miércoles, 6 de julio de 2016

El ruiseñor

De entre la multitud de novelas que revisitan año tras años desde diferentes ángulos la IIGM, tema inagotable a la vista de la cantidad de libros que sobre ella siguen publicándose constantemente, pues de entre esa multitud, decía, de vez en cuando sobresale uno en concreto por encima de los demás. Como el año pasado ocurrió con "La luz que no puedes ver", este verano está claro que "El ruiseñor", la exitosa novela de Kristin Hannah, es la apuesta segura para los que no nos cansamos de ahondar en el citado tema, en seguir ahondando en los aspectos humanos e históricos de la peor guerra que ha conocido el mundo hasta el momento. En esta ocasión nos volvemos a situar en la Francia ocupada donde conocemos a las hermanas Rossignol, Vianne e Isabelle, protagonistas de una historia familiar dolorosa en la cual, tras perder a su madre demasiado jóvenes vieron como su padre, afectado por las secuelas psicológicas que le quedaron tras su participación en la Gran Guerra, se ve incapaz de ocuparse apropiadamente de sus hijas a las que deja al cuidado de unos familiares poco afectuosos y se aleja de sus vidas, dejando a las dos hermanas con una inmensa sensación de abandono que a ambas les cuesta superar. Cada una de ellas afrontará su vida de distinta manera, cada una de acuerdo con su carácter: Vianne, calmada y temerosa, se casará pronto con su primer novio y formará una pequeña familiar; Isabelle, atrevida y lenguaraz, será la rebelde, la que no se adapta a ninguna escuela, la que busca constantemente llamar la atención, una manera como cualquier otra de reclamar el cariño familiar del que la privaron. Las hermanas nunca lograrán una relación fácil. 

Con el trascurso de los años, la guerra amenaza nuevamente a Francia, Vianne permanecerá en el pueblo donde ejerce de maestra con su hija mientras que su marido es llamado a filas. Isabella, expulsada nuevamente de otro colegio, regresa a París, donde desea permanecer junto a su padre, ayudarle en la librería que este regenta y cree ser capaz de volver a consolidar sus lazos afectivos con él. Allí les sorprenderá la ocupación alemana del país y la lucha por la supervivencia de todos aquellos que quedaron sometidos al gobierno nazi. El retrato de la Francia ocupada no puede dejar de recordarme en ocasiones a la maravillosa "Suite francesa" de Irene Nemirovsky; son los mismos escenarios, el pueblo tranquilo que se ve repentinamente inundado por los jóvenes soldados alemanes, la forzada convivencia con los invasores, la resistencia oculta al invasor. En la sumisa Vianne tenemos a la Francia sometida que acepta contra su voluntad la impuesta convivencia para tratar de evitar en la medida de lo posible los horrores de la guerra, por salvar a su familia de la brutalidad nazi, mientras que la rebelde Isabelle representa la Resistencia, a los que siguieron luchando en la clandestinidad arriesgando en ello su vida para liberarse lo antes posible del yugo invasor. Dos posturas ante la vida, dos formas de resistir en una guerra.
"- Pétain nos ha salvado de pasar otra vez por eso. Nos ha mantenido a salvo. Ha parado la guerra. Ahora Antoine y nuestros hombres volverán a casa.
- ¿A un mundo de Heil Hitler? (...) «La llama de la resistencia francesa no debe apagarse», eso es lo que dijo De Gaulle. Tenemos que luchar con los medios de que dispongamos. Por Francia, Vi. Para que siga siendo Francia.
- ¿A un mundo de Heil Hitler? (...) «La llama de la resistencia francesa no debe apagarse», eso es lo que dijo De Gaulle. Tenemos que luchar con los medios de que dispongamos. Por Francia, Vi. Para que siga siendo Francia."
Esta puede ser otra novela más sobre la guerra, pero lo cierto es que cada vez se cuenta una historia diferente, nunca se repite, aunque se cuenten los mismos horrores, aunque se parezcan unas a otras y es que fueron tantos los miles de víctimas en tantos lugares distintos que siempre quedarán historias por contar. Y si estas se cuentan de una manera tan emocionante y conmovedora de principio a fin como es el caso de esta novela, está claro que justifica sobradamente que se sigan contando. Este es el retrato de las mujeres en la guerra, las que entraron en la Resistencia y también las que permanecieron en sus casas tratando de sobrevivir al día a día al lado del enemigo, conviviendo con él, alojándolo en su propia casa, compartiendo mesa y odiándolo al mismo tiempo. Todas ellas merecen ser reconocidas, valoradas y comprendidas y esta novela lo hace sin duda alguna.

4 comentarios:

  1. Una novela que tengo que leer, sin duda.
    Besotes!!!

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  2. Hace tiemo que quedé un poco saturada de ese tema y no leo nada sobre eso y de momento la verdad es que no saco las ganas.
    Me ha gustado mucho tu reseña
    Besos

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    1. Es cierto que hay muchas novelas sobre el tema. Yo también hay veces que evito acumular lecturas con esa temática, pero esta en concreto me ha encantado.
      Saludos.

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