miércoles, 12 de julio de 2023

Esperando al diluvio

Dolores Redondo
tiene cierta fijación con la lluvia y las tormentas, esto es algo que está más que comprobado; pero no creáis que le vale con la lluvia constante entre las que transcurren sus novelas situadas en el valle de Baztán, sino que el argumento de "La cara norte del corazón" nos trasladó a Nueva Orleans en medio de las lluvias torrenciales que acompañaron al huracán Katrina y ahora en "Esperando al diluvio" (es que ya hasta el título lleva reflejada esta obsesión) sitúa a sus personajes en mitad de una tremenda tormenta en la ya de por sí lluviosa Escocia. Por si eso no fuera suficiente, desde allí nos trasladará a Bilbao en el verano de 1973, durante las mayores lluvias torrenciales que se recuerdan en Vizcaya. Pero Bilbao tiene otras muchas cosas, al margen del clima, en las que se asemeja a las tierras escocesas: los pubs y los bebedores de cerveza británicos no son tan distintas de las cuadrillas de txikiteros que recorren las tabernas de las siete calles de Bilbao; tenemos también el paralelismo y conexión entre el terrorismo de ETA con el IRA irlandés, así como el parecido entre los mitos ancestrales de ambos lugares. Bilbao y Glasgow, a fin de cuentas, pudieran ser fácilmente ciudades hermanas.

Entrando en el argumento de la novela, conocemos al policía escocés Noah Scott Sherrington que sabe que le queda poco tiempo de vida debido a una grave dolencia cardíaca, pero no por ello desiste en su persecución al asesino en serie conocido como John Biblia, sospechoso de un buen número de asesinatos de mujeres y tras cuya pista lleva muchos años. Noah arriesga la escasa salud que le queda en su misión de detener al criminal. Aunque muchos lo creían muerto, John Biblia ha sido capaz de ocultarse y continuar sumando víctimas por todo el Reino Unido, pasando siempre desapercibido por su aspecto anodino e inofensivo. Ahora se ha trasladado a Bilbao huyendo de la policía escocesa, asumiendo una nueva personalidad y tratando de borrar todo rastro anterior, pero dispuesto a continuar sumando víctimas a su macabra leyenda si Scott Sherrington no logra evitarlo.

Para cumplir con la misión que se ha marcado, Noah contará con dos pilares fundamentales en los que apoyarse: la amistad y el amor, encarnados en un joven ertzaina, Lizarso, que se embarca en su misión con todo su entusiasmo y energía, junto con un ayudante improvisado como será el leal Rafa, además de la psiquiatra Elizondo y la inesperada aparición en su vida de Maite, una mujer fuerte y dispuesta a ofrecerle el amor y el refugio que Noah nunca creyó merecer.

Nos encontramos aquí con un fabuloso ejemplo de novela de género policiaco, en la que la intriga se acentúa al conocer el punto de vista tanto del asesino como de su perseguidor, con un ritmo y una tensión que no decae en ningún momento y una ambientación que nos sumerge literalmente en el clima lluvioso de los dos escenarios en los que transcurre la historia, que llega a ser angustioso en algunos momentos. La autora se vale de un personaje real cuyo caso nunca se resolvió y de otro evento también real como fueron las grandes lluvias de Bilbao del año 73 para crear una gran historia policíaca con unos personajes que conquistan al lector, permitiéndole vivir su aventura muy intensamente, compartiendo los peligros y emociones de estos y sufriendo a su lado hasta la última página. Una gozada de lectura total.

1 comentario:

  1. ¿Te puedes creer que aún no he leído nada de la autora? Y tengo su famosa trilogía pendiente, pero nada, no le ha llegado su turno. Y viendo cómo lo has disfrutado, voy a tener que apuntar también éste...
    Besotes!!!

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