Al inicio de la historias, dos pequeñas bebés coreanas llegan el mismo día a Baltimore para ser adoptadas por dos familias locales muy diferentes: los Yazdan, Sami y Ziba, son de origen iraní mientras que los Donaldson, Brad y Bitsy, son la típica familia norteamericana. Mientras que los Donaldson tratan de que su hija Jin-Ho conserve los vínculos con su cultura de origen e incluso mantienen su nombre original, los Yazdan intentan criar a Susan como una niña americana normal; ellos ni siquiera se esfuerzan demasiado por mantener la conexión con sus propias raices iraníes ni le enseñan a su hija su lengua materna; casi lo único que conservan de su antiguo país es la relación estrecha con su amplia familia, gran parte de ellos también instalados en América, y algunas costumbres culinarias. Es la abuela Maryam, la madre de Sami, la que, aún sintiéndose totalmente adaptada después de tantos años a su tierra de acogida, es capaz de observar desde su posición de inmigrante las diferencias culturales, los valores pero también los grandes defectos y problemas de la sociedad norteamericana: los prejuicios, el racismo, la superioridad moral sobre los que vienen de otros lugares.
"Con estas cosas puedes caer en tu propia trampa. Puedes empezar a creer que tu vida está definida por tu condición de extranjero. Piensas que todo sería diferente si no lo fueras. «Ojalá estuviera en mi país», piensas, y olvidas que después de tantos años, también serías un extranjero allí. Que ya no sería tu hogar."
En torno a las vidas de estas dos familias y a sus procesos de adopción, Tyler va dibujando, como es común en sus novelas, historias familiares complejas, entrando en profundidad en las conexiones y vínculos entre padres e hijos, subrayando las inseguridades y miedos que surgen en torno a la crianza, la variedad de posturas vitales que presentan diferencias en función de costumbres, educación, circunstancias u orígenes de los distintos personajes pero que, al fin y al cabo, se encuentran conectados por los mismos vínculos, sentimientos y emociones universales. Junto con la trama de relaciones humanas que centra el argumento de la novela, también tienen gran peso en ella las reflexiones que la autora plantea con su habitual sensibilidad, el profundo estudio de los caracteres y comportamientos de todos los personajes, el análisis en torno a su manera de actuar y relacionarse, sus temores, complejos, deseos e ilusiones pero sobre todo la importancia del entrono familiar en el desarrollo de las personas.