Regreso a
Miguel Ángel Hernández, autor murciano que me sorprendió hace varios años con su novela "
El dolor de los demás" y que ahora vuelve a contarnos una historia, en esta ocasión de ficción, pero situada en el marco de episodios reales ocurridos recientemente en su comunidad autónoma. En "
Anoxia" nos encontramos en un pequeño pueblo a orillas del Mar Menor donde Dolores continúa abriendo a diario el estudio fotográfico que regentó durante años con su marido, ahora fallecido. El negocio ha conocido tiempos mejores y la vida de Dolores tampoco está en su mejor momento. A raiz de recibir el extraño encargo de realizar un reportaje fotográfico a un hombre que acaba de fallecer, algo que era habitual en tiempos remotos aunque hoy día es bastante anómalo, Dolores entra en contacto con Clemente Artés, un anciano fotógrafo francés, gran amigo del difunto que debe retratar, que la introduce en la práctica de la fotografía mortuoria, una manera de mantener viva la memoria de los seres queridos, "
ese intento de apresar aquello que está a punto de borrarse", la esencia misma del arte de la fotografía. Artés le permite también iniciarse en la técnica del daguerrotipo, la química plasmando la vida misma en una placa de metal, una larga exposición que logra condensar el tiempo y otorga a la imagen resultante la sensación de que se está contemplando un momento en movimiento, un ser todavía vivo. "
Cada vez que una realidad se fija en la placa es una especie de milagro."
Una lluvia torrencial habitual en esta zona comienza a caer sobre el pueblo y lo cubre todo de lodo. Días más tarde, con las calles todavía encharcadas y los destrozos sin reparar, el Mar Menor aparece lleno de peces muertos a causa de la anoxia, falta de oxígeno causada por la avalancha de barro. Estas otras miles de muertes no son sino otro elemento en el paisaje del duelo de Dolores que se une al vacío oscuro en el que la mujer se encuentra sumida desde que murió su marido.
Este es un relato delicado y reflexivo sobre la memoria, la preservación del recuerdo de los seres queridos, la aceptación de la muerte como parte esencial de la vida. Inquietante y perturbadora en ocasiones, gira constantemente en torno al acto y efecto de morir, a la vejez y también a la muerte prematura, a la culpa, al duelo y al dolor que deja en los que quedan atrás.
"¿Qué hay más inevitable y habitual que la muerte? Lo anómalo y lo terrorífico es tratar de quitarla de enmedio, ocultarla y hacer como si no existiera."
Pues no conocía al autor. Una lectura interesante, aunque por los temas que trata, hay que escoger bien el momento para leerla. Ahora mismo me apetecen cositas más ligeras, pero tomo buena nota.
ResponderEliminarBesotes!!!
No creas que es tan tétrico como puede dar a parecer la temática. Lo cierto es que hay autores que no son de distribución masiva pero que vale la pena conocer. Ahí lo llevas por si algún día te cruzas con alguno de sus libros.
EliminarSaludos.