martes, 2 de junio de 2015

All the light we cannot see (La luz que no puedes ver)

He tenido el placer de disfrutar de la novela "All the light we cannot see" ("La luz que no puedes ver"), del norteamericano Anthony Doerr, ganador del premio Pulitzer 2015, premio que, sin duda merece ampliamente, ya que es una fantástica historia contada de un modo conmovedor que no puedo dejar de recomendar.

Marie-Laure es una niña francesa, ciega desde muy pequeña, que vive en París con su padre, trabajador del museo de Ciencias Naturales, responsable de todas las llaves y cerraduras de los museos y jardines. Marie-Laure aprende a leer en braille gracias a los libros que le regala su padre y con los cuales viaja con su imaginación de la mano de las aventuras de Julio Verne. Cuando la amenaza de la ocupación alemana cae sobre Francia, ambos huyen de París para proteger un valioso tesoro oculto en el museo que es encomendado al padre. Acaban refugiándose en Saint-Malo, en casa del tío abuelo Etienne, veterano de la Gran Guerra que lleva años sin salir de su casa, acosado por los fantasmas de su experiencia en los campos de batalla.

El segundo protagonista de la novela es Werner, un huérfano alemán que vive con su hermana y otros niños en un orfanato dirigido por una religiosa, frau Elena, que es una segunda madre para los chicos que viven en su casa. Aficicionado a la ciencia, la técnica y todo tipo de inventos, la radio se convierte en su gran pasión, aprende a montarlas y repararlas, y junto con su hermana descubren a través de las ondas de radio todo un mundo allí fuera a donde escapar de la oscura realidad de su entorno, donde todo habla de guerra y violencia. Weener desea escapar al destino del trabajo en la mina local que le espera al cumplir los quince años, quiere estudiar, aprender. Para su fortuna, es seleccionado para asistir a una selecta academia donde se forma a los chicos más brillantes del país para servir con honor y valor a la patria, para luchar por la gran Alemania. Aunque Werner lamenta profundamente despedirse de su hermana y frau Elena, sigue el camino que se le marca y se convierte, demasiado joven, en soldado, sin tener otra opción en los tiempos de guerra que corren.

La novela es una maravilla, una delicia tanto por la forma en que está contada como por los personajes y la manera tan sencilla y a la vez tan profunda de acercarnos a las vidas de estos dos niños que se ven agitados por una guerra que no logra, sin embargo, alterar la pureza de sus corazones. El libro está lleno de enternecedoras escenas donde la vida familiar, las escenas domésticas, la relación fraternal de Werner con su hermana, los esfuerzos del padre de Marie-Laure por sustraer a su hija del horror de la realidad de la guerra, la solidaridad entre los vecinos que resisten a los invasores, los sueños que conservan los protagonistas, la fuerza de sus fantasías, la importancia de las cosas pequeñas donde reside el verdadero valor de la vida humana, están narradas en imágenes repletas de fuerza y ternura al mismo tiempo.

El relato se compone en base a frases cortas, a veces como flashes, con alta carga poética, con un lenguaje y unas imágenes sencillas pero cargadas de significado. Las descripciones son potentes y al tiempo delicadas, las expresiones de los sentimientos son simples, cargadas de inocencia, sin excesos de ningún tipo, absolutamente sutiles, sin grandilocuencia alguna. La forma en que nos transmite el modo de ver el mundo de Marie-Laure, aún sin contar con sus ojos, es mágico, la manera en que conoce el entorno a través del resto de sus sentidos, con su imaginación, ayudada por los recuerdos y su fuerza de voluntad. Igualmente, nos transmite la ilusión de Werner por el futuro, sus ansias de aprender, de escapar de su destino, de no dejarse arrastrar por  la marea de irracionalidad de la guerra, sino que trata de mantener sus principios frente al absurdo que le rodea. Los dos relatos se van desarrollando en paralelo hasta que se crucen por un brevísimo instante, pero esa conexión es suficientemente fuerte como para perdurar por años.

Una novela, en fin, que retrata dos grandes historias humanas, las de dos personajes pequeños, casi insignificantes, pero que se crecen frente a la barbarie de la guerra, convirtiéndose en personajes inolvidables. Una novela llena de magia y emoción.

6 comentarios:

  1. Gracias Inma,este sera mi próximo libro !!!! estoy terminando estoy terminando La Reina Descalza de Idelfonso Falcones, no había tenido interés de leer nada de este autor,no se porque, es el primero que leo de el, La Catedral del Mar, tan leído, no se si me quedaran ganas para leer otro de el, escribe y narra excelente, pero para mi gusto cae bastante en la vulgaridad en el dialogo descriptivo. En fin... gracias Amiga!!

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    1. La reina descalza me pareció magníficamente escrita pero no me enamoraron ni la historia ni los protagonistas. La catedral del mar, para mi gusto, cuenta una historia con mucho interés y dibuja una época y unos personajes mucho más atractivos. Me gustó mucho.
      Saludos amiga.

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  2. Ays, que lo tengo en la estantería esperando y me has dejado con muchas ganas. Me parece que la espera va a ser muy corta.
    Besotes!!!

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    1. Pues no esperes mucho. Las historias que cuentan están llenas de inocencia, valor y emoción, los protagonistas son de los que se te quedan dentro durante mucho tiempo. Una muy buena novela.
      Saludos.

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  3. Genial el blog! Como yo también devoró libros y veo que coincidimos en los gustos, te seguiré de cerca. Muchos besos guapa!

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    1. Bienvenida!!! Me encantará conocer tus opiniones sobre los libros comentados.
      Saludos.

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