"Con la edad uno pule su relación con lo inútil. No solo entiende su importancia, sino su papel redentor. Ante el horroroso afán de lo rentable elijo caminar del bracete con lo que no tiene valor. Ese rato mirando por la ventana, ordenando los discos, limpiando con cariño la bicicleta o haciendo el muerto en el mar; ese rato que no se puede pesar ni medir favorece un estado mental en el que el mundo simplemente nos acepta siendo, sin tener que demostrar nada."
Éste no es un manual de estilo sino una obra incalificable que no cabe en ninguna categoría; una recopilación desordenada de apuntes y reflexiones sobre todo y sobre nada, epígrafes breves, a veces unas pocas líneas, escenas o anécdotas inconexas en torno al arte, la filosofía, el cine y el buen gusto, protagonizadas por escritores, pensadores o diseñadores; una colección de citas sin una finalidad más allá de reunir todo aquello que le inspira y motiva, sus objetos imprescindibles, sus creadores de cabecera y sus escritores favoritos, pero sin ánimo de imponer criterios ni dictar doctrina: "Cómo voy a proponer un canon literario, si ni siquiera sé meter bien la funda del nórdico."
"No esperen emociones fuertes. Es un mundo fragmentario, lento, de convivencia fácil. La barredura de nombres se puede leer aleatoriamente. Abrir por cualquier página, un rato de compañía, descubrir algo, ir a dar un paseo. Eso sería perfecto,"
Elogia y ensalza lo sencillo y auténtico, la artesanía, los objetos y diseños que han superado la prueba del tiempo pero también la actitud basada en la sencillez, en la honestidad, la autenticidad, la coherencia. Alaba lo más cotidiano, la belleza de lo simple, de lo que no es pretencioso ni busca destacar, aunque, gracias a su sencillez logra convertirse en eterno.
"No hace falta elegir grandes causas para mejorar el mundo. Al revés, cuanto más grandilocuentes más sospechosas. Lo urgente es lo pequeño."
Su inspiración en cuanto a la actitud vital que reivindica en este libro proceden lo mismo del Japón más tradicional que del diseño industrial, se guía por Josep Plá o por cocineros pegados a su tierra, su estilo se forjó en sus veranos de infancia y en sus primeros viajes por Europa de adolescente, en los libros que leyó y los discos que escuchó. Un denso maremágnum, en fin, de referencias, recomendaciones, evocaciones o citas reunidas en una obra para leer con calma, saboreando cada párrafo, reflexionando, subrayando mucho y volviendo sobre lo leído sin prisa y con gran placer para aprender cosas o descubrir algunas verdades que ya llevábamos dentro y que no habíamos valorado en su justa medida.
"Nadie asegura que si amamos nos amarán, ni que leyendo libros nos volveremos más sabios. Pero no intentarlo es de locos."
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