miércoles, 20 de febrero de 2013

En casa. Una breve historia de la vida privada

Supongo que no soy la única que ha soñado alguna vez con ser capaz de transportarme en el tiempo y visitar épocas pasadas tales como la Inglaterra victoriana, la Norteamérica colonial o la Rusia de los zares. Lo cierto es que lo que no tenemos en cuenta, porque las novelas, nuestra principal fuente de información sobre estas épocas, no nos lo cuentan, es que lo que más nos iba a sorprender si fuéramos capaces de trasladarnos a cualquiera de estos periodos del pasado no iban a ser los hermosos edificios y paisajes, ni los suntuosos vestidos y modales refinados, sino la falta de algunos elementos de confort que hoy día consideramos esenciales: agua corriente, luz eléctrica, insecticidas, calefacción central… Porque, como bien nos hace ver Bill Bryson en esta entretenida obra titulada “En casa. Una breve historia de la vida privada”, hasta hace unos cuantos decenios las condiciones en las que el género humano se ha desenvuelto no serían en absoluto soportables para cualquier habitante del mundo actual, con nuestros vigentes parámetros de higiene y comodidad.

El autor pretende de este modo, y sin moverse de su recién adquirida vivienda, una antigua rectoría en la Inglaterra rural, hacer un recorrido en el tiempo a través de los distintos aspectos que conlleva la vida doméstica pasando desde la cocina y sus fuegos hasta el baño con sus cañerías, los salones, el dormitorio, el cuarto infantil… Nos señala los elementos que hoy día consideramos imprescindibles para nuestro bienestar pero que durante muchos siglos no existían ni tan siquiera en la imaginación de los hombres, tales como un confortable colchón libre de parásitos o un grifo por el que sale el agua caliente para ser empleada de forma habitual o una nevera que conserve los alimentos. Hace así un repaso de los últimos siglos de Historia pero sin reseñar los grandes hechos ni las hazañas bélicas, sino revisando la evolución de las condiciones de vida, de los estándares de vida que eran habituales hace dos siglos y los inmensos cambios que se han producido en los últimos años.

Habría que señalar que el libro está excesivamente centrado en el ámbito anglosajón, básicamente en el Reino Unido y los Estados Unidos, que aparecen como los impulsores esenciales de todos los progresos que han llevado al estado actual de la tecnología y los avances en estos asuntos domésticos, pero obviando este punto, la obra repasa muchos aspectos que van desde los más curiosos e interesantes como la fabricación de los muebles Chippendale, la moda de las pelucas masculinas o las intoxicaciones habituales por el uso de pinturas o papeles pintados altamente tóxicos, hasta algunos algo pesados como los relativos a los materiales y técnicas de construcción de las viviendas, pero, en general, es una obra llena de información interesante, anécdotas curiosas, abundantísima en datos, divertida en muchas ocasiones y que nos hace mirar hacia el pasado con un poco menos de nostalgia, e incluso nos hará arrugar en alguna ocasión la nariz ante las vívidas escenas de hacinamiento, suciedad e insalubridad en que tuvieron que desenvolverse nuestros antepasados. Un libro que nos hace plantearnos que tal vez no siempre todo tiempo fue mejor.

5 comentarios:

  1. Parece interesante!! Estos libros que nos cuentas anécdotas de la historia me resultan muy entretenidos así que me lo apunto.
    Besos!

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  2. No tiene mala pinta. Lo tendré en cuenta, aunque sin prisas, que con tanto pendiente...
    Besotes!!!

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  3. No conocía ni el autor ni el libro, me parece curioso, interesante, a lo mejor le doy una oportunidad. Muchos besos.

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  4. Lo leí este verano. Me gusta mucho Bryson porque es verdadera divulgación...eso sí, no he vuelto a mirar a la almohada con los mismos ojos.

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