Laura es una niña que fue arrancada de su familia a una muy temprana edad y educada bajo la tutela del Nido, una cruel institución soviética que adiestraba desde bien jóvenes a niños seleccionados por sus excepcionales aptitudes para convertirse en los futuros agentes especiales que trabajarían para el régimen. Años más tarde, cuando todo el pasado de Laura parece haberse borrado de su memoria tras ser herida en un brutal atentado, esta se enfrentará a un complicado reto al verse obligada a realizar un robo imposible a cambio de recuperar con vida al hombre al que ama. A la largo del Camino de Santiago que deberá recorrer para alcanzar su objetivo, volverá a recuperar paulatinamente los recuerdos de lo que fue su vida anterior, qué sucedió durante su infancia y a qué se dedicó durante los últimos veinte años antes de perder la memoria y con toda esa información se convertirá de nuevo en una persona con muchas más capacidades y recursos de los que nunca pudo imaginar capaz de cumplir con la misión que le ha sido encomendada.
Mi experiencia con la lectura de esta novela ha sido una completa gozada. Me he encontrado sumergida desde el principio en un frenesí de acción y peligros, con una aparentemente imposible pero aún así exitosa combinación de elementos tan heterogéneos como unos antiguos agentes de la KGB, una banda de ladrones de guante blanco, un par de millonarios que peregrinan hacia Santiago, atractivos escenarios cosmopolitas a lo largo y ancho del mundo, las más importantes reliquias de la cristiandad, los bucólicos paisajes de la Galicia interior y, por supuesto, la siempre mágica ciudad de Santiago de Compostela y su imponente catedral. ¿Qué podría salir mal con semejantes ingredientes?