"Tal y como sospechabas y al fin descubres, el verano es más un modo de estar en un lugar que una estación del año."
Desde la inocencia absoluta de la infancia donde se observa el mundo sin comprenderlo, al adolescente, el joven, el universitario, el cuarentón, avanza a lo largo de los años acompañado por aquellos que estuvieron junto a él, los que se van yendo y los que permanecen a lo largo del tiempo: abuelos, primos mayores, vecinos y amigos, la cuadrilla, las chicas y los personajes peculiares del pueblo, los míticos y los clásicos. "Uno solo es el polvo que se agita con la palabra de los que siguen vivos. Y recuerdan." Los días de bicicletas, de descubrimientos y verbenas darán paso a los enamoramientos, el sexo, los desengaños y los fracasos vitales, la búsqueda de un lugar en el mundo. Más que acontecimientos nos habla de sensaciones, sentimientos y emociones, de crecer y hacerse adulto, punteando en texto de tanto en vez con letras de canciones de la época y brochazos de la actualidad social de cada año que va pasando.
Nostalgia de la infancia a través de imágenes evocadoras de la estética, los modos de vivir, las costumbres de los ochenta, de la casa del campo frente a la vida en Bilbao, de toda una vida que va avanzando, verano a verano. Vamos contemplando sin juzgar a ese niño que se hará hombre y atravesará todas las etapas vitales disfrutando de sus escasos éxitos, sufriendo las pérdidas, cometiendo todos los errores que nos llevan de una edad a otra, que nos arrastran hacia el futuro que resultará ser una distopía apocalíptica. Todo ello contado a través de un torrente de palabras que brotan con ansia de contar, de conservar los recuerdos antes de que huyan en largos y densos párrafos donde atropelladamente las escenas se suceden, cargadas de riqueza en el lenguaje y maestría en la narración. El relato se complica cuando, llegados al momento presente, éste se abre en diferentes opciones de futuro, en tres versiones de la misma historia según el camino que decida tomar Jonás, "porque vivimos a unas pocas decisiones del desastre" o según el destino decida ser más o menos benevolente con él y así seguimos por un tiempo las distintas versiones de lo que será o podrá ser o podría haber sido el resto de su vida.
"Tu padre, y tú de pie a su lado, orondo en camiseta rosa y calzones blancos. Tú que lo miras risueño porque él, al agacharse, ha descendido hasta tus alturas; él, con su barba descuidada, su calva, el pelo en la nuca largo y rizado, sus gafas de leer cosas serias; él, que parece mirar algo que no está en la imagen –siempre algo que anda fuera, siempre el problema en lo otro–, que observa más allá del fotógrafo, hacia Dios sabe qué horizonte al que señala con una flecha de plástico de punta de ventosa."
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