lunes, 26 de diciembre de 2022

Papel y tinta

En los últimos años han comenzado a proliferar en el género de novela histórica española las obras que nos trasladan a escenarios urbanos de finales del siglo XIX o inicios del XX con protagonistas femeninas que se enfrentan a las circunstancias históricas y sociales de su época tratando de definir un nuevo papel para las mujeres, que muestran interés por la política y el mundo que les rodea, con ambición por ampliar su ámbito laboral que se reducía al entrono doméstico y formar parte de manera activa de la nueva sociedad democrática y moderna que asomaba por el horizonte.

En esta línea se desarrolla en argumento de esta novela de María Reig, "Papel y tinta", cuya protagonista es Elisa Montero, una joven de humildes origen acogida por su madrina, Doña Manuela Montero, viuda de un acaudalado empresario afincado en Madrid. En aquellos primeros años del siglo XX, el recientemente creado barrio de Salamanca acoge la residencia de doña Manuela y cada vez más familias acomodadas que conforman el selecto ambiente en el que Elisa crece y se relaciona. Educada por la estricta señora Montero, si bien a nivel material lo ha tenido todo, Elisa siempre echará en falta sentir cercanía y afecto sincero por parte su madrina que la trata con frialdad y le impone desde bien joven rígidas reglas de comportamiento. Con el paso de los años, el gusto de Elisa por las letras y su interés por entender la política y los asuntos de actualidad harán nacer en ella el secreto deseo de convertirse en periodista, algo que su madrina no está dispuesta a aceptar al igual que su futuro marido que no concibe la necesidad de que su esposa desempeñe un trabajo fuera de su casa. Elisa tendrá que asumir el papel de un reportero masculino de nombre Pedro Liébana para poder ver publicados sus artículos en prensa, llegando a camuflarse tras un disfraz que le permite moverse con soltura entre los círculos periodísticos, las tertulias masculinas y codearse con otros periodistas entre los que conocerá al francés Olivier Pascal, que será su gran rival profesional. Elisa tratará de compaginar esta personalidad secreta con su papel de joven prometida y después esposa ejemplar dentro de la burguesía madrileña de la que forma parte, mientras se rebela contra el papel de las mujeres en la sociedad como meros objetos decorativos al lado de sus maridos a los que deben proporcionar una familia y constituir el reposo del guerrero. Pero por mucha pasión que sienta por la escritura, tampoco se atreve a romper definitivamente con los privilegios de los que disfruta, a abandonar la comodidad en la que se encuentra instalada y verse expulsada de su entorno social, abocada a ganarse la vida con su trabajo.

El escenario en el que se desarrolla la novela es el Madrid de principios de siglo, los círculos literarios y culturales, el agitado e inestable ambiente político durante el reinado de Alfonso XIII en el que el periodismo adquiere un papel primordial frente a una ciudadanía que cada vez requiere más y mejor información en torno a la guerra europea y los asuntos que afectan directamente a España y a sus territorios coloniales, la guerra de Marruecos, los crecientes problemas económicos, las huelgas, la instauración de la dictadura de Primo de Rivera y los crecientes conflictos que desembocarán en la instauración de la I República.

Estoy segura de que esta historia podría haberse contado en cien páginas menos, ya que muchas escenas resultan redundantes y hay momentos en los que el argumento no avanza sino que da vueltas sobre sí mismo. Pero también tiene aspectos muy positivos, destacando la fantástica ambientación que nos trasladan al momento histórico cuyo paisaje se enriquece por la aparición de numerosos personajes reales del mundo político, artístico y cultural de aquellos años y que hace que el viaje al pasado que nos ofrece esta novela sea una experiencia integral que se disfruta de principio a fin. 

martes, 20 de diciembre de 2022

La casa de los espíritus (Relectura 40°aniversario)

Ya sólo el hecho de que, con ocasión del cuadragésimo aniversario de "La casa de los espíritus", me haya decidido a hacer una relectura de la primera obra editada de Isabel Allende, debe ser considerado como un hito en mi trayectoria lectora porque no soy nada dada a relecturas, aparte de algunas obras más bien clásicas de poesía o teatro. Pero la ocasión bien merecía romper con esa costumbre. Y es que esta novela ha estado desde siempre en mi lista de los libros que considero que han marcado mi trayectoria como lectora. La leí bien joven; según veo en el ejemplar honorablemente sustraído de la biblioteca de mi madre, el libro llegó a mi casa cuando yo tenía diecisiete años, en su ¡vigésimo sexta edición! de abril 1988 (veintiséis ediciones en menos de seis años; eso es un bombazo editorial en toda regla y lo demás son tonterías) La recuerdo como una de mis primeras lecturas dignas de ser consideradas plenamente adultas y la que puedo afirmar que me atrapó para siempre en las garras del vicio lector.

"A Clara no le interesaban los asuntos domésticos. Vagaba por las habitaciones sin extrañarse de que todo estuviera en perfecto estado de orden y limpieza. Se sentaba a la mesa sin preguntarse quién preparaba la comida o dónde se compraban los alimentos, le daba igual quién la sirviera, olvidaba los nombres de los empleados y a veces hasta de sus propios hijos, sin embargo, parecía estar siempre presente, como un espíritu benéfico y alegre, a cuyo paso echaban a andar los relojes."

La novela nos narra la extraordinaria saga familiar liderada por mujeres con nombres luminosos: Nívea, Blanca, Alba y en el centro de todas ellas Clara del Valle, la niña que tiene su propio mundo interior, que adivina el futuro, prevé los fenómenos naturales e interpreta los sueños y que junto con Esteban Trueba funda el estrambótico clan que se nos descubre en este relato cargado de magia, pasión, fantasía desenfrenada, mucho humor, fantasmas, espíritus y otros fenómenos inexplicables plenamente integrados y asumidos en la realidad cotidiana de los personajes. Esa combinación es lo que fue bautizado en su momento como realismo mágico, género en el que la Allende brilló con luz propia, iniciando además uno de los elemento básicos de su narrativa: la creación de unos personajes fuertes e inolvidables, mujeres con vidas extraordinarias dentro de los exuberantes escenarios de una América Latina mítica, donde la tierra tiembla cada poco, donde las influencias europeas conviven con las tradiciones autóctonas, la religión con los ritos antiguos, el exotismo de los aromas, los colores y los acentos locales con la rigidez de las costumbres adoptadas por las familias más pudientes de la sociedad, donde la miseria ancestral de los indígenas se enfrenta al poder de los terratenientes que aplastan todo intento de revolución obrera. Donde la fantasía y el ansia de libertad son consideradas locura y posesión demoníaca, en especial cuando son mujeres las que tratan de sacudirse del control y la tradición que las mantiene a la sombra de sus padres y esposos. Las numerosas y maravillosas historias que conforman la novela se entrelazan de manera prodigiosa, van dejando hilos sueltos que terminarán amarrados antes o después, convergiendo en algún momento porque así está escrito en el libro del destino y ninguna autoridad ni razón pueden evitar que ocurra .

Tenía cierto temor a que el regreso a esta obra que siempre he considerado como un pilar fundamental de mi afición lectora fuera a suponer una decepción; temía que lo que la novela me transmitió en su primera lectura cuando yo era poco más que una adolescente no estuviera ya ahí, que el paso del tiempo y la madurez y los cientos de libros transcurridos desde entonces me hubieran hecho cambiar mi opinión y mi mirada sobre esta historia, pero puedo decir con alegría y tranquilidad por mi parte que la ópera prima de la Allende conserva toda su fuerza, originalidad y encanto y tal vez pueda seguir considerándose, tanto tiempo después, la mejor de sus novelas.

Sí que debo declarar que hay un aspecto importante en el que sí que he notado el efecto del paso del tiempo sobre este libro y es que, ¡Dios mío!, ¿cómo es posible que hace cuarenta años pudiéramos devorar, página tras página, libro tras libro, editados en ese tamaño de fuente minúscula que por suerte ya apenas si encontramos en ediciones actuales? Porque me he parado a comprobar que, lógicamente, la reedición de la novela cuenta con casi cien páginas más que la original, sin hablar, por supuesto, de la maravillosa opción que hoy nos proporciona el libro electrónico de elegir el tamaño de la letra de acuerdo con las necesidades de nuestros ojos que, claramente, han envejecido más y peor que esta maravillosa novela que aún conserva la frescura y la magia que nos conquistó hace ya tantos años. 

Si sois de los que recordáis la novela con cariño o, por suerte para vosotros, de los que todavía no la habéis descubierto y tenéis la posiblidad de leerla por primera vez, no lo dudéis ni un momento. No hay mejor manera de conmemorar el aniversario de esta maravilla de la Literatura en castellano que volver a disfrutar de ella. 

miércoles, 14 de diciembre de 2022

I leoni di Sicilia (Los leones de Sicilia)

La autora Stefania Auci inicia con este volumen titulado "Los leones de Sicilia" una saga histórica protagonizada por la familia de los Florio que se inicia a punto de arrancar el siglo XIX cuando los hermanos Paolo e Ignazio deciden trasladarse, huyendo de los frecuentes terremotos y la miseria, desde la localidad costera de Bagnara en Calabria a la vecina isla de Sicilia donde, al amparo de los ingleses, el puerto de Palermo se encuentra a salvo de los avances imperialistas de Napoleón lo que favorece el florecimiento de la economía, convirtiendo a la ciudad en el más floreciente centro del comercio de todo el Mediterráneo, desde España a Turquía, del norte de Italia hasta Egipto. La familia de los Florio la completan Giuseppina, esposa de Paolo con el que se casó por conveniencia familiar y con el que mantiene una distante la relación, su pequeño hijo Vincenzo y la sobrina Vittoria, hija de un hermano mayor de los Florio ya fallecido. La familia pasará así, a base de duro trabajo, de ser unos meros transportistas de mercaderías variadas llegadas de lejanos países a convertirse en comerciantes de éxito, abriendo primero una tienda donde venden especias exóticas y hierbas medicinales, pero no se quedarán ahí, sino que continuarán su expansión y no tardarán en ampliar sus negocios a diversos ámbitos como productos químicos enormemente demandados en toda Europa como el azufre o farmacéuticos como la quina, llegando a poseer fábricas, fundiciones y toda una flota de cargueros que recorren los mares transportando sus mercancías entre las que destacarán las conservas de atún en aceite, producto de su invención con el que conquistarán los mercados mundiales.

"Palermo, esclava amante, que parece venderse a todos, pero que pertenece sólo a si misma." La ciudad tiene un papel protagónico en esta novela, con sus olores, sus sonidos, su dialecto propio, su larga y compleja Historia, su orgullosa nobleza y sus bravos ciudadanos. Es también una ciudad hermética en la que los Florio experimentarán todo tipo de dificultades para integrarse desde el principio, tan diferente del pueblo originario donde todos los vecinos eran conocidos, cuando no familia cercana. En la ciudad todo es ruidoso y sucio a los ojos de Giuseppina que nunca terminará de adaptarse a su nuevo hogar. Los Florio deberán enfrentarse a envidias y rivalidades comerciales, pero el trabajo duro, la formalidad en el cumplimento de sus acuerdos y su apuesta por los avances técnicos les permitirán progresar hasta convertirse en una de las familias más ricas de Sicilia en una época marcada por conflictos políticos, revoluciones y contrarrevoluciones, enfrentamientos ente Sicilia, Nápoles, los reyes Borbones y los aliados europeos que culminarán con la unificación italiana en 1860. 

Lo más fascinante de esta novela, al menos eso siempre resulta de lo más atractivo para mí, es que esta es una historia inspirada en personajes reales, en una destacada familia de comerciantes que durante aquellos años inciertos y conflictivos urden alianzas con empresarios ingleses que les introducen en los avances de la industrialización, convierten en objeto de lujo el vino Marsala y los tejidos de encaje, comercian con América de donde traerán café o azúcar a cambio de su vino y su aceite, además de participar en la construcción de vías férreas en los Estados Unidos. Todo esto les permite conservar y acrecentar de generación en generación una riqueza que les permitió constituir fabulosos palacios, frecuentar a las más destacadas familias de la rancia nobleza palermitana, a los que superaron en poder y riquezas, y ganarse el apelativo por el que se les llegó a conocer: los reyes sin corona de Sicilia.

viernes, 9 de diciembre de 2022

La bestia

El escenario en el que transcurre la novela que le valió el premio Planeta del pasado 2021 al trio de escritores que publican, ya sin ocultarse, bajo el nombre de Carmen Mola, es el Madrid mísero y superpoblado 1834, arrasado por una epidemia de cólera que extiende la muerte por la ciudad sin distinción de clases sociales, llevándose por delante a ricos y a pobres por igual. A esta tragedia se le suma la aparición de un misterioso asesino bautizado por el pueblo como "La Bestia" que mata y despedaza a sus víctimas, todas ellas niñas adolescentes procedente de los más humildes barrios de la ciudad, sembrando el terror entre la población ante este criminal del que ni siquiera se sabe si es humano o si se trata de algún tipo de animal salvaje o tal vez de un ser procedente directamente del infierno. Queda claro que "el año 1834 tiene un repertorio de desdichas inacabable."

Todo esto ocurre en medio de las luchas políticas que enfrentan a los carlistas contra los partidarios de la joven reina Isabel, mientras que el pueblo trata de señalar al culpable de la epidemia de cólera y apunta sus iras contra el clero a quienes acusan de propagar la enfermedad para debilitar a la población envenenando las fuentes públicas. Los curas, a su vez, culpan a las clases más miserables de la propagación de la enfermedad que no es sino un castigo divino por haberle dado la espalda a Dios.

A todo esto, sólo el periodista Diego Ruiz parece interesado en sacar a la luz las brutalidades de la Bestia y defender a sus víctimas, las niñas más desprotegidas de la ciudad, ayudado de su amigo Donoso, un antiguo guardia real en horas bajas. Entre estas clases más humildes vive Lucía, una chica que trata de lograr los medios para poder escapar de la ciudad con su pequeña hermana Clara y alejarse de tantos peligrosos y posibilidades de morir como les acechan en este Madrid tan violento y hostil. Cuando Clara desaparece, a todas luces a manos de la Bestia, Lucía la buscará adentrándose en peligrosas aventuras, aún a riesgo de su propia vida.

No quiero dejar de exponer algunas reflexiones sobre el revuelo causado por la revelación de la verdadera identidad de los escritores que, hasta la concesión del premio Planeta, se ocultaban tras el seudónimo de Carmen Mola. Me ha sorprendido mucho el enojo de algunas personas por el hecho de que, tras un nombre femenino, se ocultaran tres hombres. ¿No es acaso una buena noticia que, en lugar de que una mujer se deba parapetar tras un alias masculino para poder publicar, como fue lo habitual durante tanto tiempo, en este caso ocurra al revés?, ¿No prueba esto que en la actualidad firmar con nombre de mujer supone mayor garantía de alcanzar el  éxito editorial? ¿Resultará que aquellos que han disfrutado con la lectura de las anteriores novelas del trío de autores sin conocer su verdadera identidad vayan a renegar ahora de sus anteriores opiniones? Por mi parte, sólo puedo decir que ya había leído anteriormente algunas obras de dos de los componentes del trío de escritores, Jorge Díaz y Agustín Martínez, y que me parecieron novelas muy recomendables y que igualmente esta última escrita a tres manos me ha resultado enormemente entretenida, como las anteriores de Carmen Mola y que en absoluto me afecta conocer el verdadero nombre de los autores. Me ha resultado una lectura de lo más adictivo, con una acción imparable, un retrato cruel y duro del Madrid de la época y que, a pesar de la dureza de algunas escenas que resultan impactantes, me ha atrapado hasta la última página, con una buena combinación de acción trepidante y buena novela histórica. 

sábado, 3 de diciembre de 2022

El tejido de los días

La historia que nos cuenta "El tejido de los días" del escritor Navarro Carlos Aurensanz, es la de Julia, una joven viuda embarazada que se traslada a Zaragoza en los años posteriores a la Guerra Civil con la idea de abrir un negocio de costura para ganarse la vida y darle un buen futuro a su hijo por nacer. El problema de Julia es que en realidad no es legalmente viuda porque nunca llegó a casarse con el padre de su hijo, que además era simpatizante del bando republicano, por lo que el niño está condenado a ser registrado como un hijo ilegítimo si la joven no encuentra la manera de resolverlo. Buena parte de la trama transcurre también en el domicilio del abogado Emilio Monforte; su esposa Doña Paca es una de las mejores clientas de Julia. Bajo su techo convive la familia con el personal de servicio, personas de origen humilde que tienen la fortuna de compartir de algún modo las comodidades de la casa en la que trabajan: Antonia la criada, Vicente el portero o Sebastián el chófer protagonizarán la novela junto a Julia y su socia en el taller de costura, Rosita. Todos ellos son trabajadores que tratan de ganarse la vida en unos años difíciles, de hambre y represión política y que padecerán diversos avatares, abusos por parte de sus empleadores, sometimiento al régimen político imperante que también controla duramente la moral y la estructura social, pero todos ellos formarán un compacto grupo cuya amistad mutua les ayudará a apoyarse los unos en los otros para tratar de resolver sus problemas y alcanzar sus sueños.

La novela retrata con gran viveza y muy visualmente el ambiente de la época, la posguerra de una España que continuaba dividida entre los que sufren la miseria, el frío y el racionamiento y las familias acomodadas de los que ganaron la guerra, que supieron aprovechar las oportunidades y que disfrutan de unas comodidades y lujos que no están al alcance más que de unos pocos. En este ambiente se introduce Julia gracias a su taller costura lo que le permite frecuentar las mejores casas de Zaragoza. 

El autor se recrea en la descripción tanto de los vestidos, los muebles, las estancias de los diferentes escenarios, de las cocinas a los salones, permitiendo al lector sumergirse en la estética y el ambiente de la época a través de la moda de aquellos años, las publicaciones, los usos y costumbres sometidos al fuerte control moral que el Régimen impone. Julia se enfrenta a la asfixiante sociedad de la época, donde está mal visto que una mujer sea independiente y realice un trabajo con el que mantener a su hijo, así como les ocurre al resto de los personajes femeninos de la novela que se ven limitadas por su condición a no poder alcanzar sus ambiciones de formación, independencia y libertad, sometidas a sus padres o hermanos, a sus empleadores o esposos.

Me ha parecido una novela muy entretenida que fácilmente nos podemos imaginar convertida en una serie televisiva ya que tanto los escenarios como los personajes y las peripecias en las que se ven envueltos resultan de interés y están contadas con buen ritmo, emoción y sentimiento, además de reflejar muy bien el marco histórico.