jueves, 4 de enero de 2024

Sueños de felicidad

Hace más de diez años que leí "Dos chicas de Shanghai" donde Lisa See nos contaba la historia de cómo las hermanas Pearl y May se enfrentan a las contradicciones entre la China tradicional y la modernidad occidental en el Shanghái de los años treinta. 

En "Sueños de felicidad", la autora retoma a aquellas dos chicas ya convertidas en mujeres inmigrantes en California donde se han establecido y formado sus familias, traspasando en este caso el protagonismo a la joven Joy que, tras ser criada en Estados Unidos como hija de Pearl, descubre que su verdadera madre es May, a la que consideraba su tía y que ha vivido todos esos años en una mentira. Animada por los mensajes lanzados desde su país de origen a los ciudadanos de la diáspora para que regresen a apoyar a la recién proclamada República Popular de China y a colaborar a su desarrollo, Joy decide escapar desde Los Ángeles hacia Shanghai con el objetivo de encontrar a su verdadero padre además de participar en el ideal prometido de la sociedad colectivista comunista. Pronto su madre, Pearl, le seguirá los pasos hasta China para sacarla de los apuros en los que se verá inmersa.

Joy descubriera que su padre es Z. G. Li, un afamado pintor implicado en el nuevo régimen donde es considerado una figura notable del ámbito cultural pero que, en la voluble e insegura nueva China, se encuentra en riesgo permanente de ser acusado de enemigo del pueblo. Porque el país se encuentra en una situación de atraso estructural en todos los sentidos; a pesar de las promesas de progreso con las que tratan de convencer a la población, el pueblo se halla completamente sometido a los dictámenes del gobierno; la pobreza y el atraso tecnológico es abrumador, especialmente a los ojos de Joy, acostumbrada a las comodidades de la cultura norteamericana; la tierra está colectivizada pero se cultiva con los mismos métodos de hace siglos, si bien han desaparecido elementos arcaicos como los terratenientes o los matrimonios concertados, las condiciones de vida siguen siendo deficientes y se sufren penurias inimaginables. Pronto Joy descubrirá que en el sistema comunista continúa existiendo la corrupción y las desigualdades de clase y que el sueño comunista no es lo que esperaba.

El libro denuncia con crudo detalle la terrible situación padecida por el pueblo chino a causa de lo que se conoció como el Gran Salto Adelante. Se trató de una campaña a nivel nacional ideada por Mao que pretendían incrementar hasta límites inimaginables la producción tanto agrícola como industrial del país para superar en un breve espacio de tiempo a los grandes rivales económicos, Rusia y Estados Unidos, a base de explotar al máximo la fuerza de trabajo de la población. Pero, a causa de la pésima planificación por parte del gobierno y de los objetivos fijados irrealizables e imposibles de alcanzar, originaron una hambruna catastrófica y una enorme mortandad. La novela ofrece un escalofriante retrato de aquellos años a través de la historia de dos mujeres valientes, decididas y luchadoras enfrentadas a unas circunstancias históricas excepcionales y que descubren el valor de la unión familiar y la importancia de conquistar la libertad individual ante todo.

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