domingo, 4 de noviembre de 2018

Nadie ha muerto en la catedral

Vuelvo a trasladarme hasta Navarra de la mano de la escritora Estela Chocarro y la segunda entrega de su serie protagonizada por la experta en Arte, Rebeca Turumbay. En esta ocasión la acción de "Nadie ha muerto en la catedral" se desarrolla entre Cárcar, pueblo natal de la joven, y Pamplona, a donde Rebeca regresa al ser requerida en su condición de especialista en la obra de Dalí para verificar la autenticidad de un supuesto cuadro del pintor que ha aparecido en una capilla secreta descubierta en la catedral de Pamplona junto a dos cadáveres de distinta datación. El macabro hallazgo atrae igualmente a Víctor Yoldi, periodista del Diario de Navarra y que inició un romance bastante intermitente con Rebeca en la anterior novela. La investigación que ambos llevarán a cabo involucrará a varios miembros del cabildo de la Catedral, sacerdotes que en su juventud coincidieron en torno a un oscuro asunto que se ha tratado de ocultar durante muchos años y que afecta también a una notable familia de la provincia y que ahora nuestros protagonistas tratarán de sacar a la luz. Pero el misterio se remonta más allá en el tiempo, llegando hasta un asesinato cometido en el siglo IX en la antigua catedral. Gran participación en la acción tendrán nuevamente los ancianos de la residencia de Cárcar, el tío de Rebeca y su grupo de compañeros, que representan las raíces, la tradición y el depósito de recuerdos y tradiciones a los que los más jóvenes recurren con frecuencia para resolver los misterios del pasado.

No puede negarse que el recurso de incluir un cuadro de Dalí junto a los cadáveres aparecidos en la catedral para justificar la participación de Rebeca en el argumento de esta novela resulta bastante forzado, pero una vez que decidimos pasar por alto este hecho, la lectura es bastante ligera y amena y volvemos a participar de una trama de acción y de investigación no exenta de riesgo para los protagonistas que entretiene sin demasiada complicación.

Lo que hay que reconocer es que la autora ha logrado crear un grupo de personajes y un escenario que se convierte en familiar al lector, como ocurre en las series exitosas, consigue involucrar al lector y crear la sensación de pertenencia, el llegar a considerar a los personajes como gente cercana a ti, por los que puedes interesarte e incluso preocuparte, lo que te lleva a conectar con la serie y a regresar a ella con agrado y expectación por las peripecias por las que aquellos tendrán que pasar. Y aunque también reconozco que no es la mejor serie de la historia de la literatura, que presenta fallos como el abuso de las reiteraciones para asegurar que el lector no pierda el hilo de la historia o la falta de chispa romántica entre la pareja protagonista, sí que cumple con los requisitos para considerarla una lectura entretenida y de evasión, sin mucho más objetivo que pasar un buen rato de lectura descomplicada, que ya está más que bien.

6 comentarios:

  1. Pues sí, está más que bien. A veces es lo único que se busca. Lo tendré en cuenta.
    Besote!!!

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    1. Pura lectura de evasión, que ya es bastante. Espero que la disfrutes.
      Saludos.

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  2. Lo tendré en cuenta porque me gusta este tipo de historias y ademas la portada me ha enamorada un poco y aunque eso no es garantía de nada, influye. Pero será ya de cara al año que viene que en los meses que queda no tengo nada de tiempo.
    Besotes!

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    1. Es un drama lo de las lecturas pendientes acumuladas, no se termina nunca la temible lista de libros por leer. Espero que encuentres el momento para leerla, aunque tampoco es un libro imprescindible, ya te lo advierto.
      Saludos.

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  3. Muchas gracias por la recomendación! La portada es magnñifica, no he podido evitar acordarme de Notre Dame. Sin duda será mi siguiente lectura.

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    1. Me alegra que te haya atraído esta lectura. Espero que la disfrutes mucho.
      Saludos.

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