sábado, 27 de febrero de 2021

Rey blanco

Llega con 'Rey blanco" la conclusión de la trilogía de la Reina Roja de Juan Gómez-Jurado. Se repite nuevamente (por suerte) en esta entrega la receta de las anteriores: la acción trepidante, el humor ingenioso e inteligente, un ritmo frenético de principio a fin, elementos todos estos que ya hacen reconocible cualquier novela del autor. La inteligencia de Antonia Scott y su desconexión del mundo real frente a la sensatez y el sentido común del entrañable Jon Gutiérrez los convierte necesariamente en una pareja de éxito, como el yin y el yan que se complementan a la perfección, que pueden confiar a ojos cerrados en el otro, que se apoyan mutuamente. Más todavía ahora que la vida de Jon está en las manos de Antonia.

La acción del relato viene reforzada por el ágil estilo de frases cortas, impactantes diálogos absolutamente creíbles ya que los personajes hablan como la gente de verdad, a lo que se unen sus latiguillos, esas frases que se repiten como mantras y que acompañan a los protagonistas a todo lo largo del libro y que acentúan su personalidad y casi esperamos oírlos pronunciar en el momento clave. 

No me ha dado tiempo a plantearme si es posible que exista realmente algo semejante a la estructura de las Reinas Rojas a lo largo de todos los países europeos, si es creíble que algo tan grande permanezca oculto a la vista de todos y que actúen al margen de todas las leyes y controles. Tal vez si, tal vez no, pero casi que no me importa la verosimilitud de la organización; el frenesí de la historia que nos cuentan nos arrastra, las escenas están tan bien diseñadas, llenas de riesgos, disparos, sangre a raudales y rematadas además con el comentario más certero e irónico, que puedes dejar de lado la parte racional que trata de justificar el hecho de que Antonia y Jon puedan pasearse por Madrid pegando tiros y recibiéndolos también, destrozando cochazos, corriendo contra el reloj para resolver casos antiguos y otros por suceder, con una bomba pegada literalmente a su espalda y tratando de complacer a un loco irracional que pone a prueba sus capacidades. Puro disfrute y evasión, en definitiva. Como le he leído alguna vez decir a Gómez-Jurado, probablemente no va ganar nunca un Nobel de Literatura, pero qué buenos ratos nos haces pasar, cari.

viernes, 26 de febrero de 2021

Olive Kitteridge

Hace ya algunos años que disfruté con la forma que tiene Elizabeth Strout de ver el mundo y de contar las cosas en "Me llamo Lucy Barton" y después de haber repetido con ella, en este caso descubriendo por fin su ya mítica novela que llevaba años queriendo leer "Olive Kitteridge", me pregunto porqué he dejado pasar de largo durante tanto tiempo a esta autora que está considerada, y con razón, como una de las más potentes voces de la literaratura norteamericana contemporánea.

Las historias que componen este volumen nos transportan y nos sumergen completamente en el ambiente del pequeño pueblo costero de Crosby en Maine donde todos se conocen y abundan los rumores. Olive Kitteridge no es precisamente la persona más popular ni querida del lugar. Es cualquier cosa menos una heroína al uso, llena de gracia y virtudes. Olive es una mujer madura, más bien robusta y absolutamente despreocupada por su aspecto o por la opinión que los demás tengan de ella. Inteligente, más bien arisca, en general poco considerada y con no muy buen carácter, pasional e intransigente según su propia descripción, es una profesora de instituto jubilada, casada desde hace décadas con Henry, un marido pacífico y afable junto al que ha pasado por todos los estados habituales del matrimonio, con los clásicos altibajos de pareja, han criado un hijo que se ha e alejado de ellos y ahora disfrutan de una tranquila jubilación. 

El libro se estructura en varios relatos que pueden ser leídos como cuentos independientes gracias a la maestría de la Strout para dibujar un paisaje, unos personajes con todos sus matices y una pequeña historia completa en cada uno los capítulos. Y en todos ellos Olive es el hilo conductor, el elemento común que los unifica y convierte el texto en una novela. Ella aparece en todos los relatos, a veces sólo se la menciona de manera tangencial y otras veces encarna un papel protagonista en estas historias en las que aparecen los vecinos de Crosby con sus problemas y preocupaciones similares a los de Olive y Henry: los hijos, la pareja o los problemas de salud que acarrean los años. Se muestran parejas maduras como los Kitteridge pero también otras jóvenes o hijos con relaciones complicadas con sus padres. Por lo general se trata de personas que deciden darle un cambio a sus monótonas e insatisfactorias vidas a pesar de su edad o de la incertidumbre que supone el futuro; personas que luchan por salir adelante, por afrontar la soledad, la vejez y los fracasos. La vida, en definitiva. Con sus luces y sombras. 

"Siempre estamos solos. Nacemos solos. Morimos solos. ¿Qué más da? Mientras no nos pasemos años consumiéndonos en un hogar de ancianos como hizo mi pobre marido. Ese es mi miedo.'

jueves, 18 de febrero de 2021

Los felices días del verano

Fulco di Verdura fue todo un personaje con una vida digna de ser contada: noble italiano perteneciente a una antigua estirpe siciliana, primo de Giuseppe di Lampedusa, autor de "El Gatopardo", nació cuando estaba a punto de iniciarse el siglo XX. Con el transcurso de los años se convertiría en un exitoso joyero, íntimo de Coco Chanel con la que colaboró profesionalmente, frecuentó la intelectualidad europea de entreguerras y acabó conquistando a las estrellas de Hollywood con sus creaciones exageradas y estrambóticas. En esta obra autobiográfica "Los felices días del verano" recrea sus primeros años de infancia en la villa familiar a las afueras de Palermo, un palacio decadente lleno de salones decorados con pinturas murales y rodeado de frondosos jardines donde convive la familia con animales domésticos de lo más variado y alguno que otro más exótico, un numeroso equipo de sirvientes y visitantes que van y vienen y en donde el autor y su hermana vivieron felices y libres sus primeros años, trasladándose con frecuencia a otras residencias, palazzos y villas pertenecientes desde hace generaciones a las diferentes e intrincadas ramas de la familia. 

El libro está plagado de estrambóticas anécdotas protagonizadas por familiares y conocidos, muchos de ellos personas bien peculiares, nobles emparentados con las diferentes monarquías reinantes en distintos países europeos que conservan, si no las antiguas fortunas, sí los aires de grandeza heredada de los gloriosos tiempos pasados. Pero las rarezas y tradiciones de la familia no desentona en la milenaria isla de Sicilia, tierra esta de curiosas tradiciones, con un pueblo de fuerte carácter e intensa alegría, estrechamente imbricado con la Iglesia, fiel a las celebraciones religiosas donde la muerte es un elemento natural más y que se manifiesta con un barroquismo estético, no sólo en sus iglesias sino en toda la ciudad de Palermo, en sus palacios ruinosos y en sus estrechas y ruidosas calles donde conviven siglos de Historia y el poso dejado por multitud de culturas diversas con un pueblo humilde pero orgulloso de su pasado.

Todo el relato supone una recreación de los primeros recuerdos del autor a través de la memoria sensorial, desde los sabores de las deliciosas comidas, las frutas y dulces de su infancia a los olores de flores y mercados o de los animales domésticos, los sonidos de la calle, canciones antiguas y su amada ópera a la que tan pronto se aficionará, así como imágenes que reflejan la desbordante belleza de Sicilia, junto con sus recuerdos de los frecuentes viajes por Europa visitando a familiares y recorriendo un mundo de lujo y disfrute de la cultura y los placeres más variados con la inocente confianza que en aquellos días se tenía en el mantenimiento del status quo, en la permanencia del viejo orden y de sus privilegios que desaparecerían completamente tras las guerras mundiales para dar paso a un nuevo orden de las cosas. Este mundo decadente es el que también mostraría el primo Lampedusa en su famosísima novela.

Es esta una autobiografía que rezuma sinceridad, donde las cosas se cuentan con la mirada inocente de un niño que observa a su alrededor y cuenta lo que ve sin juzgar ni verse influido por planteamientos de un futuro que en aquel momento el pequeño Fulco ni siquiera se veía capaz de imaginar. Nada hace adivinar en esos felices días de infancia los oscuros tiempos que estaban por llegar para toda Europa. 

sábado, 13 de febrero de 2021

El baile de las luciérnagas

¡Qué fácil es acertar siempre con una novela de Kristin Hannah! Esta, que podría ser el texto incluído por la editorial en una faja promocional, es mi sincera opinión sobre esta autora norteamericana que me conquista una y otra vez con sus historias protagonizadas por mujeres que siempre te transportan a una época histórica muy concreta y a un lugar diferente en el mundo. En esta ocasión con "El baile de las luciérnagas" (desafortunada traducción con añadidos innecesarios del original Firefly Lane) las protagonistas son dos: Kate Mularkey y Tully Hart, dos amigas completamente diferentes que logran mantener su amistad a lo largo de los años a pesar de las complicaciones que la vida les pone enfrente.

Tully es una chica espectacularmente guapa, atrevida y deshinibida, consigue convertirse en popular donde quiera que vaya logrando enmascarar tras su sonrisa permanente los serios problemas que tiene en casa: una madre hippy y enganchada a la droga que la abandona repetidamente a lo largo de la infancia. Por suerte, cuenta con sus abuelos que la crían hasta que ambos fallecen, momento en que los padres de su vecina y amiga Kate la acogerán como a una hija más. Kate es una chica de pueblo estudiosa y discreta a la vez que poco agraciada que crece rodeada del cariño de una familia tradicional y feliz. Pese a sus diferencias, o tal vez porque cada una admira y anhela lo que la otra es, y gracias a que se convierten en vecinas de la calle Firefly Lane, las chicas trabarán una amistad que perdurará a lo largo de varias décadas. La narración nos lleva a seguir las vidas de las dos amigas desde los salvajes años 70 de las drogas y el amor libre, pasando por los agresivos 80 de los yuppies, la laca y las hombreras hasta los años 90 y comienzos del siglo XIX y a lo largo de todo este tiempo iremos acompañando a las chicas en su crecimiento y descubrimiento del mundo, del amor y el sexo, pasando de su pequeño pueblo a la universidad persiguiendo un sueño común de convertirse en estrellas de la televisión. Tully es apasionada y explosiva, tratando siempre de disfrazar sus problemas bajo una imagen de chispeante alegría. Kate es insegura y discreta y sigue la estela de su amiga, el huracán Tully, que la arrastra junto a ella en sus planes haciendo sentir a Kate incapaz de tomar sus propias decisiones. Cada una acabará tomando su propio camino en lo personal y en lo profesional; Tully sigue la senda del éxito profesional mientras que Kate se convierte en esposa y madre de familia pero su amistad, que es una verdadera relación de hermandad, permanecerá firme y será su principal apoyo a lo largo de tantos años.

De la guerra de Vietnam a la muerte de Lady Di, los diversos hechos históricos y fenómenos populares que marcan las distintas décadas aparecen como fondo sobre el que transcurren las vidas de las chicas de Firefly Lane, con su banda sonora de grandes éxitos, las modas cambiantes a las que se apuntan sin dudar y los diferentes problemas y triunfos propios de cada una de las etapas de la vida: la adolescencia, las amistades, las relaciones sexuales, el amor, el matrimonio, la maternidad, la soledad, los éxitos y las decepciones... La historia de Tully y Kate es la historia de toda una generación de mujeres que crecieron y maduraron en unos años complejos en la cambiante sociedad norteamericana de la segunda mitad del siglo XX y que lucharon por lograr compatibilizar sus vidas profesionales con la familia, compitiendo en un mundo diseñado para hombres donde llegar a la cima siempre supuso dejar algo atrás necesariamente. 

Como viene siendo ya costumbre últimamente, la novela ha sido convertida en serie para la televisión de la que solamente he visto por ahora unos pocos capítulos. Tengo que decir que a la versión televisiva le falta algún que otro hijo, algunos personajes como la señora Hart es totalmente diferente o un Johnny Ryan que no es ni la mitad de cautivador que en el libro y le sobra un divorcio, bastante contenido sexual, un hermano gay y alguna que otra trama inventada, pero es probable que la termine de ver aunque solo sea por disfrutar de Kate y Tully en carne y hueso y comprobar si al menos se ha respetado la preciosa relación de amistad que supone el eje de la trama de esta maravilla de novela. 

sábado, 6 de febrero de 2021

El bosque de los cuatro vientos

Lo último de María Oruña, autora de la exitosa y entretenida trilogía de Puerto Escondido es "El bosque de los cuatro vientos", una nueva novela donde se mezclan el pasado y el presente en un escenario mágico y fascinante ubicado en el incomparable entorno del monasterio orensano de Santo Estevo, hoy convertido en Parador de turismo y que sigue conservando entre sus muros los ecos de los muchos siglos de historia transcurridos y los variados avatares por los que debieron de pasar los habitantes del monasterio a lo largo de los años, todo ello en medio del fabuloso paisaje que conforman los frondosos bosques que bordean el río Sil.

"Un lugar con leyes antiguas, bosques inmensos y reliquias milagrosas."

La novela se estructura en torno a dos historias ubicadas en dos momentos diferentes de la Historia: por un lado la protagonizada por Marina que en 1830 llega desde Valladolid a Santo Estevo acompañando a su padre que acaba de ser nombrado nuevo médico al servicio del monasterio. Marina es una joven con muchas inquietudes intelectuales; mientras ejerce como ayudante de su padre adquiere conocimientos básicos de enfermería y de remedios naturales y medicinales, pero se encuentra enfrentada a las costumbres de aquellos tiempos en que las aspiraciones de las mujeres se veían limitadas a ocuparse de las labores domésticas, formar una familia y atender a su marido, lo que no cuadra con los planes de futuro con los que sueña Marina.

El otro protagonista, en este caso situado en el tiempo actual, es Jon Becquer, investigador y profesor universitario que junto a un amigo ha fundado una empresa dedicada a la búsqueda de tesoros relacionados con el Arte. Algunos de sus éxitos profesionales le han hecho bastante popular y le han llevado a ser conocido en su ambiente como «El Indiana Jones del mundo del arte». En este momento se encuentra siguiendo por pura curiosidad la pista de unos anillos desaparecidos hace mucho tiempo pertenecientes a los nueve obispos que se encuentran enterrados en Santo Estevo y que, según la tradición, fueron muy venerados por los milagros y curaciones que se les atribuyen. Tratando de distinguir ente la verdad histórica y la leyenda, Jon se topará con el silencio y la ocultación por parte de los vecinos de la zona que niegan la existencia de los anillos y sus supuestos poderes milagrosos. Cuando una muerte inesperada se cruce en el camino de Jon éste comprenderá que la leyenda de los anillos sigue viva y tratará de sacar a la luz la verdad sobre su existencia. 

El relato es verdaderamente adictivo, contado de una manera ágil y fácil de leer de modo que te hace volar por las paginas siguiendo los dos hilos argumentales que resultan igualmente interesantes y que mantiene el ritmo y el suspense hasta el final, resultando ambas historias emocionantes por igual. Me ha gustado especialmente el modo en que se retratan los conflictos políticos de la época de Fernando VII, los enfrentamientos entre los bandos conservador y progresista, el origen del movimiento carlista y la incertidumbre ante el futuro del país bajo en reinado de la reina niña Isabel II.

Y como si la Historia hubiera estado esperando a que María Oruña escribiera esta novela para manifestarse, pocos meses después de que se publicase el libro aparecieron sorprendentemente algunos de los míticos anillos que el protagonista busca incansable a lo largo de la novela. (Ver aquí enlace a un artículo sobre el tema) Para que luego alguien dude de que la realidad casi siempre supera de largo a la ficción.