martes, 25 de agosto de 2020

El heredero

En "El heredero" nos vamos a encontrar con una vívida crónica de la Guerra Civil española a través de varias historias protagonizadas por diversos personajes en muy variadas circunstancias. Tras un prólogo en el que se nos cuenta el origen familiar de los protagonistas, pronto nos situamos en los convulsos días del verano del 36 en que la España de la República se encuentra dividida en numerosos bandos cada vez más polarizados, donde florecen los movimientos obreros radicales partidarios de la revolución proletaria que ejercen la violencia extrema en sus ataques a la Iglesia y a los propietarios, comerciantes e industriales, causando temor creciente entre los miembros de la burguesía y los sectores conservadores que se sienten amenazados por el ambiente crispado que preconiza el estallido del conflicto bélico.

Uno de los aspectos interesantes de esta novela  es el hecho de que el autor, Rafael Tarradas Bultó, es un descendiente directo de los personajes que van a desfilar por las páginas del libro, concretamente de la familia Marqués Bultó que vivieron la guerra en distintas localizaciones desde Barcelona a Asturias, Teruel, Madrid o San Sebastián, por lo que ha contado para elaborar su obra con testimonios directos de aquellos cuyas andanzas se nos cuentan aquí.

El centro del argumento lo conforman tres personajes principales. Para comenzar, nos encontramos con dos jóvenes de distinta extracción social y origen común: Antonio Campo es un obrero involucrado en el movimiento sindical que lucha por mejorar las  condiciones de los trabajadores en la zona de Villanueva; Pablo Marqués es miembro de una familia de adinerados industriales, propietarios de fábricas y lujosas residencias en Barcelona y Cunit, donde se encuentra San Antonio, la finca familiar. A ambos les une un hecho desconocido para todos: Antonio es hijo ilegítimo del difunto Isidro Marqués, tío de Pablo, que, a pesar de no reconocerlo formalmente, se ocupó de su bienestar y educación incluso después de haber fallecido, lo que, de descubrirse, le otorgaría a Antonio derechos como miembro de la familia Marqués. La tercera protagonista es Inés Sagnier, hija mayor de una numerosa familia de la burguesía catalana que se encuentran en su residencia veraniega de la Cerdanya en julio del 36. El estallido de la guerra y la amenaza que suponen las milicias republicanas obligan a los Marqués a huir de España a San Remo, en Italia, donde se refugiarán junto con otros exiliados y donde coincidirán con la familia Sagnier que igualmente se vio obligada a abandonar con urgencia el país temiendo por su seguridad. Allí se inicia la relación entre Inés y Pablo que se interrumpe pronto cuando éste regrese a España para participar en la guerra.

A partir de ahí, iremos siguiendo a los diferentes personajes repartidos por distintas localizaciones, algunos en zona nacional más alejados del conflicto, aunque sufriendo de la escasez y la incertidumbre lógicas del momento y padeciendo por aquellos familiares y conocidos que se encuentran en zona republicana o directamente en mitad de la guerra, cerca del frente o en pleno campo batalla, luchando por sobrevivir sea en el bando que sea.

Entre las historias que nos cuenta la novela aparecen soldados de ambos bandos, espías que se juegan la vida desde el mismo frente, mujeres que hacen cualquier cosa por salvar el pellejo y sobrevivir a la guerra, aún renunciando a sus principios, religiosos que tratan de salvarse o que enfrentan el peligro frente a frente; los hay que se aferran a sus ideas y otros que abandonan sus creencias a cambio de adaptarse a las circunstancias y lograr estabilidad en tiempos tan inciertos, los que luchan por su vida y los que hacen lo que sea por la seguridad de los suyos. El resultado es un abanico extenso y variado de personajes y experiencias, un rico despliegue de historias particulares que muestran muchas de las realidades que convivieron en aquellos tiempos terribles en los que los españoles se enfrentaron hermanos contra hermanos. 

Masía San Antonio. Cunit
El relato me ha parecido bastante equilibrado y ecuánime en cuanto al tratamiento de los dos bandos, reconociendo las motivaciones de cada uno de ellos, aceptando la existencia de personas sensatas y honradas en los dos lados y también la presencia de crueldad y maldad en ambos de ellos, donde cada uno lucha por sus ideas y por lo que cree que es justo, pero reconociendo que al final todos se equivocan porque una guerra siempre es un error, gane quien gane, porque el país siempre pierde.
"Ninguno podemos estar orgullosos de nuestro bando. No te haces a la idea de las barbaridades que estamos haciendo todos. A veces, a vista de pájaro, cuesta comprender cómo hemos enloquecido todos de esta manera. Yo, como muchos, defiendo un fin concreto, una idea de España y lucho contra la del enemigo que nos llevaría al desastre, al comunismo… No sé. Pero los medios para conseguir ese objetivo. Ah, mosén, aquí todos tendremos que pedir perdón muchos años."

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