«Nos estamos hundiendo en esta ciénaga –pensó–. Al final el fango acabará por cubrirnos y desaparecerán todos los Goodenough»
Robert, el más aplicado de los hijos, el aprendiz más aventajado del padre, será el único que herede su pasión por los árboles y su cultivo y el que único que escapará de allí y emprenderá el camino hacia el oeste en una gran aventura hacia los parajes desconocidos y llenos de posibilidades que suponen los territorios recién explorados, en las grandes praderas, la dura realidad de las granjas de ganado donde la vida del vaquero está muy alejada de los mitos que posteriormente se forjaron, hasta llegar a California, el extremo del gran país recién nacido y donde todo es posible.
La novela nos cuenta una historia de pioneros, de buscadores de oro y aventureros pero sobre todo de amantes de los árboles, de los manzanos de dulce fruta procedentes de Inglaterra y trasplantados en el nuevo continente y de los pinos enormes y las secuoyas inmensas que realizan el trayecto inverso acabando en las fincas de los nobles ingleses, deseosos de replantar en sus fincas las especies exóticas descubiertas en América. Y sobre todo es una historia de amor por la Naturaleza salvaje ante la que el hombre descubre su verdadera medida, con un protagonista que nos conquista por su bohonomía, su valentía y su honestidad. Y todo muy bien contado, como suele ser habitual en las novelas de la autora, que nunca defrauda.
De esta autora sólo leí La joven de la perla, que me encantó. Ya es hora de leer algo más suyo. Y este libro tiene buena pinta.
ResponderEliminarBesotes!!!
Me gusta mucho como ambienta todas sus novelas; esta es la sexta que leo y siempre me conquistan sus historias. Espero que sigas descubriéndola.
EliminarSaludos.
Yo aún no he leído nada de esta autora, pero tengo por casa La joven de la perla. Así que me estrenaré con ella :)
ResponderEliminar¡Un abrazo!
Esa sigue siendo su novela más popular. Decídete a leerla a ver si también a tí te convence.
EliminarSaludos.