jueves, 27 de julio de 2023

Y las cucharillas eran de Woolworths

Barbara Comyns es una autora inglesa a la que descubrí no hace mucho tiempo gracias a su novela "El enebro", y que en esta otra obra, "Y las cucharillas eran de Woolworths", nos presenta una historia aparentemente ligera donde la protagonista, Sophia, cuenta su matrimonio con Charles Fairclough. Ambos son estudiantes de Artes que se conoce en Londres con apenas veinte años y, a pesar de ser más pobres que las ratas, con la inconsciencia de la juventud y la ilusión por emprender una vida en común deciden casarse de inmediato. Charles es un artista sin empleo estable y Sophie gana apenas dos libras a la semana entre trabajos precarios y posando como modelo para otros artistas. Aparte de una suegra insufrible, Sophia y su marido no contarán con apenas apoyo de sus familias con los que mantienen una relación distante y fría.

Nos encontramos en los años de la Gran Depresión con su terrible recesión económica. En un tono de humor y en ocasiones.cargado de amargura, Sophia muestra sin reparos sus propias desgracias, detallando sus estrecheces económicas, la miseria y escasez en la que viven. Sus vivencias incluyen además terribles experiencias en relación con la maternidad: desde un parto de pesadilla hasta un aborto que le afectó profundamente, además del desapego que Charles siente por su hijo Sandro al que considera un impedimento para desarrollar su carrera artística, además de un gasto que no se pueden permitir, aunque él mismo no es más que un egoísta e inmaduro incapaz de vender ni un solo cuadro ni encontrar un trabajo que leer permita mantener a su propia familia. 

Muchas de las escenas que se nos relatan son patéticas y muestran la situación de penuria que sufre la joven pareja, pero la manera de contarlo por parte de Sophia, con un inextinguible optimismo y sentido del humor, hacen que la novela no se lea como un drama, lo que podría ocurrir si sólo se tuvieran en cuenta los hechos narrados. La lectura resulta más alegre de lo que pudiera esperarse y muestra la capacidad de la Comyns para retratar una época y una clase social con veracidad y realismo cercanos al naturalismo pero sin incidir en lo negativo sino dejando espacio para la esperanza, el amor e incluso algo de felicidad.

domingo, 23 de julio de 2023

El retrato de casada

Lucrezia de Medici fue hija del duque de Florencia, Cosimo de Medici y de la española Leonor (Eleonora) Álvarez de Toledo. Fue la quinta de los once hijos nacidos de la pareja, A los trece años se acuerda su casamiento con Alfonso d'Este, futuro duque de Ferrara, pero su matrimonio fue breve ya que ella murió al año de haberse casado.

Hasta ahí los hechos históricos en torno a los que Maggie O' Farrell compone esta novela "El retrato de casada" toda una pieza literaria donde la emoción late en cada página, donde los personajes cobran vida y se convierten en inolvidables, especialmente el de Lucrezia, la más rebelde, fantasiosa e indomable de entre los hijos del duque de Florencia y también la menos estimada por sus padres, desbordada por sus ansias de libertad, con un don especial para el dibujo, memoria prodigiosa y enorme curiosidad, se consideraba la pieza que nunca encajaba en ningún patrón que se le quiso imponer.

Cuando la casan y se convierte en duquesa sigue siendo, sin embargo, sólo una niña que debe enfrentarse ahora a un mundo desconocido; sale de su casa, de las habitaciones de los niños que compartía con sus hermanos pequeños, de la protección de su familia y de su adorada aya Sofía que ha sido más que una madre para ella para pasar a asumir el papel de esposa para el que no estaba destinada ella sino su hermana. Se encuentra sometida al único destino para el que se la considera valiosa:  dar un heredero al ducado de Ferrara. Su marido desea que le realicen un retrato de casada, un cuadro en el que se refleje su dignidad como duquesa, donde se ensalce a la nueva esposa que prolongará su estirpe.

"Si quiere sobrevivir a este matrimonio e incluso prosperar en él, tiene que poner a buen recaudo esa parte de sí misma, separarla de Alfonso, hacerla inaccesible. La rodeará con una alta valla de espinos, como los castillos de los cuentos; pondrá a la puerta fieras de fuertes fauces y largas garras. Él no la conocerá jamás, no la verá jamás, no la alcanzará jamás. No penetrará en ella."

La manera de narrar de la O'Farrell es prodigiosa: nos narra el encuentro de Lucrezia con la tigresa que su padre acoge en su casa de fieras y puedes sentir el tacto del pelaje entre tus dedos, el calor de su piel, el dibujo de sus rayas, escuchas su rugido... Todas las sensaciones que Lucrezia experimenta están ahí, en esas líneas. Toda la novela está planteada desde el punto de vista de Lucrezia, todo lo que nos cuenta es subjetivo, puntuado con elementos oníricos, nos adentramos en sus fantasías y sueños, sin un orden cronológico estricto, el relato va y viene en el tiempo alternando capítulos de diferente extensión y transportándonos a la mente de la protagonista, a sus temores, a sus pensamientos y esperanzas.

Desde que descubrí por primera vez a la O' Farrell allá por 2015, o tal vez fuera con la segunda novela que leí, " Tiene que ser aquí", se convirtió indudablemente en mi autora contemporánea favorita; todos sus libros han supuesto excelentes experiencias lectoras para mí y me alegro de comprobar que, a pesar de haberse convertido en un exitoso fenómeno editorial no por ello ha perdido esa capacidad de crear historias que siempre parecen conservar la intimidad entre sus personajes y el lector, de contar historias personales, centradas en las emociones y las sensaciones de sus protagonistas, siempre mujeres y que regresan a los mismos temas como la maternidad o la necesidad de dar la voz a figuras aparentemente menores como hizo en "Hamnet" y como hace ahora con esta joven duquesa de tan breve existencia.

"Esto, piensa. Todo esto: los cipreses como filas de pinceles erguidos esperando la mano gigante de un pintor; el viento bajo y sumiso; la línea dentada de las montañas pintada de negro en el horizonte; a su espalda, las voces amortiguadas de los criados llamándose unos a otros; las puertas abiertas de la villa; el tintineo de los cencerros que el ganado lleva al cuello; las hileras y más hileras de árboles frutales que se abren como avenidas al pasar a su lado. Esto es lo que quiere, esta dicha en la piel, como la caricia de la llovizna después de una sequía extenuante. Puede acatar lo otro, puede soportarlo a cambio de todo esto. Lo uno por lo otro. Lo hará, puede hacerlo."

martes, 18 de julio de 2023

El valle de los arcángeles

"El valle de los arcángeles" es la segunda novela del escritor barcelonés Rafael Tarradas Bultó. Tras su exitoso debut literario con "El heredero", nuevamente nos ofrece en este libro una emocionante novela con trasfondo histórico, llena de acción y atractivos personajes en un entorno interesantísimo y bastante desconocido

La acción que relata la novela transcurre entre los atractivos escenarios de la Barcelona de mediados del siglo XIX, la época de gran crecimiento comercial e industrial de la mano de los empresarios que poblaron el nuevo ensanche de la ciudad con sus impresionantes mansiones, símbolo externo de su riqueza y poderío y por otro lado la isla de Cuba, la más rica de las colonias españolas donde los ingenios azucareros basados en la mano de obra esclava procuraron grandes fortunas a los españoles que allí invirtieron.

Dentro de la gran cantidad de personajes que desfilan por las páginas de esta novela destacan en el centro de la trama dos de ellos: por una parte Gabriel Gorsch, único hijo de una familia noble venida a menos que todavía conservan su antiguo palacio del barrio gótico de Barcelona. Se le presenta la posiblidad de viajar a Cuba a solicitud de su tía para formarse en la gestión de los negocios que allí maneja esta y de los que Gabriel se convertirá algún día en el único heredero. Por otra lado nos encontramos con una bella mujer de muy humilde origen llamada Pepa Gómez, al servicio en la casa de los Abbad, ricos empresarios barceloneses, que sueña con ascender en la escala social y convertirse en una gran señora; pero se verá forzada a huir a Cuba escapando de un tremendo error cometido a causa de su ambición. El camino de ambos personajes se cruzarán en la isla caribeña, todo opulencia y exotismo, más concretamente en el hermoso Valle de los Arcángeles donde se ubican tres grandes plantaciones agrícolas: San Gabriel, propiedad de la familia Gorchs, San Miguel, de los Abbad y San Rafael, perteneciente a la familia Viader. Pero este lugar se va a convertir en el escenario de una serie de asesinatos por resolver.

Sería destacable en esta lectura los retratos de unos personajes bien dibujados, con personalidades diversas y todos interesantes, en especial los femeninos que centran la acción. Pepa Gómez, convertida en Isabel Palau, es una mujer ambiciosa y sin escrúpulos que sabe cómo someter la voluntad de los hombres por medio de su belleza y persigue convertirse en una poderosa hacendada. También el resto de las mujeres que desfilan por esta novela son fuertes, independientes y decididas, desde Alicia Abbad a Iris pasando por Lucía Gorchs e Inés Fernández, todos son personajes con gran presencia que soportan en buena medida el peso argumental de la novela.

Sobre los aspectos que más me han sorprendido por su interés, al margen del argumento y la trama, destacaría aquellos relacionados con las plantaciones de caña de azúcar, su funcionamiento y organización, con la situación de los esclavos de Cuba en aquella época en la que la esclavitud estaba prohibida en practicamente todo el mundo o el origen de los primeros movimientos revolucionarios encaminados a alcanzar la independencia de la colonia y, en paralelo, la abolición de la esclavitud. Todos estos aspectos históricos están muy bien expuestos y conforman el atractivo fondo sobre el que se desarrollan los hechos que cuenta la novela que resulta muy entretenida y se lee con agilidad, a pesar de su amplia extensión, sin hacerse ni larga ni pesada en ningún momento.

miércoles, 12 de julio de 2023

Esperando al diluvio

Dolores Redondo
tiene cierta fijación con la lluvia y las tormentas, esto es algo que está más que comprobado; pero no creáis que le vale con la lluvia constante entre las que transcurren sus novelas situadas en el valle de Baztán, sino que el argumento de "La cara norte del corazón" nos trasladó a Nueva Orleans en medio de las lluvias torrenciales que acompañaron al huracán Katrina y ahora en "Esperando al diluvio" (es que ya hasta el título lleva reflejada esta obsesión) sitúa a sus personajes en mitad de una tremenda tormenta en la ya de por sí lluviosa Escocia. Por si eso no fuera suficiente, desde allí nos trasladará a Bilbao en el verano de 1973, durante las mayores lluvias torrenciales que se recuerdan en Vizcaya. Pero Bilbao tiene otras muchas cosas, al margen del clima, en las que se asemeja a las tierras escocesas: los pubs y los bebedores de cerveza británicos no son tan distintas de las cuadrillas de txikiteros que recorren las tabernas de las siete calles de Bilbao; tenemos también el paralelismo y conexión entre el terrorismo de ETA con el IRA irlandés, así como el parecido entre los mitos ancestrales de ambos lugares. Bilbao y Glasgow, a fin de cuentas, pudieran ser fácilmente ciudades hermanas.

Entrando en el argumento de la novela, conocemos al policía escocés Noah Scott Sherrington que sabe que le queda poco tiempo de vida debido a una grave dolencia cardíaca, pero no por ello desiste en su persecución al asesino en serie conocido como John Biblia, sospechoso de un buen número de asesinatos de mujeres y tras cuya pista lleva muchos años. Noah arriesga la escasa salud que le queda en su misión de detener al criminal. Aunque muchos lo creían muerto, John Biblia ha sido capaz de ocultarse y continuar sumando víctimas por todo el Reino Unido, pasando siempre desapercibido por su aspecto anodino e inofensivo. Ahora se ha trasladado a Bilbao huyendo de la policía escocesa, asumiendo una nueva personalidad y tratando de borrar todo rastro anterior, pero dispuesto a continuar sumando víctimas a su macabra leyenda si Scott Sherrington no logra evitarlo.

Para cumplir con la misión que se ha marcado, Noah contará con dos pilares fundamentales en los que apoyarse: la amistad y el amor, encarnados en un joven ertzaina, Lizarso, que se embarca en su misión con todo su entusiasmo y energía, junto con un ayudante improvisado como será el leal Rafa, además de la psiquiatra Elizondo y la inesperada aparición en su vida de Maite, una mujer fuerte y dispuesta a ofrecerle el amor y el refugio que Noah nunca creyó merecer.

Nos encontramos aquí con un fabuloso ejemplo de novela de género policiaco, en la que la intriga se acentúa al conocer el punto de vista tanto del asesino como de su perseguidor, con un ritmo y una tensión que no decae en ningún momento y una ambientación que nos sumerge literalmente en el clima lluvioso de los dos escenarios en los que transcurre la historia, que llega a ser angustioso en algunos momentos. La autora se vale de un personaje real cuyo caso nunca se resolvió y de otro evento también real como fueron las grandes lluvias de Bilbao del año 73 para crear una gran historia policíaca con unos personajes que conquistan al lector, permitiéndole vivir su aventura muy intensamente, compartiendo los peligros y emociones de estos y sufriendo a su lado hasta la última página. Una gozada de lectura total.

jueves, 6 de julio de 2023

Juan Belmonte, matador de toros

Hacía ya varios años que deseaba descubrir la obra del periodista y escritor Manuel Chaves Nogales que durante décadas estuvo oscurecida por razones políticas, tal vez porque nunca se alineó con ningún bando ni apoyó ninguna ideología salvo una defensa a ultranza de la democracia y el rechazo frontal a las tiranías, lo que le valió el exilio y el olvido durante mucho tiempo de su obra periodística y literaria. Pero por fortuna desde hace algunos años su obra ha vuelto a ser redescubierta y está siendo reivindicado como uno de los mejores cronistas del siglo XX en España. Con "Juan Belmonte, matador de toros" he tenido por fin la oportunidad de descubrir la magnífica pluma y el dominio del relato que le ha valido todos los elogios que bien merece.

En esta obra se nos va narrando la vida de Juan Belmonte mediante breves capítulos que reflejan escenas de su infancia, juventud y todo su recorrido vital, desde unos orígenes humildes del niño que pierde pronto a su madre y debe enfrentarse al duro mundo de las calles de Triana hasta convertirse en la gran figura del toreo que llegaría a ser. El relato viene contado directamente de labios del propio protagonista que fue compartiendo sus recuerdos con el periodista para que éste los convirtiera en un relato biográfico para ser publicado en la prensa por entregas; el resultado final acabó convertido en una enorme obra literaria. 

Así se nos cuenta cómo el pequeño Juan descubre la vida en las calles de Triana acompañando a su padre a los cafés o trabajando junto a él desde los ocho años cuando lo sacan de estudiar, lo que no impide su amor temprano por los libros que lo acompañará siempre. El joven sin aspiraciones que se conforma con torear a la luz de la luna junto a su pandilla de soñadores sin más ambición que lograr escapar de los guardias, termina imponiendo su talento natural y llegando así a ser el enorme torero en el que nunca imaginó convertirse, exaltado por los aficionados de España y América, adorado por las mujeres y considerado un ídolo nacional.

Es una auténtica maravilla cómo describe Chaves Nogales las calles de Sevilla, los ambientes populares, los mercados, la vida de los pilluelos que torean a escondidas en las dehesas, mezclando en su relato la tradición y los atisbos de modernidad que conviven en este inicio de siglo XX en España. No hace falta añadir que nos es necesario en absoluto ser aficionando a la tauromaquia para gozar con este retrato de un torero que sorprendió al mundo, que creó sin pretenderlo una nueva manera de enfrentarse al toro y que se convirtió para su propia sorpresa en una leyenda del arte y la cultura.

"«Tiene que morir irremisiblemente. O se quita de donde se pone o lo mata el toro». Yo no me quitaba, el toro tardaba en matarme, y los entendidos, en vez de resignarse a reconocer que era posible una mecánica distinta en el juego de la lidia, que era lo más sencillo y razonable, se pusieron a dar gritos histéricos y a llamarme hiperbólicamente «terremoto», «cataclismo», «fenómeno» y no sé cuántas cosas disparatadas más."