martes, 19 de julio de 2022

Tesla y la conspiración de la luz

En estos días en que tanto los temas de conversación diarios como las noticias de los medios de comunicación giran constantemente en torno al precio de la electricidad y la crisis de los combustibles, me resulta de lo más oportuno recuperar una figura histórica como es la de Nikola Tesla que durante décadas estuvo completamente desaparecida del conocimiento general, aunque ya hace unos años se comenzó a recuperar y a reivindicar por sus descubrimientos sobre la electricidad y el papel que podría haber tenido en el progreso científico internacional de no haber sido silenciados sus logros y sus proyectos a los más variados ámbitos del desarrollo.

En "Tesla y la conspiración de la luz" nos encontramos con una ucronía imaginada por el escritor y divulgador científico Miguel Ángel Delgado que nos transporta a un Nueva York imaginado en los años 30 del siglo XX que se ha convertido en el centro del mundo, donde Edison es un héroe nacional desde su invento de la bombilla y el proceso que llevó a que toda la maquinaria que mueve el mundo se basara en la energía eléctrica, descartado el uso de los combustibles fósiles. Los avances científicos atribuidos a los famosos inventores como Edison y el italiano Marconi han llevado al mundo occidental a lo más alto que podría imaginarse del progreso científico: naves voladoras surcan los cielos, aquellas llamadas oceánicos son capaces de recorrer grandes distancias en pocas horas; también se han generalizado para el uso local los aéreos, pequeños aparatos voladores, que conviven con los terrestres, con trenes bala, todos los vehículos impulsados por electricidad y controlados por la Red Mundial, un sistema que gestiona todos los transportes, redes de comunicación, así como a los autómatas que dirigen el tráfico o se encargan de la seguridad. El control de esta Red Mundial alcanza a la propia Naturaleza, con la implantación de una Aurora artificial que ilumina los cielos combatiendo a la oscuridad de la noche o el control del clima, regulado en favor de los ciudadanos. Esta utopía en la que los combustibles fósiles fueron desechados en favor de la electrificación y la comunicación inalámbrica, ha llevado al mundo al máximo del progreso técnico nunca imaginado, librándola además de la contaminación y el ruido.

Edgar Kerrigan, el protagonista de la novela, es un joven que sueña con pilotar algún día un oceánico mientras recorre los cielos de Nueva York como simple mensajero en su pequeño aéreo. Un encargo inesperado un domingo cualquiera le llevará a verse envuelto inesperadamente en una peligrosa trama que implica a las figuras más poderosas del mundo. El relato de esta aventura nos muestra a grandes personajes de las ciencias y la industria, como los ya mencionados Edison y Marconi, cabezas de un gran emporio de empresas que monopolizan el liderazgo internacional y en el que participan los grandes magnates norteamericanos de la empresa y los negocios como Astor, Morgan, Rockefeller o Ford.

Pero lo que se oculta al conocimiento general es que todos los logros alcanzados por estos emprendedores se basaban en las ideas originales del húngaro Nikola Tesla "el hombre borrado de los libros", el que tuvo la visión idealista original de que el progreso general era posible y que éste debía beneficiar a toda la Humanidad. Pero se encontró de frente a los ambiciosos poderosos que le arrebataron sus inventos para obtener el control absoluto de las tecnologías y que estás beneficiasen sólo unos pocos. 

El libro nos presenta un mundo futurista situado en los años 30 en el que encontramos un curioso contraste entre lo avanzado de la tecnología y la ambientación estilística que conserva la estética de principios de siglo XX pero incluso en algunas escenas nos transporta al siglo XIX más clásico con alusiones a los primeros autores de la ciencias ficción o a las aventuras o ingenios imaginados por Julio Verne.

En este entorno, el libro nos lleva a reflexionar sobre asuntos tales como las globalización, la desaparición de la intimidad frente a los grandes emporios de la comunicación o el control de los medios por una minoría; una serie de denuncias que se plantean en ese mundo imaginario que crea el autor en su novela pero que no nos resultan en absoluto ajenas en nuestro mundo real de principios del siglo XXI.

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