martes, 9 de diciembre de 2025

Todo muere

Llego, por fin, a la conclusión de la trilogía de Todo arde, del madrileño Juan Gómez-Jurado que con "Todo muere" cierra también, al menos de momento, el círculo que forma esta trilogía con la serie Reina Roja y con otro para de títulos más que resultan estar todos conectados de esa manera loca e inimitable que sólo este autor sabe hacer.

En esta ocasión, y volviendo al mismo punto en el que dejamos la novela anterior, "Todo vuelve", nos encontramos con que el equipo que formaban Aura Reyes, Mari Paz Celeiro y Sere Quijano se ha disgregado; los caminos de las tres amigas se han separado temporalmente. Aura ha recibido una oferta de la millonaria Constanza Dorr para unirse a su equipo de poderosos que dominan el mundo en la sombra, pero antes debe descubrir quién mató a su marido y porqué; cuenta para ello con la ayuda de Sere, la informática loca. Por otra parte, Mari Paz trata de reencontrarse en Ceuta con sus camaradas de la Legión que la ayudaron a enfrentarse y a vencer a la corrupta comisaria Romero; pero esta no ceja en su empeño de acabar con la pandilla de desgraciados que forma el grupo de militares retirados y continúa tras su pista.

Aunque a lo largo de la lectura me ha ocurrido de vez en cuando que, dado lo enrevesado de la trama, no tenía muy claro quién perseguía a quién o en qué bando estaban los unos y los otros, también es cierto que es fácil dejarse llevar por el carrusel de crímenes y torturas, de poderosos enemigos, secretos desvelados, amenazas, mentiras, venganzas y traiciones a los que se enfrentan Aura, sus amigas y sus colaboradores y olvidarse de racionalizar los hechos en los que se ven envueltos los personajes.

A pesar de la violencia y el desenfreno que por momentos alcanza la acción, la novela es básicamente un entretenimiento que mantiene el tono jocoso, borde y ligero del resto de la serie, con sus constantes referencias a la cultura popular contemporánea, al cine y la televisión, con sus frases hechas y su gusto por los personajes cutres y casposos, los malos puros sin fisuras y las heroínas de andar por casa que se crecen ante los peligros más allá de sus propias capacidades. Verdaderamente, Gómez-Jurado ha creado todo un mundo propio en el que resulta emocionante sumergirse, en el que te ríes y atraviesas peligros junto a sus protagonistas y también, por qué no decirlo, hay lugar para algún momento de emoción en la que soltar una lagrimilla. Así que no dudo en recomendar toda la serie a aquellos lectores que busquen sensaciones fuertes y acción sin límite con un acertado toque de España cañí.

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