martes, 31 de octubre de 2023

Un cadáver con clase (Los crímenes de Mitford 2)

Vuelo a retomar la serie de Los crímenes de Mitford de la autora británica Jessica Fellowes, autora también de los libros basados en la exitosa serie Downton Abbey, dirigida por su tío, Julian Fellowes. Nuevamente nos acercamos al hogar familiar de los Redesdale donde crecen las que con el paso del tiempo se convertirían en las famosas, peculiares y extravagantes hermanas Mirford. A los dos personajes principales de esta novela ya los conocemos por su aparición en la primera entrega de esta serie: Guy Sullivan por entonces era un joven miembro de la policía de los ferrocarriles y Louisa Cannon era la niñera de las hermanas Mitford. Ambos colaboraron para resolver un misterio y sus caminos volverán a unirse en esta ocasión. 

Tras el éxito en el caso anteriormente mencionado, Guy ha sido nombrado sargento de la policia metropolitana de Londres. Sigue siendo un joven desgarbado y algo miope y se aburre bastante en su nuevo destino, dedicado a gestionar papeleo en la comisaría, hasta que le permiten participar en la búsqueda de una banda femenina de delincuentes de los bajos fondos londinenses, para lo que contará con la ayuda de la también inexperta agente Mary Moon, una de las pocas mujeres empleadas en el cuerpo. 

Louisa, mientras tanto, sigue trabajando para la familia Mitford. Las chicas han crecido y para celebrar el cumpleaños de Pamela su hermana mayor, Nancy, decide organizar una fiesta a la que invita a su grupo de amigos de Londres. Se trata de una pandilla de jóvenes herederos de ricas familias nobles de alta alcurnia, aficionados a las fiestas y protagonistas de frecuentes escándalos, a los que la prensa ha bautizado como los Bright Young Things (de ahí el título de esta novela en su versión original: Bright Young Dead) Durante la celebración del cumpleaños, uno de los jóvenes aparece muerto tras caer del campanario de la iglesia de la finca. Todo apunta a que ha sido asesinado. 

Mientras esperan a que se celebre el juicio contra la criada acusada del crimen, las jóvenes Mitford y su amigos se despreocupan del asunto y siguen disfrutando del ambiente festivo de Londres; descubren los clubes donde se baila hasta la madrugada al ritmo de música de jazz. Se adaptan igualmente a las nuevas modas estéticas: las chicas se cortan el pelo y abandonan los antiguos vestidos encorsetados que lucían años atrás. Pero Louisa no se puede quitar de la cabeza a Dulcie, la chica acusada a la que considera inocente del crimen y se dedicará a investigar por su cuenta para descubrir lo que realmente sucedió. Entra así en contacto con los más peligrosos grupos delictivos de los bajos fondos de donde procedía la pobre Dulcie. 

El tono de la narración es sencillo y desenfadado. Se asoma en ocasiones entre líneas una cierta crítica hacia la situación de las mujeres trabajadoras en aquella época y sobre los prejuicios de clase de los nobles hacia sus empleados y, en general, hacia todos aquellos que no pertenecen a su esfera social, pero sin llegar a ser el tema principal del libro; no se trata, en ningún caso, de una novela reivindicativa, sino que se limita a ser una agradable historia de detectives en un marco histórico de cambios donde aún prevalecen las normas y los privilegios de una clase acomodada pero donde ya se adivinan nuevas formas de organización social. En definitiva, una historia ligera que se lee con agrado y sin más complicaciones. 

2 comentarios:

  1. No he leído el anterior. Se ve de esas lecturas ideales para desconectar. A ver si me animo.
    Besotes!!!

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    1. Estas novelas son lecturas de evasión 100%. Fáciles de leer y muy entretenidas. Recomendables para desconectar, totalmente.
      Saludos.

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