miércoles, 15 de febrero de 2023

Empezamos por el final

En esta novela del autor británico con una agitada vida personal, Chris Whitaker, de título "Empezamos por el final", el paisaje es casi tan importante como los personajes que lo habitan.  El escenario en el que transcurre la novela es Cape Haven, un pequeño pueblo marinero frente al océano en la costa de California cuyos habitante se dividen entre los que tratan de resistir ante la presión de algunos constructores interesados en convertirlo en una atractivo centro turístico, y los que consideran que ese futuro desarrollo urbanístico puede ser su única forma de remontar la larga decadencia que amenaza desde hace décadas el lugar. En cualquier caso, el pueblo continua siendo una comunidad pequeña donde todos se conocen desde siempre y donde no hay lugar para secretos. Uno de sus vecinos, Vincent King, acaba de salir de la cárcel después de cumplir una larga condena tras ser declarado culpable de la muerte de la pequeña Sissy Radley cuando no era más que un chico de quince años. Su mejor amigo de aquellos años, Walk, es ahora el jefe de policía local: Walk siempre ha sido un buen hombre y trata de ayudar a su amigo en su regreso a la vida normal. Duchess no es más que una adolescente llena de rabia y dolor; a pesar de su corta edad, se ha cargado a la espalda la responsabilidad de velar por su pequeño hermano Robin y también por su madre, Star Radley, que tiene dificultades para conservar trabajos y gran facilidad para meterse en líos a causa de hombres que no le convienen. 

Estos y algunos otros personajes son los que pueblan Cape Haven, cada uno de ellos carga con su sufrimiento, con sus secretos y un pasado que ha marcado todas sus vidas. Este es un thriller donde conviven los crímenes con las lealtades más feroces, donde las historias que importan no son tanto las de los asesinatos que golpean a los protagonistas como sus propias historias personales, la manera en que cada uno lucha contra sus demonios interiores, cómo gestionan sus propios tormentos.

Como me ocurre frecuentemente, me desasosiegan mucho las historias que, como es este caso, nos presentan a niños que viven en un entorno de violencia y desamparo, que padecen las decisiones equivocadas de aquellos adultos que deberían velar por su seguridad y procurar su felicidad. Esta es una historia de crímenes, venganzas, amistad y crecimiento, en el escenario de una pequeña comunidad donde se fraguan amistades que duran para siempre e historias de amor que superan los más duros obstáculos. Lo mejor de la novela, en mi opinión, son dos de sus personajes: el jefe de policía Walk, hombre íntegro, honesto y buen amigo, que se enfrenta a su enfermedad con toda la dignidad de la que es capaz y la ternura del pequeño Robin, un personaje que ha logrado conquistar mi corazón, mientras que su hermana Duchess, centro de toda la historia, no ha hecho sino destrozármelo. Y para qué están hechas las novelas, sino para hacernos sufrir un poco y disfrutar otro tanto.

2 comentarios:

  1. Este tipo de historias suele gustarme mucho. Y hacerme sufrir mucho también, sí. La tendré muy en cuenta.
    Besotes!!!

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