No podía dejar pasar la oportunidad de reencontrarme con Joël Dicker, autor que ya me ha deleitado en un par de ocasiones con sus novelas, siempre bien planteadas, intrigantes y fabulosamente escritas, por lo que finalmente me hice con "La desaparición de Stephanie Mailer", su ultimo éxito, que de nuevo me ha conquistado y me ha hecho pasar unos cuantos buenos ratos de lectura. En esta ocasión la acción de la historia nos traslada a la tranquila ciudad de Orphea, una idílica localidad turística de los Hamptons que se ve alterada por la desaparición de Stephanie Mailer, una avezada periodista dedicada en los últimos tiempos a investigar un antiguo crimen sucedido veinte años atrás en la misma ciudad. El agente de la policía estatal que en su momento resolvió el caso, a punto de retirarse, retoma la investigación ayudado de una joven policía local recientemente llegada desde Nueva York.
La estructura de la novela presenta una serie de giros que aumentan el interés de la lectura, ya que se trata de una investigación sobre otra investigación, una novela sobre otra novela, con unos personajes que ensayan una obra teatral en la que tal vez podemos encontrar la solución al crimen que investigan los policías, o no. Nos hallamos ante una trama compleja, aunque no complicada, pero sí llena de historias que se mueven en paralelo, con varios planos temporales separados algunos de ellos por veinte años pero conectados en el presente.
Y en lo que se refiere a los personajes, si bien el protagonismo descansa fundamentalmente en los investigadores de la policía, el libro tiene bastante de novela coral porque hay otros personajes con tramas paralelas secundarias pero que nos cuentan historias muy interesantes que pueden, por momentos, superponerse sobre la trama principal, además de que cualquiera de esos personajes secundarios puede estar involucrado en los crímenes a resolver, tanto los del pasado como los actuales, o tal vez en ambos a un tiempo.
Y en lo que se refiere a los personajes, si bien el protagonismo descansa fundamentalmente en los investigadores de la policía, el libro tiene bastante de novela coral porque hay otros personajes con tramas paralelas secundarias pero que nos cuentan historias muy interesantes que pueden, por momentos, superponerse sobre la trama principal, además de que cualquiera de esos personajes secundarios puede estar involucrado en los crímenes a resolver, tanto los del pasado como los actuales, o tal vez en ambos a un tiempo.
Se trata, en definitiva, de una estupenda narración que engancha desde la primera pagina, con un ritmo trepidante en los distintos hilos temporales que no dejan de proporcionar sorpresas inesperadas; todas ellas enganchan al lector y le llevan a avanzar velozmente para llegar a la resolución de los diferentes enigmas planteados. Al igual que hace el director de la misteriosa obra teatral que se ensaya a lo largo de la novela, Dicker juega con el lector despertando su curiosidad, juega con la trama reuniendo a todos los personajes en Orphea veinte años después en torno a la representación de dicha obra que resultará trascendental para la resolución del caso y cuyo elenco recuerda a los personajes de "Los diez negritos", cada uno con su historia pasada, sus secretos y su propia cuota de probabilidad de ser el culpable al que andamos buscando. Una novela que bebe, por tanto, de los clásicos del género policíaco pero que logra resultar original, cosa que siempre es de agradecer.