domingo, 14 de octubre de 2018

El color de la luz

Lo de no juzgar un libro por su su portada es un consejo que resulta, por lo general, de lo más acertado; sin embargo he de reconocer que lo primero que me atrajo de esta novela en cuanto la vi en la biblioteca fue esa imagen tan evocadora de su cubierta y el hecho de que se encontrara en la sección de recomendaciones de los lectores ya completó mi decisión de elegirla de inmediato. "El color de la luz" de Marta Quintín ha resultado ser una elección bastante acertada de la que no he tenido que arrepentirme, afortunadamente.

El argumento de la novela comienza en el tiempo actual, cuando una joven periodista española se encuentra trabajando en Nueva York donde acude a cubrir una subasta de arte. En este evento será testigo de como una compatriota, la millonaria empresaria Blanca Luz Miranda, paga una cifra asombrosa por un cuadro de arte de un reputado pintor ya fallecido. La curiosidad por conocer mejor a esta mujer y lo asombroso de su insistencia por hacerse con esa obra en concreto, llevarán a la joven periodista a ponerse en contacto con la provecta empresaria y a tener la oportunidad de que esta decida contarle su vida a nuestra narradora, que no tiene muy claro si la historia que se dispone a escuchar tendrá algún interés, si valdrá la pena conocer "el pormenorizado retrato de todos los azares, acontecimientos y encrucijadas que me han conducido a pagar veinte millones de dólares por un cuadro de Martín Pendragón"

A partir de ese momento, la práctica totalidad del relato se traslada al pasado, a una ciudad española de provincias a principios del siglo pasado donde descubriremos el origen de la carrera artística de Martín Pendragón y su relación con Blanca Luz, hija de su maestro de pintura. Asistiremos al nacimiento de su historia de amor y a cómo esta evoluciona a lo largo de los años, convirtiéndose, como ya podéis imaginar, en una historia de amor imposible. Pero la novela también retrata una historia de pasión por la pintura y la figura de un artista volcado completamente en su obra creativa, pasando por encima del amor, de la amistad o la familia. El resultado es un relato intenso donde se nos cuenta una vida de entrega absoluta al arte y que nos lleva desde la España de principios del siglo XX, pasando por la Guerra Civil y por el París de la bohemia donde asistimos al nacimiento de las vanguardias artísticas y al estallido de la II Guerra Mundial, llegando hasta los años 80, en las constantes idas y venidas, encuentros y desencuentros de los amantes. Aunque la historia que cuenta no nos sorprende con giros inesperados o con grandes sorpresas argumentales y los personajes son algo planos careciendo en ocasiones de profundidad, cumpliendo con lo que podríamos esperar de ellos en cada momento, sí que puedo decir que la novela está muy bien escrita y que se lee con agrado de principio a fin. Sin ser una novela fabulosa sí que es recomendable como dispensadora de buenos ratos de entretenimiento.

6 comentarios:

  1. yo también he visto esta novela por la biblio y me llamaron también la atención la cubierta y el título, pero si dices que aunque está bien escrito es de los de pasar el rato..., no sé
    Besos

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    1. Veamos, yo no te diría que es un imprescindible, pero si te lo cruzas y no tienes otra lectura a mano en ese momento, seguramente te haga pasar un buen rato. A veces se necesitan lecturas agradables como esta para disfrutar sin complicaciones.
      Saludos.

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  2. PUes si se cruza en mi camino, no me importaría leerla. Creo que me gustaría.
    Besotes!!!

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  3. Estas son las novelas que leo cuando tengo algo importante entre manos y no puedo distraerme enganchándome a un libro. Lo tendré en cuenta porque la portada me parece preciosa, la verdad. Y yo sí que caigo muchas veces por eso, que aunque forma parte del marqueting es una muestra del cuidado que se le pone a la edición, cosa ya bastante importante.
    Besotes!

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    1. Pues sí que hace falta de vez en cuando tener a mano alguna lectura descomplicada como es este caso y bien que se disfrutan, claro!
      Saludos.

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