domingo, 6 de septiembre de 2020

El intercambio

En tiempo de vacaciones veraniegas lo que apetece son lecturas sencillas, emocionantes y que permitan la evasión, algo que prometía el argumento de "El intercambio" de la autora británica Rebecca Fleet, una historia que aborda el inquietante asunto del riesgo que puede conllevar un intercambio vacacional de casas cuando no sabes a quién estás permitiendo verdaderamente entrar libremente en tu domicilio. La pareja protagonista, el matrimonio formado por Caroline y Francis, atraviesa un mal momento; en realidad se encuentran al borde del desastre. Tras los problemas de adicción sufridos por Francis recientemente, la creciente falta de comunicación, sumado a una aventura extramatrimonial de Caroline con un compañero trabajo hace un par de años, el matrimonio todavía se esfuerza por subsanar las heridas sufridas. Con la idea de tratar de reconducir la relación y cambiar de aires, a Caroline se le ocurre la idea de realizar un intercambio de casas, ofreciendo por unos días su vivienda en Leeds a cambio de una casa cerca de Londres a donde planifican realizar una escapada en pareja y volver así a reactivar su relación conyugal. Pero pronto descubrirá en la nueva casa muchos detalles casi inapreciables que le recuerdan constantemente a su antiguo amante, lo que le impide centrarse por completo en su propia relación matrimonial. 

Al mismo tiempo que Caroline va contando su versión de los hechos, dirigiéndose siempre a un oyente al que tardamos en identificar, otro personaje nos describe cómo toma posesión de la casa de Caroline, no sabemos quién es ni entendemos qué es lo que busca con tanto interés, lo que provoca que la lectura sea confusa durante algún tiempo hasta que va aclarándose el papel de cada uno, además de que constantemente vamos pasando del presente al pasado, repasando los peores momentos en la relación del matrimonio, la caída de Francis en la adicción, la relación extraconyugal de Caroline, su sentimiento de culpabilidad por no estar cumpliendo como esposa ni como madre. Nos encontramos con multitud de temas entrecruzados y distintos momentos temporales que no siempre resultan claros. Con los vaivenes adelante y atrás no siempre contamos con la seguridad de si Caroline quiere arreglar su matrimonio o si lo que realmente desea es regresar con su antiguo amante, lo que provoca cierta confusión al lector, junto con algunos momentos en que el ritmo se estanca o nos encontramos frente a unos personajes a los que es difícil etiquetar, que no sabemos si situar en el bando de los buenos o de los malos (incluso con Francis me ha ocurrido que no sabía muchas veces si era una víctima o un cretino, si compadecerlo u odiarlo) Todos estos elementos suponen cierta rémora en la experiencia lectora.

Cómo conclusión, diría que nos encontramos frente a un nuevo domestic noir de los que tanto abundan últimamente, con un toque de sexo, mentiras y casas ajenas, más centrado en las relaciones personales, en el engaño, las dudas, la desconfianza, que en el aspecto puramente de thriller que parecía prometer porque no hay asesinato, aunque sí alguna muerte y las amenazas se centran más en lo personal e íntimo que en un posible riesgo físico como tal, con lo que, si bien es entretenida de leer y resulta bastante inquietante por momentos, finalmente resulta ser más un drama intimista que la emocionante historia de suspense con la que pensaba encontrarme. Cosas que pasan con las expectativas incumplidas.

2 comentarios:

  1. Pues esperaba más suspense en esta novela. Siendo así, por ahora la voy a dejar pasar.
    Besotes!!!

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    1. Sí que la historia tiene su parte de suspense y demás, pero no resulta ser del tipo criminal que, al menos yo, esperaba. A lo mejor el problema ha estado en mis expectativas más que en la novela.
      Saludos.

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