jueves, 23 de julio de 2020

The tatooist of Auschwitz (El tatuador de Auschwitz)

Son muchos, algunos considerarán que demasiados, los libros escritos en torno al tema de Auschwitz y el Holcausto, bien como ficciones noveladas o a través de testimonios personales de tantos supervivientes que se han decidido a contar en algún momento su propia experiencia. No sé hasta qué punto puede ser criticable esta sobreabundancia de publicaciones sobre este asunto que incluso llega a ser considerado en ocasiones como un tema "de moda", ya que es muy comprensible el interés por todo aquello que ocurrió durante uno de los periodos más negros de la Historia de Europa y del de la Humanidad, unos hechos que siguen atrayendo a los lectores, ávidos por conocer y descubrir los horrores de aquellos días y que hacen que estos relatos sigan conviertiéndose en éxitos de ventas tanto tiempo después de haber ocurrido los hechos que relatan.

Lo más peculiar de este libro, "The tattooist of Auschwitz", sería el modo en que se gestó su elaboración, tal y como lo cuenta al inicio su propia autora Heather Morris, exitosa guionista australiana, que entra en contacto con el anciano Lale Sokolov que se ofrece a compartir con ella sus experiencias sobre su paso por el campo de concentración de Auschwitz-Birkenau, con lo que Morris se plantea elaborar un guión cinematográfico que posteriormente acabaría convertido en la actual novela. La relación personal trabada entre la autora y su entrevistado forma parte también del argumento del libro que constituye un emocionante homenaje a un superviviente de aquel horror que podemos conocer prácticamente de boca de su protagonista

Al joven Lale Sokolov lo suben a un tren en su Eslovaquia natal junto a varios centenares de judíos como él con el pretexto de enviarlos a trabajar para el gobierno alemán que ha invadido su país, a cambio de la falsa promesa de que la seguridad de sus familias quedará así asegurada, dado que sus hombres se encuentran colaborando con los alemanes. El joven Lale es un muchacho elegante y educado que domina varios idiomas y no imagina que en realidad están siendo trasladados a Polonia, al campo de concentración de Birkenau donde tendrá que aprender a sobrevivir a base de obedecer y observar. Su formacion y la suerte le llevan a ocupar el puesto de tatuador del campo, encargado de la tarea de marcar en el antebrazo a todos aquellos que llegan hasta los campos de Birkenau y al vecino Auschwitz con el tétrico número que identifica a cada preso.

Las condciones vida de las que "disfrutará" Lale son significativamente mejores que las de la gran mayoría gracias a que su trabajo le granjean el privilegio de evitarle el ser ocupado en otras tareas más penosas o peligrosas, al igual que estar mejor alimentado que los demás presos. Pero también se encuentra por ello en la situación de ser considerado por algunos como un colaboracionista por su contacto cercano con los carceleros y el trato más favorable que recibía, lo que supone un peso que cargará sobre la conciencia toda su vida. Pero ello no significa que no le tocara luchar contra el tifus, el hambre y tantas otras penurias como ser castigado ocasionalmente a realizar trabajos más laboriosos en alguna ocasión en que fue pillado realizando trapicheos para conseguir comida o medicinas que repartía entre los demás o pasar por el sufrimiento de perder muchos compañeros y amigos.

Su propia supervivencia dentro de aquel infierno será su prioridad, pero eso no quita para que trate de ayudar a todo el que sea posible; si bien no pueden hacer grandes cosas, sí que se aplica al aforismo judío que afirma que "quien salva a un hombre salva al mundo entero" con lo que se centra en pequeños actos de solidaridad cotidianos. Y es que en el peor lugar del mundo y en las circunstancias de mayor dificultad es posible ver florecer la amistad e incluso encontrar el amor como le ocurre a Lale cuando conoce a a Gita y durante tres años ambos tratan de mantenerse sostenidos por la esperanza de una vida juntos fuera de aquel lugar y hasta se atreven a hacer planes de futuro apoyados en la firme decisión de sobrevivir al infierno.

El relato abunda en reflexiones sobre el valor de la dignidad humana, sobre la consideración del hecho de que una raza que engloba gran diversidad de nacionalidades, realidades diversas y multitud de personas individuales, pudiera ser considerada como un posible riesgo para la seguridad o la integridad de cualquier país. Una de las cosas que más dolieron a Lale fue experimentar cómo el ejército eslovaco, sus propios compatriotas, entregaron a los judíos como él a los alemanes, tratarándolos como a bestias a causa exclusivamente de haber sido educados en una religión diferente cuando hasta entonces habían sido ciudadanos exactamente iguales a todos los demás con independencia de sus creencias.

El libro centra su argumento en los años pasados por Lale en Birkenau, pero se adivina, por el rápido repaso que al final hace por el resto de su vida hasta que, ya viudo y anciano, decide contar su experiencia a la autora, que los años posteriores también podrían constituir un buen argumento para otro interesante libro. Por lo pronto, en este se nos ha contado una parte significativa de una vida intensa, tal vez sus capítulos más desgarradores, una pieza de las muchas que conforman el gran relato del Holocausto judío.
"...una historia de dos personas ordinarias viviendo en un tiempo extraordinario, privados no sólo de su libertad sino de su dignidad, sus nombres y sus identidades y es el relato de Lale de lo que tuvieron que hacer para sobrevivir"

4 comentarios:

  1. Yo he leído el siguiente de la autora, "El viaje de Cilka" (Cilka debe aparecer en esta primera novela) y me encantó
    Me gustaría leer también éste
    Besos

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    1. También yo quiero leer el libro sobre Cilka. Lo cierto es que su personaje aparece en este y tiene un papel importabte, pero no se da demasiada información sobre ella, aunque adivinamos bastante. Me parece muy interesante seguir descubriendo su historia.
      Saludos.

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  2. Por mucho que se haya escrito de este tema, continuan saliendo historias desconocidas.
    Este libro me ha recordado el de La bibliotecaria de Auschwitz, de Antonio G. Iturbe, que también un poco por casualidad se encontró con un testimonio poco conocido.
    Un abrazo

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    1. Lógico que de tantos miles de personas que pasaron por los campos muchos supervivientes tuvieran tantas historias para contar. Y es necesario que todas se conozcan, cada uno de ellos merece ser recordado.
      Saludos.

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