lunes, 8 de enero de 2024

La violinista roja

La escritora
Reyes Monforte vuelve nuevamente a dar protagonismo a un personaje femenino real cuya vida apasionante no era hasta ahora conocida por el gran público pero sí que merece ser contada porque reúne todos los elementos necesarios para ser considerada como una auténtica vida de novela.

La que sería conocida como "La violinista roja" se llamaba África de las Eras; era una joven procedente de Melilla, hija de un militar que entra en contacto con la ideología progresista en Madrid durante los años de la II República, desarrollando una temprana conciencia social cercana a los movimientos sindicalistas que más adelante derivará en el comunismo más radical.

Con el pago de los años, la joven cabará convertida en una destacada espías al servicio de la Unión Soviética y como tal recorrerá diferentes países conociendo a grandes figuras públicas de la política y del pensamiento; Barcelona, Moscú, Ucrania, París o Montevideo serán algunas escalas de su camino a lo largo de una vida dedicada a una única misión: la revolución. 

"Obedecer las órdenes no resultó un problema para ella: hacía años que se había desvinculado de su estirpe en Ceuta y su única familia era el servicio de inteligencia de la URSS."

Su primer contacto con esta revolución será la revuelta de los mineros de Asturias del 34. El estallido de la guerra civil le pilla en Barcelona y allí ocupa cargos entre los milicianos defensores de la República. Va pasando del socialismo a sentirse atraída por el régimen comunista soviético como ideal de sistema político. Desde Barcelona será enviada a México como secretaria de Trotski al que espía por orden de Moscú. Allí  conoce a Frida Kahlo y Diego Rivera y se verá involucrada en el asesinato del político ruso. A su vuelta a España, mientras continúa la Guerra Civil, coincidirá con Hemingway o George Orwell. Finalmente en 1942 se instala en la Unión Soviética donde defiende Moscú de los ataques alemanes. De las misiones de guerrillera, pronto pasa a trabajar en operaciones de inteligencia, comenzando como radiotelegrafista, interceptando comunicaciones, transmitiendo códigos y asumiendo cualquier otra misión que los mandos soviéticos le encarguen. Se convierte así en la mejor violinista al servicio de Rusia, nombre que daban a las operadoras de radio por la agilidad y delicadeza requeridas para su trabajo. Los años pasarán y el mundo entrará en la Guerra Fría, el Telón de Acero separará el ámbito comunista del democrático y África, bajo otros seudónimos seguirá con su misión. "Algunos lo calificarían de fanatismo; ella prefería hablar de compromiso vital."

África no tendrá escrúpulos ni problemas de conciencia para hacer lo que sea preciso y se le ordene en favor de sus ideas políticas, ni dudará un momento en poner su vida en riesgo en peligrosas operaciones; realiza labores de espionaje, sabotajes y no le tiembla el pulso al ejecutar torturas, someter a enemigos a interrogatorios, falsificar documentos, traicionar, extorsionar o participar en asesinatos contra aquellos que se opongan al ideal de sociedad libertaria y comunista en la que cree firmemente, encarnada en el más criminal de los líderes: Stalin. Su capacidad de observación, de interpretar situaciones, detectar el peligro, adelantarse a los movimientos del enemigo, su valor y sangre fría le valdrán la admiración y el reconocimiento de sus superiores.

 "Te has entregado a un hombre a quien ni siquiera conocías: y no hablo de Felisberto, ni de mí, ni de todos aquellos que hayan pasado por tu cama, sino de Iósif Stalin, el Padre de los Pueblos, el Faro de la Humanidad... ¿Quién mata por alguien a quien ni siquiera conoce personalmente?"

Gracias a la capacidad descriptiva de la autora, revivimos con viveza los diferentes sucesos históricos, los variados escenarios en los que se mueven personajes reales mezclados con los ficticios. Se aprecia el intenso trabajo de documentación realizado, aunque a veces nos podemos marear con la abrumadora cantidad de información proporcionada por la autora, con tantas siglas, facciones políticas, departamentos de la burocracia soviética, hechos históricos, fechas concretas y citas que, si bien aportan veracidad y realismo, desde el punto de vista narrativo y de agilidad lectora no benefician a la novela y la hacen excesivamente larga. También me ha resultado demasiado largo el relato de la campaña desarrollada en Ucrania durante la guerra mundial y todos y cada uno de los enfrentamientos y escaramuzas contra los alemanes que ocupaban esa zona. Comprendo el deseo de la autora de ceñirse a los hechos y exponer la información de que dispone, pero en esta ocasión me han vuelto a sobrar páginas. 

En cualquier caso, la novela nos descubre a un personaje sorprendente que llegó a alcanzar los más altos puestos y honores de la inteligencia soviética tras dedicar su vida por entero a un ideal en el que creía firmemente y por el que obedeció ciegamente, asesinó, traicionó y colaboró en terribles crímenes, pero siempre convencida de que era lo que debía hacer para lograr el triunfo de la revolución comunista.

2 comentarios:

  1. A veces se empeñan mucho en meter demasiados datos y terminan aburriendo un poco. Aún así, no pinta mal. Si se cruza me podría animar.
    Besotes!!!

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    1. La verdad es que la protagonista y su vida merecen la pena ser conocidas. Y Reyes Monforte es una buena escritora que cuenta muy bien las historias
      Saludos.

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