miércoles, 4 de diciembre de 2013

La canción de los maoríes

Hace ya como dos años que leí "En el país de la nube blanca", la primera novela de la trilogía de Sarah Lark que transcurre en las lejanas tierras de Nueva Zelanda, y lo cierto es que, aunque me dejó bastante buen sabor de boca, tampoco fue una lectura que me marcara demasiado, por lo que no me había tomado el esfuerzo de continuar con las dos novelas que completaron la serie, porque, por otra parte, raramente me suelo sentir obligada a leer necesariamente las secuelas de los libros, ni siquiera en el caso de que me haya gustado la primera parte. Pero lo cierto es que hace pocas semanas, charlando con unas amigas sobre lecturas varias, dos de ellas me insistieron en que retomara la serie, que a ellas les habían encantado las siguientes entregas, razón por la cual me decidí a reengancharme con esta segunda parte de la trilogía, "La canción de los maoríes" por ver si realmente valía tanto la pena.

Debo decir que al principio me costó un poco retomar el hilo de los personajes. Si bien la novela se puede leer perfectamente por separado de la anterior, al haber leído la historia previa, aunque hubiera pasado ya bastante tiempo, preferí hacer el esfuerzo de recordar quién era quién en la trama, rememorar los principales hechos de la novela anterior, refrescar la información archivada en mi cabeza y situarme así en perspectiva para afrontar las nuevas peripecias de los (casi mejor decir "de las") protagonistas de la historia. En este caso, también en la trama han pasado igualmente algunos años desde los hechos descritos en la novela previa y ahora son las nietas de aquellas protagonistas que conocimos a su llegada a la isla, Gwyneira y Helen, las que toman el puesto de primacía en la narración. Kura y Lainie son primas pero no se parecen demasiado: Kura es hija de una nativa maorí y del heredero de la gran finca de cría de ovejas de Kiward Station, aunque su futuro apunta a quedar al mando de las tierras y el negocio de la lana, ella tiene otras expectativas, más relacionadas con triunfar en la ópera y convertirse en una gran diva, a ser posible en Londres; su exótica y arrebatadora belleza la convierte en el foco de atención, allá donde va. Lainie, por su parte, es la discreta nieta de las anteriores protagonistas, pero su vida es más sencilla, ayudando en los negocios familiares en la ciudad y soñando con encontrar un marido bueno con el que casarse y formar una familia feliz.

Sin embargo, ninguna de las dos protagonistas verán realizarse sus sueños en un principio. Muy al contrario, ambas padecerán al ver sus planes saltar por los aires y tendrán que huir de sus casas y alejarse por distintos motivos de sus familias y llevar adelante una vida que poco se parecerá a lo que en un principio tenían planeado para su futuro. Las dos primas tomarán caminos separados que acabarán por confluir, pero hasta entonces conoceremos a través de sus vivencias las duras condiciones de vida en las colonias neozelandesas de principìos del siglo XX, donde ambas tendrán que hacerse a una nueva vida rodeadas de hombres duros que se juegan la vida en las inseguras minas de carbón, que conviven con los animales en las inmensas granjas de ganado y conoceremos como la agreste colonia va poco a poco desarrollándose, fundándose ciudades que comienzan a crecer y a prosperar a base de trabajo duro en pésimas condiciones,  cómo se van forjando grandes fortunas entre los industriales y los ganaderos y al mismo tiempo nos acercamos a la forma en que los nativos logran conservar sus tradiciones ancestrales a la vez que se integran en la nueva sociedad que les rodea.

La novela se lee con fluidez, ya que la narración es ágil y sencilla, los personajes, aunque no demasiado complejos, están bien dibujados, siendo fácilmente identificables los caracteres positivos y los negativos y la trama, aunque resulta bastante previsible, se sigue con agrado ya que combina bien las escenas, se mantiene el ritmo y el equilibrio entre las historias de las dos primas y en general es una novela bastante rápida, a pesar de su extensión. No es una obra maestra en absoluto pero sí que se acaba cogiendo cariño a sus personajes, por lo que no creo que tarde mucho en continuar por la tercera y última entrega de la serie y no me quedaré sin saber qué es lo que le depara el futuro a estas familias y en qué acaban sus agitadas vidas en las inhóspitas y lejanas tierras de Nueva Zelanda.

4 comentarios:

  1. También he leído la primera pero ahí me he quedado. En cambio he empezado la segunda bilogía de la autora y tengo el segundo libro pendiente en la estantería. No porque no me gustara pero pasó demasiado tiempo y perdí el hilo. Besos.

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  2. Lo leí en cuanto salió a la venta porque me gustó mucho la primera parte y tengo que decir que la trilogía entera me encantó!
    Besos!

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  3. Por más reseñas que veo de los libros de esta autora no me atrae nada la atención, lo siento. Muchos besos.

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  4. Yo también me quedé sólo con el primero. La verdad es que los siguientes no los he leído por falta de tiempo.
    A ver si en el 2014...
    Un abrazo

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