sábado, 8 de enero de 2022

L'amica geniale (La amiga estupenda)

Con frecuencia me he lamentado por aquí de los muchos libros que nunca llegaré a leer y que se van quedando atrás, arrinconados por la marea de las novedades editoriales que nos tientan constantemente a entregarnos a lo más nuevo y dejar de lado lo que ya no está en el candelero. Pero nuevamente he logrado superar esa corriente imperiosa y he rescatado para mi deleite una novela que ya lleva algunos años publicada, aunque también es cierto que se ha convertido en un auténtico long-seller, con lo que nunca ha dejado de circular entre los lectores: se trata de "L'amica geniale", primera entrega de la saga de las dos amigas escrita por la misteriosa autora italiana sin rostro Elena Ferrante.

En el marco de un humilde barrio del extrarradio de Nápoles, durante los años cincuenta del pasado siglo, se fragua relación de amistad entre dos niñas: Lila Cerullo, niña seria, tozuda y sumamente inteligente, en lucha constante contra todo y contra todos: su familia, los chicos del barrio, las normas y los límites que le impone el mundo por ser mujer y pobre; pequeña de tamaño, pero con enorme fuerza de voluntad por alcanzar sus objetivos en la vida. Y por otra parte, la narradora de la historia: Elena Greco, Lenuccia o Lenù, niña sensible, estudiosa y tranquila, arrastrada por la fuerza y el carácter dominante de Lila con la que comparte sueños en los que el estudio y la escritura de una novela de éxito les permitirá salir de su barrio y de la pobreza. Hay mucho de dependencia y admiración por parte de Elena hacia Lila, pero también cariño verdadero y amistad a prueba de todo. Aunque tampoco faltan en su relación buenas dosis de competitividad por ser mejor estudiante que la otra, sacar mejores calificaciones o, más adelante, por gustar a los chicos, aunque esto será algo que sólo preocupe a Elena ya que Lila no piensa casarse nunca. Sin embargo también es cierto que Lila haría cualquier cosa para defender a su amiga de cualquier peligro que venga de fuera de su propia relación y Elena no se ve capaz de enfrentarse al mundo si no es en compañía de Lila y ayudada de su fuerza.

Elena nos irá relatando el paso de los años en el barrio, siempre centrada en el personaje de Lila, porque a pesar de ser una chica sensata, formal y estudiosa, Elena es tremendamente insegura, tal vez porque nunca cuenta con la aprobación de su madre que no entiende sus deseos de dedicarse a los estudios en lugar de trabajar para ayudar en la casa. Por eso siempre trata de ser aceptada por la amiga, sus decisiones se fundamenta lo que Lila pensará o cómo reaccionará, toda la historia gira en torno a la amiga. Según avancen los años y Elena vaya progresando en sus estudios, sus intereses se alejarán cada vez más del barrio que se irá quedando estrecho para las crecientes ambiciones de las niñas, aunque la realidad se acabe imponiendo a aquello que soñaron.

El libro refleja la dureza de la sociedad del sur de Italia en aquellos años cincuenta, tiempos de pobreza en los que el entorno de la infancia es un mundo lleno de dificultades, de escasez y violencia, pero eso son aspectos que las niñas apenas aprecian ya que no conocen nada más allá de los límites de su barrio. Observan el mundo de los adultos, sus enfrentamientos y disputas, sin entenderlo apenas. Sólo al ir creciendo, al dejar atrás su infancia y atravesar la adolescencia se verán inmersas ellas mismas en esa lucha de poderes que les obliga a tomar parte de un bando u otro, a tomar decisiones o aceptar las circunstancias que las llevarán a la madurez, persiguiendo sus sueños y decidiendo su propio futuro o sucumbiendo a la realidad del barrio donde han nacido.

Y como resultado del éxito sostenido en el tiempo de los libros que forman esta saga, tal y como viene siendo habitual en los últimos años cada vez que una obra literaria conquista al publico, ya tenemos la posibilidad de disfrutar en imágenes de la historia de Lila y Elena en formato de serie televisiva, de ahí la sobrecubierta del ejemplar que me traje de mi último viaje a Florencia, en el que una imagen de la serie, para mi gusto mucho más bonita y significativa, cubría la portada original. Y sí, antes de que me pregunten confirmo que ya me he puesto también con la serie y la recomiendo encarecidamente. Lo que no sé todavía es si seguiré con el resto de libros de la serie, aunque hay bastantes probabilidades de que en algún momento me reenganche a la historia de Lila y Elena, en papel o en la pantalla, cualquier cualquier opción es posible.

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