martes, 10 de enero de 2017

Todo esto te daré

La vida puede dar un vuelco de un momento para otro, todo lo que tienes y en lo que basas tu existencia puede desaparecer en un instante y eso es lo que le pasa a Manuel Ortigosa cuando el timbre de su puerta interrumpe su trabajo a mitad de escritura de su última novela. Una pareja de policías le comunica que Álvaro, su marido, acaba de fallecer en un desgraciado accidente de tráfico. Pero Álvaro se encontaba en un lugar remoto en Galicia, lejos de donde se suponía que debía encontrarse en ese mismo momento y a partir de ahí todo serán descubrimientos para el escritor, una avalancha de datos desconocidos sobre la vida oculta de su marido irán haciendo que tenga que formarse una idea totalmente nueva de quién era en realidad Álvaro y a qué dedicó sus últimos años a espaldas de su ahora atónito viudo. Este es el intrigante arranque de "Todo esto te daré", la última novela de la popular Dolores Redondo.

Yo no soy de puntuar las lecturas que voy haciendo, básicamente porque dentro de una novela hay cosas que me gustan más o menos, aspectos que me conquistan y otros que me decepcionan. Y en esta última novela tengo claro qué es lo que me ha parecido genial y qué es lo que no me ha convencido. Para empezar destacaré el tratamiento de las descripciones de personajes, de paisajes y ambientes. Sin duda lo mejor de la novela son los personajes principales: el escritor imbuído en su mundo creativo y ajeno a la realidad que le rodea y su manera de ir descubriendo a su marido una vez muerto; el guardia civil Nogueira que se nos presenta como un tipo despreciable pero que va cobrando interés y hondura según lo conocemos más a fondo; Lucas, el joven sacerdote amigo de la familia, un cura que se toma muy en serio su misión y es de gran ayuda espiritual incluso de los no creyentes con los que se cruza. Y, por supuesto, la mala de la novela, la matriarca de los Muñiz de Dávila, una malinga pura de manual, madre deshumanizada, cruel y fría, quizás demasiado mala para ser verdad pero que tiene el innegable atractivo de los personajes malvados. Sólo le pondría un "pero" al personaje de Álvaro al que no le encontramos un sólo defecto, ni físico ni moral; cada descubrimiento que de él hacemos es un destello de virtud, un acto de generosidad, una muestra de inteligencia indudable. Tal vez demasiado perfecto, en mi opinión.

En lo que se refiere al escenario al que nos transportamos, la autora cambia en esta ocasión el valle de Batzán de su exitosa trilogía por la Galicia más tradicional, con sus hábitos centenarios, sus nieblas, el orballo incesante, pero en este caso no entra en profundidad en la tradicion esotérica de la cultura celta sino que se centra en el catolicismo tal y como se vive en aquellas tierras, lleno de tradiciones seculares, ritos en ocasiones irracionales, una particular y profunda vivencia religiosa que abarca todos los aspectos de la vida y las costumbres. Y para rematar nos encontramos con el paisaje de la Ribeira Sacra, el mundo de los viñedos que crecen en escarpadas laderas asomadas al río, el duro trabajo de la vendimia y en las bodegas, la fabricación del vino como una forma de vida, ahí tenemos otro aspecto reseñable de esta novela.

Harina de otro costal es la trama de la investigacion que centra el argumento del libro en la que las pruebas, los testimonios clave y las respuestas a las cuestiones van poniéndose a disposicion de Manuel, aprendiz de detective, con una pasmosa facilidad, los resultados de la investigacion policial se les dan a conocer con puntualidad británica, vamos, que cualquiera resuelve unos crímenes con todo tan a favor como tienen Álvaro y su equipo. No la puedo calificar, con todo esto, como la mejor novela de género detectivesco que he leído nunca.

En cuanto al estilo narrativo, se nota el esfuerzo realizado en el buen uso del lenguaje, la prosa resulta trabajada, aunque tal vez se nota demasiado ese esfuerzo, en ocasiones imaginas a la escritora dándole vueltas a una frase o a una descripción, y eso no siempre es bueno en una lectura, aunque seguramente es lo que ha conquistado al jurado del Premio Planeta, ¿quién sabe?

6 comentarios:

  1. No estoy viendo tanto entusiasmo con esta novela como con su famosa trilogía. Me parece que voy a dejarla pasar.
    Besotes!!!

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    1. En efecto, es una buena novela pero no tiene el nivel de las anteriores. Tal vez si no la comparas resulta una lectura entretenida, pero claramente pierde en la comparación.
      Saludos.

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  2. No voy a ir corriendo a buscar esta novela, pero seguramente acabaré leyéndola. No será lo mismo que la trilogía del Baztán, pero me apetece volver a leer a Dolores Redondo.
    Un abrazo

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    1. Es cierto que son novelas que terminas leyendo, por la autora, por el premio, pero no creo que sea la mejor lectura del año.
      Saludos.

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  3. pues a mi como gallega me interesa mucho lo que pueda contar de nuestras tierras y costumbres, todavía no me leí la trilogia, así que a lo mejor es mejor empezar por esta no???

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    1. Esta novela es independiente de la trilogía. Y será interesante tu opinión sobre el retrato que se os hace desde fuera, que mal tampoco quedáis los gallegos, ¿eh?
      Saludos.

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