lunes, 10 de febrero de 2025

El crimen de Lord Arthur Savile

Que Oscar Wilde se cuenta entre los más reconocidos genios de la Literatura universal es algo generalmente aceptado. Pero también es cierto que a día de hoy no es un escritor extremadamente popular, quiero decir que, aparte del famosísimo y muy recomendable "Retrato de Dorian Grey", no es un autor demasiado frecuentado por los lectores de a pie, parecería que se ha quedado algo olvidado. Es por eso que he quedado gratamente sorprendida con el descubrimiento de esta novela cortita, "El crimen de Lord Arthur Savile", un relato breve reeditado ahora por Nórdica en un precioso volumen delicadamente ilustrado.

El relato se inicia durante una de las habituales fiestas organizada por lady Windermere en la cual la dama se rodea de un selecto grupo de invitados entre los que se encuentra el señor Podgers, su quiromancista de confianza encargado de leer el porvenir en las líneas de la mano de lady W. dos veces por semana y que esa noche se dedica a  entretener a los invitados de la anfitriona descubriendo lo que el futuro les depara a varios de ellos que se sorprenden ante la certeza de los detalles sobre su pasado y su personalidad que revelan sus manos y se maravillan del futuro que les anuncian.

Cuando le toca el turno al joven y encantador  lord Arthur Savile, el señor Podgers cae preso de una gran agitación y no facilita al principio más que generalidades sin mucha sustancia, lo que no evita que Lord Arthur sienta inquietud ante aquello que finalmente el vidente se ha atrevido a revelarle: su destino está marcado por un terrible crimen. El pobre lord Arthur no hallará la paz hasta que esa premonición se materialice y deje de pesarle como una sombra que oscurece sus planes de boda y el feliz futuro que le aguarda junto a su encantadora prometida.

Mezclando con maestría el humor y el drama, este entretenido fresco de la alta sociedad inglesa está repleto de chispeantes diálogos y afilados retratos de personajes, al tiempo que nos hace reflexionar ante asuntos tales como si está nuestro futuro escrito en algún lugar, si tiene el hombre plena capacidad para decidir su propio destino o éste es más fuerte que la voluntad humana y siempre termina imponiéndose.

"¿Era posible que llevara escrito en la mano, en unos signos que él mismo no podía leer, pero que otros podían descifrar, el aterrador secreto de un pecado, la marca sangrienta de un crimen? ¿No había posibilidad de escapar?"

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