domingo, 14 de junio de 2015

Las reputaciones

Es la segunda vez que me cruzo con una novela del escritor colombiano Juan Gabriel Vásquez, al que conocí con su obra "El ruido de las cosas al caer" y que me pareció un magnífico retrato de toda una generación de colombianos, país del cual me parece que no tenemos una imagen demasiado actualizada. En esta ocasión "Las reputaciones" nos presenta la realidad de la sociedad del Bogotá actual y de los últimos decenios a través de los ojos de Javier Mallarino, un dibujante de viñetas de prensa que lleva cuarenta años retratando a los personajes clave de la política, la sociedad, la economía y el ejército de su país, mostrando a través de sus dibujos aquello que nadie se atreve a denunciar o a poner en palabras en los diarios, mostrando el verdadero rostro de los que pretenden ser lo que no son, en fin, creando y destruyendo reputaciones sirviéndose tan solo de su lápiz y un papel. Al arranque de la novela nos encontramos al protagonista acudiendo a un homenaje institucional que se le dedica por todos estos años de profesión. Tras haber reflejado en sus caricaturas lo mejor y, sobre todo, lo peor de la política de su país, de haber sido la "conciencia crítica del país", de ganarse enemigos en todos los ámbitos, ahora descubre que su trabajo es reconocido y celebrado. Pero no puede dejar de plantearse si ha valido la pena tantos años de denuncia, de crítica, de poner y quitar políticos de sus poltronas, si puede atribuirse a un simple dibujante semejante autoridad, semejante poder.

Es habitual en la literatura iberoamericana actual el reflejar a través de la trama de las novelas la realidad social de los países desde una posición bastante crítica casi siempre. Es una manera de plantear a través de la ficción el juicio a sus propios sistemas políticos, a sus estructuras sociales y al papel que, no sólo desde la prensa como es en este caso, sino la generalidad de los ciudadanos tienen en lo que le ocurre a sus gobiernos, lo que les permiten hacer a sus dirigentes y qué le queda a cada individuo por hacer desde el puesto concreto que ocupan en el mundo. Y estas reflexiones son las que van desgranándose en esta novela en la que se nos plantea toda la vida profesional y también personal de este personaje, de este hombre honrado que acaba dudando de su propia profesión, del manejo de la responsabilidad que supone el poder que le da su tribuna diaria en la prensa, la posibilidad de denuncia constante de la realidad, del papel, en fin, de la prensa contra o frente al poder.

El relato es corto, pero está plagado de reflexiones de interés, con un estilo muy ágil, aunque no ligero, donde cada frase contiene intensidad, las ideas se expresan con palabras acertadas, bien escogidas. No es una novela donde prime la acción de las cosas que ocurren, sino las reflexiones que se desprenden de ellas, las ideas que nos plantea el autor para que nos hagamos nosotros mismos esas preguntas que se hace el protagonista. Y este tipo de lecturas que te hacen plantearte cosas siempre son de agradecer y más aún si están tan bien escritas como en este caso.

6 comentarios:

  1. Pues este libro no lo conocía. Y creo que me gustaría, así que lo tendré muy en cuenta.
    Besotes!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues es una buena recomendación sin duda la de conocer a este autor, un magnífico narrador que vale la pena descubrir.
      Saludos.

      Eliminar
  2. Pues sí que son de agradecer las lecturas que te hacen plantearte cosas, reflexionar, que no se quedan sólo en la lectura y se terminan al cerrar el libro. Y creo que necesito actualizarme respecto a Colombia...

    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Eso mismo fue lo que pensé yo cuando conocí al autor a través de "El ruido de las cosas al caer", que existe una Colombia moderna y actual, e incluso diría que "europeizada", que para mí era totalmente desconocida.
      No pierdas la ocasión de descubrirla por medio de este autor.
      Saludos.

      Eliminar
  3. Preguntas y reflexiones sobre realidades... Tiene buena pinta, va a ser de los libros que tendré en cuenta.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es de agradecer que, en ocasiones, a través de la ficción también nos planteemos cuestiones sobre nuestra sociedad y el mundo en el que vivimos. Aunque sólo sea de vez en cuando.
      Saludos.

      Eliminar