jueves, 15 de mayo de 2025

Los crímenes del caviar

Emprendo la lectura de "Los crímenes del caviar",  una nueva novela de Reyes Calderón a la que considero ya como una vieja amiga y cuyos libros nunca me defraudan. El arranque de esta historia nos lleva hasta la lujosa urbanización gaditana de Sotogrande donde el cardenal Norberto Ochavarría, muy bien posicionado para convertirse en el próximo Papa, el empresario, además de conde, Claudio Guinea y el jeque árabe Hamid bin Aziz son envenenados tras haber cenado juntos en la reunión mensual del Club del Caviar, un selecto y discreto grupo de personas poderosas que se reunían una vez al mes con no se sabe qué oscuras intenciones.

Juan Iturri, comandante de la Interpol destinado en Lyon está a punto de salir de vacaciones cuando es convocado para ocuparse de investigar el extraño suceso. Hay personas y grupos muy poderosos e influyentes interesados en descubrir quién está detrás de estas muertes y tendrá que indagar al margen de los cauces oficiales de la policía. Lo que termina por decidirle a aceptar el asunto tras su rechazo inicial será el hecho de que le va a tocar volver a trabajar codo con codo con la juez Lola McHor de la que lleva años enamorado, a pesar de la distancia geográfica que se autoimpuso tras haber colaborado profesionalmente durante mucho tiempo. Y es que también el marido de la juez, el doctor Jaime Garache, ha muerto atropellado en Sotogrande el mismo día en que se han producido los otros asesinatos y todas las muertes parecen tener alguna relación.

El escenario y los personajes con los que se encuentra Iturri durante su investigación pertenecen a la más selecta clase social, desde los miembros de familias ricas de siempre, con títulos nobiliarios de abolengo hasta nuevos ricos que pasan su mucho tiempo libre en clubs de campo, entre torneos de golf y partidos de polo "Millolandia: el lugar donde hasta los perros cotizan en bolsa."

La investigación policial estará trufada de elementos relacionados con avances científicos peligrosos, valiosos secretos e incluso intervendrán complots vaticanos, todo ello en torno a personajes y escenarios muy bien dibujados por la autora que mantiene su habitual tono fresco y en apariencia sencillo con abundantes toques de humor, lo que hace que la narración sea ligera, con capítulos breves que atrapan al lector. Destacan los retratos muy creíbles de los personajes que resultan atractivos y rezuman verdad, desde los ricos en su paraíso de lujos hasta los guardias civiles con sus problemas domésticos y sus cuarteles cochambrosos, los guardias de seguridad o el personal de servicio de las grandes mansiones que muestran el gran contraste entre realidades y circunstancias económicas y personales tan dispares que conviven en el mismo lugar. El resultado es una lectura muy actual que se lee con una sonrisa y bastante emoción ya que no deja de ser una buena novela policiaca.

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