jueves, 27 de agosto de 2015

El año sin verano


Para despedir este mes de Agosto que ya finaliza, traigo aquí una lectura muy propia de la temporada, no sólo por su título sino por su argumento y ubicación temporal. "El año sin verano", del periodista de televisión y recién estrenado escritor Carlos del Amor, es una novela que tiene muchas cosas positivas que señalarle, para empezar, su lenguaje sencillo y directo, con el tono  natural de un amigo que nos cuenta una historia que realmente le ha ocurrido. Se le nota al autor que tiene soltura con la palabra, aunque en ocasiones resulte demasiado conciso, tal vez, como si quisiera contarnos muchas cosas sin que le podamos culpar de estar enrollándose demasiado, sin querer extenderse de más, cosa que podía haber hecho en alguna ocasión. Gracias a esa frescura tenemos la sensación de que el autor le habla directamente al lector, que nos participa de sus vivencias en aquel verano en que pretendía escribir una novela y que, sin quererlo, se enredó en las vidas de sus vecinos de edificio. 

El arranque del argumento es una fantasía recurrente de todo el mundo, esto es: qué haríamos nosotros si un día se nos permitiera curiosear en la vida de nuestros vecinos, si nos encontráramos en la situación de poder entrar en las casas de quienes comparten con nosotros ascensor y poco más que un saludo cortés al cruzarnos en el portal y descubrir qué secretos esconden tras sus puertas. Esto le ocurre al protagonista de la novela, un escritor que pasa el verano en Madrid tratando de sacar adelante una novela, pero que se embarca en una aventura que le distrae de su objetivo principal. Se congregan así en el relato un buen puñado de personajes a cuyas casas y por consiguiente a cuyas vidas va asomándose el escritor descubriendo dramas y mentiras, pasiones y secretos que durante años han permanecido ocultos. Llevado por la curiosidad el protagonista tratará de reconstruir el pasado de una historia de amor con final trágico y que le llevará a un final que no esperaba. 

He disfrutado mucho con el juego literario en el que nos embarca Carlos del Amor que mezcla con mucha soltura realidad y ficción, donde los datos reales de la vida o el trabajo en la televisión del protagonista de la novela se asemejan sospechosamente a los del propio autor, de modo que nunca sabremos en qué punto exacto se separan la ficción de la biografía. O al menos esa es la impresión que nos queda al leerlo. No diría que es una novela redonda, flojea algo en los diálogos que a veces suenan forzados, me gusta mucho más cuando se centra en la narración o el monólogo que cuando pone a conversar a los personajes. También le echaría en cara el que después de habernos presentado muchas historias de numerosos vecinos acabe centrándose sólo en una sola de ellas, me parece que se queda sin entrar en profundidad en otras historias que merecerían ser conocidas más a fondo, además de que el final resulte un tanto apresurado. Supongo que le ocurre que ha tratado de seguir el consejo de uno de los personajes que le recomienda al escritor protagonista no complicarse demasiado en la trama de su próxima novela:
"No sé, tanta historia cruzada, uno que entra, otro que sale. (...) La gente quiere historias más sencillas, no líes tanto la madeja que nos lías. Espero que tu nuevo libro no esté lleno de cruces"
A pesar de ello está claro que es un autor al que no descarto seguir la pista porque tiene muchas historias que contar y buena pluma para hacerlo,quizás si se lo toma con más calma la próxima vez, sin miedo a ocupar más páginas de las que en principio tuviera planeadas, pueda ofrecernos más de una buena novela.

4 comentarios:

  1. A pesar de esos peros, es una novela que me produce mucha curiosidad, así que caerá tarde o temprano.
    Besotes!!!

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    1. Me han salido más "peros" de lo que seguramente merece, es cierto. Seguro que disfrutas la lectura, es una novela ágil y bien contada.
      Saludos.

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  2. Pues lo tengo en casa aún sin leer, y también me da curiosidad. A ver qué tal ...

    bsos!

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