viernes, 18 de mayo de 2012

El silencio de las palabras

De vez en cuando tiene una la suerte de encontrarse con una lectura tan gratificante como este libro de Jean Kwok, titulado “El silencio de las palabras” donde se nos cuenta con una mezcla perfecta de sensibilidad, dureza y sentido del humor una serie de experiencias que te permiten adentrarte en la vida de otras personas, sus vivencias y su lucha por superar los obstáculos de la vida. Y en este caso tenemos el valor añadido de que lo que se cuenta se acerca mucho a la realidad vivida por la propia autora, lo que le da mayor interés, a la vez que refleja lo sufrido por muchas otras personas que emigran a un lugar prometedor y se enfrentan a un mundo desconocido con las únicas armas de los talentos de que disponen y el modo en que los emplean ante lo que la suerte o el destino les quieran deparar.

Pues eso es lo que se cuenta esta novela: la peripecia de Kim Chang, una niña que a los once años, tras haber quedado huérfana, emigra desde Hong Kong a Nueva York en compañía de su madre, recién recuperada de una grave enfermedad. Este viaje a “la Montaña de Oro”, nombre con el que en China se conoce a los Estados Unidos, es la única solución que ven ambas para poder sobrevivir. En América cuentan con el apoyo de su tía Paula, que se supone que debe ayudarlas a establecerse y salir adelante, pero lo cierto es que la ruin tía sólo pretende recuperar el dinero desembolsado para pagar el viaje de ambas y los gastos generados del tratamiento médico de la madre, por lo que al llegar a Nueva York las instala en un apartamento inmundo en la zona más deprimida de Brooklyn, sin calefacción y poblado de ratones y cucarachas. A la señora Chang la coloca en un taller de confección clandestino donde trabajan a destajo y en unas condiciones deplorables otras muchas inmigrantes chinas, la mayoría ilegales, ayudadas por sus hijos menores en la difícil tarea de acabar a tiempo los pedidos asignados, de lo que depende su escaso sueldo.

Kim cuenta con un cerebro especialmente dotado para los estudios, lo que le ha granjeado en su país de origen grandes éxitos académicos, pero nada es lo mismo en América: a su llegada, desconoce el idioma por completo, así que durante los primeros años tiene que luchar contra este obstáculo además de enfrentarse al desinterés de su profesor en un colegio público donde acuden jóvenes marginales con poco interés por los estudios. Sólo logra trabar amistad con Annette, una niña encantadora y que es la única con la que comparte experiencias y sueños y gracias a la cual consigue conocer poco a poco las peculiaridades del modo de vida de los adolescentes norteamericanos de los años ochenta, tan distintos de lo que Kim conocía en China, donde el respeto por los mayores y a los maestros, las formas rituales y los modales educados eran un imperativo. Todo eso no le sirve de nada en su nueva situación.

Gracias a sus dotes intelectuales, especialmente en lo que se refiere a las matemáticas y las ciencias, Kim logra superar con éxito los cursos del colegio, a pesar de tener que dedicar las tardes a ayudar a su madre en el taller y obtiene una beca completa para acudir a un prestigioso instituto privado donde tendrá que esforzarse por no delatar la miseria en la que vive ante sus compañeros que proceden de lo más selecto de las clases acomodadas de la ciudad.

La historia está contada con una sensibilidad enorme, con una tremenda sencillez en el lenguaje pero expresando vivamente los sentimientos de la pequeña que cuenta desde su punto de vista lleno de inocencia y agudeza todas las peculiaridades que va descubriendo en su nuevo país, el modo en que se va adaptando a las circunstancias y como logra triunfar gracias al tesón y a la perseverancia ante las situaciones más desfavorables. Por otra parte, también descubrimos las vivencias de otra parte de los inmigrantes, reflejado en el personaje de la madre, que no logra dominar el idioma y tiene que subsistir con un trabajo extenuante bajo el sistema de semi-esclavitud al que la someten sus propios compatriotas que se aprovechan de la desgracia ajena para enriquecerse. Dos caras de la misma realidad que merece la pena conocer y esta novela, es sin duda, una buena forma de hacerlo.

11 comentarios:

  1. Hace un montón de tiempo que lo tengo apuntado pues estoy convencida de que me va a gustar. Pero aún no he tenido oportunidad de hacerme con él.
    besos

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  2. No sabía bien de qué trataba, pero me lo has aclarado. Lo pongo en mi lista de pendientes.

    Gracias

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  3. Tiene pinta de ser un libro precioso, todas las opiniones leídas hasta ahora lo ponen por las nubes =)

    Besotes

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  4. Hace mucho tiempo que leí una reseña de este libro y me llamó mucho la atención esta historia de superación. Tu reseña me la ha recordado y desde luego me han entrado más ganas aún de leer el libro. Bss.

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  5. Bueno, a mí me gustó mucho el libro.
    Es de esas historias en las que las cosas solo pueden mejorar porque con lo mal que lo pasan las protagonistas es lo único que está uno deseando. Desde luego toda una historia de esfuerzo y superación que a mí me dejó encantada.
    Besos!

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  6. Ya le tenía ganas a este libro pero ahora me aseguras prácticamente que me va a gustar. Y se acerca mi cumple... Creo que sé cuál me voy a pedir...
    Besotes!!!

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  7. Me lo recomendó .M. y desde aquella lo tengo anotado, sé que es de los que me van a encantar..

    besos

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  8. Lo tengo apuntado, aunque no me había decidido a buscarlo, pero creo que lo leeré pronto. Tu reseña me ha convencido. Un beso

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  9. Me gusta el tema. Y el título. Y que transmita sensibilidad.
    Un abrazo

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  10. Como siga leyendo tus reseñas voy a duplicar mi lista de lecturas, esta me encantará pro lo que cuentas (pero es que la que le sigue al estilo Downton Abbey también!). Ains!! cuántos libros!!y como dices... una vida tan corta!. Besos

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  11. Lo tengo desde hace tiempo pendiente para leer pero todavia no lo he comprado así que le quedará todavía tiempo

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