de lo que ocurre en el resto Europa, su frialdad de carácter pero también el estoicismo con el que afrontan las penurias causadas por la guerra. Espero no tardar mucho en embarcarme en la siguiente entrega de la serie y descubrir por qué rumbos navegan los Cazalet, una vez finalizada la guerra y retomada la normalidad de su día a día, pero eso ya será otro libro.

2 comentarios:

  1. Me gustaría leer estos libros, pero con tanto pendiente, no sé si le va a llegar su turno en algún momento. Necesitamos más horas en el día...
    Besotes!!!

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    1. Es verdad que nunca podremos llegar a leerte todo lo que se publica ni todas las colecciones así que hay que confiar en tener suerte y que lo que leemos sea bueno. Igual en algún momento se te cruza por delante el primero y lo descubres y te conquista.
      Saludos.

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