domingo, 6 de octubre de 2019

Mi abuela rusa y su aspiradora americana

No conocia yo a este tal Meir Shalev antes de esta divertida novela de título algo disparatado: "Mi abuela rusa y su aspiradora americana", pero parece ser que este escritor israelí tiene una extensa produccion de obras para adultos y también infantiles y goza de un cierto prestigio internacional y, por supuesto, de gran fama en su país natal donde es toda una figura de las letras y ha sido frecuentemente galardonado.

En cualquier caso, creo que esta novela que ahora nos ocupa ha sido una buena manera de descubrir a este autor ya que siendo, como es habitual en toda su obra, un retrato de la sociedad y los conflictos que caracterizan permanentemente al estado israelí desde su fundación, en esta ocasión el humor está por delante del drama, la historia del pais se repasa con bastante gracia ya que se hace a través de la mirada de un niño, el propio autor, que descubre y describe el mundo que le rodea desde el seno de una familia procedente de Ucrania y que se cuenta entre los pioneros del sionismo en Palestina. Sus abuelos fueron de los primeros que, a principios del siglo XX, viajaron hasta la tierra prometida de Israel para trabajarla con sus manos, para sacar adelante a base de mucho esfuerzo y renunciando a las comodidades una granja y de paso un nuevo país.

El autor para el que la Biblia tiene más valor como historia de su pueblo que como libro religioso, nos sigue contando en esta novela esa Historia de su país entrelazándola con las pequeñas historias familiares donde no faltan relatos que se cuentan de generación en generación, anécdotas convertidas en leyendas, entre las que destaca aquella que refiere la relación de su abuela con una aspiradora americana. La abuela Tonia era una mujer de personalidad peculiar; fanática de la limpieza, mantiene buena parte del hogar familiar clausurado para evitar que se ensucie, que entre el polvo, su mayor enemigo. Teme ante todo a las manchas, los roces en las paredes, el barro que los zapatos introducen en la sala, por lo que obliga a todo el mundo a entrar a la casa por la puerta trasera, sus hijas deben ayudar en la limpieza diaria aunque ello suponga faltar a la escuela por norma. ¿Cómo es posible entonces que Tonia se negara a usar la magnífica aspiradora americana (o barredora, como ella la llama) que le envía como regalo su cuñado desde California; que la máquina pasase decenios encerrada en un aseo cubierta por mantas?

Aunque se debe considerar, por otra parte, que este regalo fue en realidad una venganza llegada desde el mismo corazón del capitalismo norteamericano, procedente además de un traidor, más bien de un doble traidor: el hermano del abuelo Aharon que traicionó al sionismo y al socialismo marchándose a América a convertirse en rico empresario. La aspiradora, que representa todo lo que detesta el abuelo y todo lo que adora la abuela, se comporta como un personaje más en la trama, con pensamientos y sentimientos propios; se muestra emocionada por su largo viaje trasatlántico y su nueva existencia en la polvorienta tierra de Palestina y constituye el hilo conductor de esta divertida novela que nos retrata, con humor y ternura a partes iguales, a una abuela medio loca, a un padre poeta, una madre granjera y un nieto que cuenta las cosas como ocurrieron, como digno sucesor que es de una extensa saga de excelentes narradores, algunos de los cuales no sabían leer ni escribir pero tenían el don de narrar la vida como si fuera un cuento.
"Mientras los chicos de la familia y el pueblo estaban fuera peleándose, conduciendo y arreglando tractores; mientras se dedicaban a disparar armas de fuego, azuzar a los perros contra los gatos y montar a caballo, yo me sentaba en el porche de la abuela Tonia y escuchaba sus historias, que siempre empezaban con su «Esto es lo que pasó»."

4 comentarios:

  1. No conocía ni el libro ni el autor, pero creo que podría gustarme, si me cruzo con él le daré una oportunidad. Besos.

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    1. Yo tampoco conocía a este autor. Siempre es bueno descubrir otras culturas y con este libro yo me he acercado a la historia de Palestina desde el humor. Te lo recomiendo.
      Saludos.

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  2. ¡Vaya título! NO me sonaba de nada, pero tu reseña me ha picado la curiosidad. No me importaría leerla.
    Besotes!!!

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    1. Es bueno el título y buena e interesante la historia, con un humor muy inteligente.
      Saludos.

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