domingo, 23 de julio de 2023

El retrato de casada

Lucrezia de Medici fue hija del duque de Florencia, Cosimo de Medici y de la española Leonor (Eleonora) Álvarez de Toledo. Fue la quinta de los once hijos nacidos de la pareja, A los trece años se acuerda su casamiento con Alfonso d'Este, futuro duque de Ferrara, pero su matrimonio fue breve ya que ella murió al año de haberse casado.

Hasta ahí los hechos históricos en torno a los que Maggie O' Farrell compone esta novela "El retrato de casada" toda una pieza literaria donde la emoción late en cada página, donde los personajes cobran vida y se convierten en inolvidables, especialmente el de Lucrezia, la más rebelde, fantasiosa e indomable de entre los hijos del duque de Florencia y también la menos estimada por sus padres, desbordada por sus ansias de libertad, con un don especial para el dibujo, memoria prodigiosa y enorme curiosidad, se consideraba la pieza que nunca encajaba en ningún patrón que se le quiso imponer.

Cuando la casan y se convierte en duquesa sigue siendo, sin embargo, sólo una niña que debe enfrentarse ahora a un mundo desconocido; sale de su casa, de las habitaciones de los niños que compartía con sus hermanos pequeños, de la protección de su familia y de su adorada aya Sofía que ha sido más que una madre para ella para pasar a asumir el papel de esposa para el que no estaba destinada ella sino su hermana. Se encuentra sometida al único destino para el que se la considera valiosa:  dar un heredero al ducado de Ferrara. Su marido desea que le realicen un retrato de casada, un cuadro en el que se refleje su dignidad como duquesa, donde se ensalce a la nueva esposa que prolongará su estirpe.

"Si quiere sobrevivir a este matrimonio e incluso prosperar en él, tiene que poner a buen recaudo esa parte de sí misma, separarla de Alfonso, hacerla inaccesible. La rodeará con una alta valla de espinos, como los castillos de los cuentos; pondrá a la puerta fieras de fuertes fauces y largas garras. Él no la conocerá jamás, no la verá jamás, no la alcanzará jamás. No penetrará en ella."

La manera de narrar de la O'Farrell es prodigiosa: nos narra el encuentro de Lucrezia con la tigresa que su padre acoge en su casa de fieras y puedes sentir el tacto del pelaje entre tus dedos, el calor de su piel, el dibujo de sus rayas, escuchas su rugido... Todas las sensaciones que Lucrezia experimenta están ahí, en esas líneas. Toda la novela está planteada desde el punto de vista de Lucrezia, todo lo que nos cuenta es subjetivo, puntuado con elementos oníricos, nos adentramos en sus fantasías y sueños, sin un orden cronológico estricto, el relato va y viene en el tiempo alternando capítulos de diferente extensión y transportándonos a la mente de la protagonista, a sus temores, a sus pensamientos y esperanzas.

Desde que descubrí por primera vez a la O' Farrell allá por 2015, o tal vez fuera con la segunda novela que leí, " Tiene que ser aquí", se convirtió indudablemente en mi autora contemporánea favorita; todos sus libros han supuesto excelentes experiencias lectoras para mí y me alegro de comprobar que, a pesar de haberse convertido en un exitoso fenómeno editorial no por ello ha perdido esa capacidad de crear historias que siempre parecen conservar la intimidad entre sus personajes y el lector, de contar historias personales, centradas en las emociones y las sensaciones de sus protagonistas, siempre mujeres y que regresan a los mismos temas como la maternidad o la necesidad de dar la voz a figuras aparentemente menores como hizo en "Hamnet" y como hace ahora con esta joven duquesa de tan breve existencia.

"Esto, piensa. Todo esto: los cipreses como filas de pinceles erguidos esperando la mano gigante de un pintor; el viento bajo y sumiso; la línea dentada de las montañas pintada de negro en el horizonte; a su espalda, las voces amortiguadas de los criados llamándose unos a otros; las puertas abiertas de la villa; el tintineo de los cencerros que el ganado lleva al cuello; las hileras y más hileras de árboles frutales que se abren como avenidas al pasar a su lado. Esto es lo que quiere, esta dicha en la piel, como la caricia de la llovizna después de una sequía extenuante. Puede acatar lo otro, puede soportarlo a cambio de todo esto. Lo uno por lo otro. Lo hará, puede hacerlo."

2 comentarios:

  1. Lo tengo en la estantería pendiente así que me alegra ver que lo has disfrutado tanto. No he leído aún nada de ella. A ver si le pongo remedio.
    Besotes!!!

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    1. Sólo o te puedo decir que es mi autora favorita. No tardes en descubrirla.
      Saludos.

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