Durante ese breve fin de semana recorremos el pasado de los personajes, la relación que unió a Lyle y Tony, la complicidad entre Marian y Lyle tras muchos años de amistad, el estado actual del matrimonio de John y Marian entre la apatía y las preocupaciones por su pequeño hijo, la incipiente relación de Lyle con Robert llena de incertidumbres. Sin contar con grandes acontecimientos, el relato se centra en las relaciones interpersonales, en la expresión de los sentimientos, las distintas formas de enfrentar la relación de pareja, las expectativas no siempre cumplidas, las distintas formas de entender la amistad, la fidelidad, la dependencia o la pérdida. No he llegado a sentir auténtica simpatía por los protagonistas que me han parecido personajes bastante decadentes, de moral algo laxa, hasta el punto de que el personaje del que más cerca me he sentido ha sido el joven Robert, tal vez por la manera en que se siente excluido del grupo, no aceptado por los demás.
Lo que más he disfrutado de la novela ha sido precisamente aquello que iba buscando: el relato de unos días de descanso con baños en el río y cenas al aire libre, conversaciones con amigos y momentos para desconectar de la realidad cotidiana y reflexionar sobre uno mismo, sus sentimientos, lo que se ha dejado atrás y lo que puede traer el futuro, aunque no se haya tratado en absoluto de una lectura que pretenda ser acogedora ni ligera, sino que nos muestra la manera en que cada personaje trata de lidiar con sus propias emociones.
"Eso es lo interesante de conocer gente nueva: uno se ve a sí mismo de otro modo."
Pues te ofreció lo que buscaba, lo que no es poco. No es de esas lecturas por las que me vaya a lanzar, pero si se cruza, me animaré. Creo que podría gustarme.
ResponderEliminarBesotes!!!
Es verdad que no se queda entre mis lecturas favoritas de este año, pero tampoco la desaconsejo, para nada. Igual a otra persona le puede llegar más que a mí y en cualquier caso es una buena novela.
EliminarSaludos