miércoles, 13 de agosto de 2025

Las deudas del cuerpo

Hace casi dos años que leí la segunda entrega de la saga de las Dos amigas 
de la italiana Elena Ferrante y como suele suceder cuando leemos una serie de manera poco continuada, no tenía claro si iba a recordar las tramas ocurridas anteriormente así como a la multitud de personajes que rodean a Elena Greco y Lina Cerullo desde que las conocimos siendo niñas en la primera entrega de la serie, "La amiga estupenda". Prueba de la intrincada red de relaciones humanas que se desarrollan en las novelas anteriores son las ocho páginas que anteceden a este nuevo texto donde, al estilo de los libros clásicos de Agatha Christie, se nos ofrece un sucinto resumen con los principales personajes agrupados por familias y los hechos fundamentales de sus vidas hasta el momento. No niego que, ante tanta información, me sentí algo sobrepasada, incapaz de recordar tantos nombres y hechos, con lo cual tomé la acertada decisión de abordar la lectura de este nuevo volumen, "Las deudas del cuerpo", sin tratar de conectar con lo anterior, dejando que cada personaje fuera apareciendo y contando su historia. Y en realidad fue fácil retomar todos los hilos argumentales con naturalidad, aunque en ocasiones volviera a las primeras páginas a confirmar algún dato o relación entre ellos, pero sin que esto sea necesario para seguir la novela. Otro tema en el que no voy a entrar mucho pero que siento la necesidad de mencionar es la traducción del título original, "Storia di chi fugge e di chi resta" que es claramente mucho más significativo que la traducción elegida para la versión en castellano.

Entrando en el argumento, encontramos que Elena Greco, conocida en el barrio como Lenù, ha hecho su vida en el norte, entre Pisa y Milán y cuando regresa a Nápoles le parece ahora como si volviese a otro mundo, desordenado y caótico , una ciudad de agitación y violencia. Ha pasado de una infancia humilde en un entrono que habla en dialecto a convertirse en escritora, a moverse entre los círculos de la cultura que desprecian lo que llega del sur. La inseguridad que le genera su origen nunca la abandona. En su nuevo entrono de universitarios vuelve a encontrarse con Nino Sarratore, su amor secreto de juventud y padre del hijo de su amiga desde la infancia, Lila Cerullo, con quien tuvo una breve relación. Ambos han salido del barrio gracias al estudio y comparten un nuevo entrono culto y sofisticado. 

Lenù está prometida con Pietro Airota que forma parte de una conocida familia de intelectuales de izquierdas y desde la posición privilegiada de su nuevo estatus acude en auxilio de su amiga Lila, que se está dejando la salud en un trabajo agotador en una fábrica cárnica de Nápoles. Son tiempos revueltos en la política nacional e internacional, pero Lenù no interviene en las conversaciones cuando duermen en su círculo de amistades, no tiene posturas sólidas formadas sobre asuntos políticos, lo que la avergüenza y trata de formarse constantemente para estar a la altura de su prometido y su familia. Pero así y todo no podrá permanecer ajena a tantos asuntos que se han de plantear las mujeres en los años 60: la maternidad, el papel del matrimonio, el compromiso político, la apertura sexual, así como los camorristas que continúan imponiendo su ley en el antiguo barrio de las dos amigas a donde Lila regresa a vivir y donde se implica en los numeroso conflictos sociales de esos años en Italia: la lucha obrera, la radicalización política que derivará en el antifascismo violento de las Brigadas Rojas.

Antes de que el italiano estándar se hubiese extendido uniformemente a todo el país, lo que no ocurriría hasta los 80 con la aparición de las televisiones privadas, existía una gran variedad de lenguas de uso habitual a lo largo de Italia. A esto se hace con frecuencia mención en la novela donde se menciona cuando algún personaje habla en italiano o bien si lo hace en dialecto que en esos años todavía era la lengua habitual entre gran parte de la población, no sólo en el sur del país, sino en otros lugares como en Véneto o Sicilia. 

La lectura me ha dejado con una profunda sensación de tristeza; el texto está cargado de dolor, vergüenza, frustración, ninguna de las dos amigas son felices ni saben cómo alcanzar la felicidad. Lenù sufre por sus inseguridades, Lila enferma, amargada por no haber aprovechado su inteligencia mantiene esa ferocidad primitiva de cuando era niña. Su relación es altamente tóxica, no saben vivir la una sin la otra pero se hieren cuando se encuentran. Una amistad intensa y desgarradora, una historia de pasiones y emociones externas que convierten la lectura en una experiencia agotadora de principio a fin.

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