"A veces, las cosas más reales sólo suceden en la imaginación (...) Sólo recordamos lo que nunca sucedió"El relato del libro se nos presenta en forma de memorias de su protagonista, Óscar Drai, que revive los días transcurridos al lado de Marina Blau, su primer amor de adolescencia; una relación breve pero que, debido a los asombrosos acontecimientos que la rodearon, dejó un inolvidable recuerdo en Óscar, perdurable aún después de los muchos años transcurridos.
La acción se desarrolla a principios de los años 80, si bien el estilo y la ambientación general nos transporta a otros tiempos, empezando por casa algo sinestra donde residen Marina y su padre, Germán, y que muy bien podría aparecer en cualquier novela gótica, con su puerta de reja oxidada, su asalvajado jardín habitado por un gato de ojos amarillos y su fuente cubierta de musgo; sin suministro eléctrico ni nada que indique que se encuentran en el siglo XX, padre e hija viven a la luz de las velas y de los recuerdos gloriosos de tiempos pasados llenos de felicidad.
Al igual que el caserón de los Blau, la Barcelona que nos muestra Zafón es un escenario absolutamente mágico; desde el barrio de Sarriá con sus caserones abandonados, el ambiente decadente de sus jardines asilvestrados o el internado donde reside Óscar, lleno de oscuros pasillos, o su cementerio de ambiente tenebroso hasta las calles del Raval, el barrio Gótico o Las Ramblas, todos se convierten en inquietantes escenarios velados por la espesa niebla o una lluvia incesante, plagados de sombríos rincones donde se ocultan terribles criaturas y secretos.
La historia familiar del pintor Germán Blau, padre de Marina, con su pasado luminoso vinculado a la rica burguesía barcelonesa es una de tantas biografías que se nos cuentan en la novela, retratos de personajes que rondaron la ciudad hace mucho tiempo, enredados en historias de amor, aventuras empresariales trufadas de envidias, celos y venganzas, divas de la ópera caídas en desgracia, grandes genios despreciados y fortunas que se crean y desaparecen en una sola generación.
Óscar y Marina se verán envueltos involuntariamente en la aventura de perseguir los rastros de algunos de los protagonistas de aquellas historias ocurridas hace más de treinta años en la Barcelona de los años 40 y 50. Enredados en la narración aparecen numerosos elementos que pueden ser considerados como de pura fantasía como la presencia que en forma de sombra monstruosa persigue y aterroriza a la pareja protagonista y trata de entorpecer sus pesquisas o la misteriosa mujer de negro que, como recién salida de una novela decimonónica, con sus velos y su coche de caballos, visita en secreto una tumba sin nombre y guía a los jóvenes tras las pistas adecuadas.
Realmente, esta novela es un gran ejemplo de la capacidad de su autor de crear un mundo propio dentro de su amada Barcelona, con una enorme maestría y un estilo propio para generar imágenes evocadoras acompañadas de una gran riqueza de lenguaje donde cada frase refleja un trabajo de composición reseñable, combinado todo ello con esa peculiar mezcla de realidad y fantasía que dota de una personalidad inconfundible a sus libros, ese gran legado que nos ha dejado este escritor excepcional tan tempranamente fallecido.
"Marina le escuchaba, riéndose de sus ocurrencias y sosteniendo la conversación con hilos invisibles de hechicera. Yo iba callado, la frente pegada a la ventana y el alma en el fondo del bolsillo."