viernes, 20 de junio de 2014

La vida cuando era nuestra

Esta novela de Marian Izaguirre es un acertado ejemplo de eso que se suele llamar “libros sobre libros”: una novela en cuyo argumento se incluye otro libro que ocupa un lugar preeminente, una historia dentro de otra y una conexión entre ambos argumentos que entrelazan sus historias sin que podamos decidir cuál prevalece, cuál es el hilo principal y cuál está supeditado al otro. Así se estructura esta novela “La vida cuando era nuestra” que tan positivamente me ha sorprendido.

En lo que se refiere al argumento incialmente principal nos encontramos ante dos historias, por una parte la de una mujer madura, de origen inglés y de la que ni siquiera tenemos muy claro su verdadero nombre, en ocasiones se presenta como Alice, pero otros la llaman Rosa. De ella sabemos más bien poco, sólo que llegó a España durante la guerra civiel siguiendo a un amor y que ahora está sola y no lleva bien esa soledad; poco a poco nos  irá contando fragmentos de su vida al hilo de sus recuerdos que siempre le acompañan como fugaces fragmentos del pasado que rememora y le devuelven a los seres queridos a los que echa en falta y los lectores iremos poco a poco reconstruyendo ese pasado suyo y entendiendo qué es lo que le ata a Madrid. Por otro lado nos encontramos con un matrimonio que en los grises años 50, cuyo lóbrego ambiente social tan bien se retrata, regentan una pequeña librería que abrieron con lo que les quedó cuando la guerra les dejó sin su editorial y sin la vida tal y como la conocían antes, esa “vida cuando era nuestra” que da título a la novela. Matías y Lola, que así se llama la pareja, comparten vida y trabajo en su minúsculo y poco lucrativo negocio que básicamente se limita al material de oficina y a los libros de segunda mano, pero conservan el amor que un día les unió y los principios por los que vieron arruinada su vida cuando la guerra terminó.

Cuando Matías encuentra entre la última remesa de libros de segunda mano recibida una curiosa novela titulada “La chica de los cabellos de lino” la vida de las dos mujeres se entrecruzan. En esta novela se narra la vida de la pequeña Rose Tomlim, una niña que crece en una granja de Normandía sin saber que es hija ilegítima de un noble inglés. Su adolescencia en los años previos a la I Guerra Mundial y su descubrimiento del mundo al hilo de una guerra, sus años de juventud, su vida en París... todo eso lo comparten Lola y Alice mientras van descubriendo juntas, a través de la novela la vida de la joven Rose. Esas horas compartidas da origen a una incipiente amistad en las que ambas mujeres se ven identificadas con muchas de las cosas que han vivido, cada una en una época pero con muchos puntos en común. Desde el principio es inevitable identificar a la joven Rose protagonista del libro con la madura Alice, convencida de que son la misma persona y de que estamos ante unas memorias de su propia vida. No sabemos a dónde nos llevará este juego pero lo cierto es que Alice, o Rosa, está abriendo su alma, mostrando su pasado a Lola, haciéndola partícipe de lo que fue su vida y cómo salió adelante y llegó hasta donde ahora la encontramos.

 “Ahora éramos dos mujeres, una vieja y otra joven, unidas por un libro.” 

El relato es muy fluído, constantemente avanza y nos va presentando los hechos de una forma desordenada a veces pero muy clara. A pesar de seguir el hilo de las dos historias independientes no hay brusquedad al pasar de una a otra, en ocasiones, incluso, las experiencias de ambas parecen mezclarse, un personaje toma una decisión o hace una reflexión que, perfectamente, le cuadraría a algún personaje de la otra historia, al final acaba siendo todo una única historia con muchos hilos, distintas épocas pero donde predomina la sensación de que las cosas importantes no son muy distintas de una época a otra o de un país a otro. La autora demuestra una sobrada capacidad para contar las cosas y transmitir emociones con pocas palabras, sin largos párrafos, cambiando de escena en una sola frase sin resultar brusca. Emplea frases cortas pero reflejando pensamientos de manera certera, con la palabra justa, el adjetivo adecuado. Una manera muy ágil y a la vez muy efectiva de contar las cosas.

Me deja un muy agradable recuerdo esta lectura una vez terminada, con esa sensación de no haber abandonado del todo a las protagonistas, de evocar de vez en cuando alguna escena, porque realmente están muy bien dibujadas, son muy creíbles y permanecen en el recuerdo incluso después de haber terminado la novela. Y por encima de todo ello, el tema siempre presente de la lectura, los libros, las librerías y los libreros, los autores que se citan constantemente o que aparecen como personajes, todo ello es un valor añadido que suma activos a la buena sensación que me ha causado esta muy recomendable novela.

“Cuando uno es mayor, como yo ahora, lee y olvida muy fácilmente. Es como si necesitaras abrir hueco en un depósito que ya está demasiado lleno. Pero cuando uno es joven lee sin saber que las palabras leídas hablarán de nosotros con el paso del tiempo, nos guste o no.”

8 comentarios:

  1. Me la apunto. Me ha picado la curiosidad. Gracias.

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  2. La leí hace muy poquito y va a ser de mis lecturas del año. Me gustó muchísimo.
    Besotes!!!

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    1. Es una lectura realmente agradable, de las que te dejan un agradable recuerdo.
      Saludos.

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  3. La leí el año pasado y me encantó! Fue un gran descubrimiento :-)
    Besos!

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    1. Me alegro de que te gustara tanto. Da gusto encontrarse buenas novelas así de vez en cuando.
      Saludos.

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  4. Tenía apuntada esta novela, y tus sensaciones finales en la reseña hacen que le tenga aún más ganas.
    Un abrazo

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