sábado, 29 de febrero de 2020

Una jaula de oro

Como seguidora fiel que soy de la serie de Fjällbacka de la sueca Camilla Läckberg, no podía dejar pasar por mucho tiempo su nueva novela, "Una jaula de oro" que, aunque ya sabía que no pertenece a mi muy adorada serie, sí que comparte con aquella los escenarios de la Suecia actual y el retrato de su sociedad, así como el destacado protagonismo de los personajes femeninos en su argumento. Y, claro está, el estilo y la habilidad de la autora que con su habitual pulso narrativo no permite que en ningún momento la acción ni la emoción decaigan.

En esta novela, la protagonista es Faye, una mujer inteligente y emprendedora que renuncia a su carrera profesional para dedicarse por entero a su familia, a cuidar de su hija pequeña, de su casa y de su marido cuando éste inicia una exitosa carrera empresarial gracias a una idea que precisamente creó y ayudó a hacer realidad su esposa. Han transcurrido unos años y Faye se encuentra sometida al déspota y abusador marido en el que se ha convertido Jack, embebido de éxito y fortuna, desprecia completamente las capacidades y virtudes de su mujer de la que sólo espera que luzca bien, se guarde sus opiniones para sí misma y no le moleste mucho. Pero Faye, incomprensiblemente, todavía le ama y se somete a su voluntad, se limita a relacionarse con otras esposas de ricos empresarios, mujeres florero de la alta sociedad dedicadas a gastar el dinero de sus maridos y a matarse de hambre para seguir aparentando una juventud que se les escapa, lo que arrastra a nuestra protagonista a una existencia vacía, superficial y sin alicientes, una auténtica jaula de oro de la que no sabe si desea salir. Hasta que una traición le obliga a volver del revés su vida y enfrentarse de nuevo sola al mundo sirviéndose solamente de su inteligencia y arrojo.

Como ocurre en todas las novelas de la Läckberg, encontramos una segunda línea argumental que nos lleva hasta 2001, cuando la propia Faye todavía empleaba su primer nombre, Matilda, y no era más que una jovencita recién llegada a Estocolmo desde su Fjällbacka natal (simpático autoguiño de la autora que nos permite retomar el espíritu de sus anteriores novelas y ubicar perfectamente el ambiente en el que se crió la protagonista). La joven Matilda escapa de una vida monótona en una pequeña localidad costera y llega a la capital para estudiar y en busca de nuevas oportunidades. Pero también escapa de un turbio pasado familiar que incluye varias muertes y un desarraigo absoluto, un pasado que no tiene intención de compartir con nadie, ni siquiera con su nueva amiga, Chris, que se convertirá desde entonces en su fiel compañera de diversión y en apoyo en los peores momentos que vendrán más adelante.

Esta no es una novela policíaca al uso a las que nos tiene acostumbrados la autora; ni siquiera diría que se trate de una novela de crímenes como tal, a pesar de que arranque con un asesinato y con la protagonista declarando ante la policía y que haya más de una muerte violenta a lo largo de la historia que nos cuenta. Se aprecia que con este libro la Läckberg ha tratado de alejarse del universo creado en las novelas de su popular serie que mantienen un tono generalmente bastante blanco, plagado de rutinas y personajes que resultan agradablemente familiares al lector. Y ese cambio de registro comienza por el alto tono de las numerosas escenas tórridas que jalonan esta lectura, con descripciones bastante explícitas de la activa vida sexual de la protagonista, elemento este que, en mi opinión particular, no le hace ganar con el cambio, ya que creo que para hacernos entender el papel que el sexo tiene en las relaciones personales de la protagonista no era preciso entrar tan en detalle en todos y cada uno de sus encuentros carnales.

Pero dejando esas apreciaciones de lado, podemos determinar que esta es básicamente la historia de una venganza, de un plan terrible planificado durante mucho tiempo. Alimentada de rabia y resentimiento desde muy joven, Faye diseña una colosal venganza por el daño sufrido personalmente en carne propia pero también actúa como agente a través del cual todas las mujeres que han sido engañadas, humilladas y ninguneadas en algún momento de su vida pueden ver ahora colmadas sus ansias de revancha contra los hombres a través del proyecto con el que Faye vuelve a brillar ante el mundo después de los oscuros años transcurridos a la sombra de su marido. Es curioso que la protagonista de esta novela no es un personaje positivo en absoluto, tiene muchos defectos, es vengativa y cruel, y utiliza métodos poco honestos para alcanzar sus objetivos, pero no nos queda más que seguir con interés su peripecia esperando que logre hacer triunfar su empresa en pro de la dignidad de las mujeres. Una actitud que en la vida real dudo que apoyara nunca pero que como argumento de novela me ha parecido que tiene una gran fuerza, originalidad y potencia como motivación vital. Y es que tenemos claro que lo que funciona en los libros no tiene que ser necesariamente extrapolable tal cual al mundo real.

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